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Prueba: BMW M4 Cabrio, el más rápido de su clase

El nuevo BMW M4 Cabrio es un deportivo polivalente, que permite disfrutar de la conducción tanto al aire libre como cerrado, prácticamente de la misma forma que con el coupé. Siempre empieza siendo un paseo tranquilo, pero con tanta caballería bajo el capó es muy difícil resistirse... incluso cuando vas descapotado. Está disponible desde 98.500 euros. Lo hemos probado a fondo y te contamos lo que nos ha transmitido.

El nuevo BMW M4 Cabrio es, en realidad, la quinta generación descapotable del BMW M3, pero, como ya sabrás, a partir de ahora, los M3 Coupé y Cabrio pasan a denominarse M4. 

Se trata de un convertible con unas dimensiones prácticamente idénticas a las de su hermano con techo cerrado. Salvo por unos pequeños milímetros de alto, el resto de cotas se mantienen inalteradas. 

Pero ya te hablaré luego de aspectos prácticos. Ahora es momento de ver cómo se las gasta este M4 descapotable cuando te pones al volante. Para ello he viajado a Alemania, aunque venir al país de la actual campeona del mundo de fútbol a finales del verano para hacer una prueba un cabrio tiene sus riesgos. Y mis sospechas, desgraciadamente, se han cumplido. Durante esta primera prueba del BMW M4 Cabrio la lluvia me ha acompañado de manera intermitente. En un primer momento el cielo era plomizo, la temperatura no demasiado alta y el momento, por tanto, perfecto para disfrutar de este maquinón a cielo abierto. Además, hay que aclarar que para días como hoy resulta perfecto el sistema 'Air scarf' (opcional) que mantiene tu cuello calentito por medio de un ligero chorro de aire templado que sale de la parte inferior del reposacabezas.

BMW M4 en curva


El buen tiempo, como te decía, no dura demasiado y enseguida veo gotas de lluvia en el parabrisas. No hay problema, la capota se puede cerrar en marcha. Problema: esta maniobra solo es posible hasta una velocidad de 18 km/h y aunque circulo casi parado tras una larga fila de coches el sistema me avisa de que voy demasiado rápido y que no puede realizar la operación. ¡Vaya! Tengo que parar. Menudo incordio... Además, los 20 segundos que el techo duro retráctil de tres piezas necesita para volver a su posición original se hacen eternos cuando te estás mojando. Hay que entender que se trata de un mecanismo más complejo que el de una capota de lona y necesita tomarse su tiempo. Pero, eso sí, una vez cerrado disfruto de un auténtico coupé. No solo por la estética exterior cuando la capota está puesta, sino porque la insonorización con el exterior es realmente sorprendente.  

Otra de las pegas que se le puede poner al M4 Cabrio es el incremento de peso respecto a la versión Coupé. Concretamente aumenta 250 kilos. Son 1.750 en total. Pero si se tiene en cuenta que es un modelo más potente y equipado que el anterior, respecto al cual se aligera en 60 kilos y que, además, es el más rápido de su clase, no parece que su exceso de gramos en la báscula resulte tan decisivo. Acelera de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos (la versión con cambio de doble embrague de siete marchas, porque el manual necesita 4,6 s), es decir, es 0,4 segundos más lento que el coupé, pero 0,8 más rápido que el modelo de la generación anterior.

No voy a entrar en valoraciones demasiado profundas relativas a la mecánica del BMW M4 convertible, ya que monta el mismo motor TwinPower Turbo de 431 CV que el M4 Coupé (aquí puedes leer la prueba del BMW M4 Coupé), pero sí me gustaría destacar que lo importante no solo es que este motor sobrealimentado logra 11 CV más que el anterior V8 de aspiración, sino que su cifra de par máximo se incrementa en 150 Nm. Y tener 550 Nm bajo el pie derecho desde solo 1.850 rpm es sinónimo de poderío absoluto.

Dinámicamente lo que más llama la atención de este nuevo M4 Cabrio es que no es un deportivo 100% radical y ya, si no que permite variadas posibilidades de configuración para adaptar su respuesta a lo que requiera cada momento. Me refiero a que puedes variar entre las posiciones 'Comfort' ('Efficient' en el caso de la mecánica), Sport y Sport +, para dulcificar o dar un toque picante al tacto de dirección, suspensión y motor. De manera añadida puedes optar por tres modalidades distintas para el cambio M de doble embrague (de serie viene con un manual de seis marchas), que van de más suave y progresiva a más efectiva y rápida, así como los tres modos del control de estabilidad DSC: conectado, M (más permisivo) y completamente apagado. Sin olvidar la tecla M (configurable) del volante.

Si te preguntas por la diferencia de comportamiento respecto al coupé, tras esta primera toma de contacto puedo decirte que se nota que es más pesado, pero no se arruga en zonas de curvas. Evidentemente, la rigidez torsional es inferior, pero creo que el conductor medio que puede acceder a este modelo no llegará a apreciar merma alguna en su respuesta, ya que pasa con gran solvencia tanto por giros cerrados como por los de radio más amplio. Y está apoyado en una dirección (configurable) con un tacto más que directo.

En cuestiones prácticas, debo reconocer que me ha gustado el ingenioso sistema que eleva la capota cuando esta estáplegado en el maletero para que puedas meter las maletas sin necesidad de cerrar el techo. Eso sí, al verlo actuar y comprobar todos los mecanismos y motores que se ponen en marcha te das por qué este M4 Cabrio es mucho más pesado que el coupé.

También funciona muy bien el deflector de aire (opcional), que inhabilita las plazas posteriores, pero te permite circular a gran velocidad y mantener una conversación sin que el viento interrumpa ni despeine. Y creeme que es así, porque lo he probado a más de 200 km/h en las autopistas sin límite de velocidad que hay por aquí y que tanto me gustan.

Para terminar, debo decir que el interior del nuevo BMW M4 Cabrio me ha parecido un poco soso. La unidad que he conducido en esta prueba contaba con un tapizado especial de la línea Individual de BMW, pero eso no quita para que se eche en falta algún que otro elemento más deportivo en una versión como esta, porque cuenta con algunos logos M, algo de aluminio y poco más.

Lo único que puede ahuyentar a compradores del Cabrio es el precio: está disponible desde 98.500 euros (10.000 euros más que el coupé). Como puedes leer en esta información en la que te adelantamos el equipamiento y los precios del BMW M4 Cabrio, las primeras unidades ya están disponibles.

Prueba del BMW M4 Cabrio (Por Kike Ruiz)

De todas las cifras que ofrece este BMW M4 Cabrio hay dos que destacaría sobre el resto: 20 y 4,4. La primera es el tiempo exacto en segundos en el que te deja al descubierto; la segunda, lo que necesita para ponerte los pelos de punta al rebasar los 100 km/h desde parado. Lo de menos, al final, es que cuentes con 431 CV bajo el capó, que haya adelgazado 60 kilos con respecto al M3 Cabrio anterior o que su bloque de aluminio solo ofrezca hueco para seis pistones. Eso son cifras más frías. 

Pero, un momento: ¿quién dijo frío? Hacía mucho tiempo que no me sentaba al volante de un descapotable tan bien preparado para poder circular a cielo descubierto en cualquier época del año. ¿Climatización? ¿Asientos calefactables? ¿Una cálida brisa directa en la nuca? Este M4 Cabrio tiene todo eso y más, aunque si quieres que se pongan las cosas calientes de verdad, busca el botón de arranque. ¡Ahora sí! Desde este preciso instante se van a poner las cosas mucho más serias. Ya habrá tiempo más tarde para los paseos. Como el Coupé, este M4 descapotable tiene varios niveles para hacerlo más incisivo y radical en su respuesta. Hay dos botones configurables en el volante (M1 y M2) para ajustar motor, suspensión y dirección a tus gustos personales. Para cada uno de ellos apunta tres ajustes posibles: Comfort, Sport y Sport Plus. Y la caja de cambios DKG también varía su respuesta en otros tres niveles.

Prestaciones brutales las de este M4 Cabrio

¿Medias tintas? No hemos venido aquí para eso. Ordeno a la electrónica que tense todo lo que pueda a  este juguete de casi 100.000 euros y me dispongo a experimentar todas las sensaciones que es capaz de brindarme. Pie a fondo. La respuesta es inmediata y mi espalda se queda atrapada a unos asientos de cuero muy bien contorneados. El sonido que llega a mis oídos es brutal y solo la oportuna actuación del control de estabilidad evita que deje dos enormes líneas negras sobre el asfalto. Voy ganando velocidad a un ritmo endiablado, el mismo con el que la caja de cambios pega el salto de una marcha a otra. Es brusca y no entiende el significado de la palabra suavidad en su ajuste más agresivo, pero me encanta. Y eso que no es perfecta: llega la primera curva, hundo el pie en el freno y al bajar marchas la noto algo menos despierta de lo esperado.

Un comportamiento racial

Giro. La dirección es superrápida y muy directa, pero el eje delantero lucha por vencer las inercias y meter el morro en la curva. Lo consigue, pero la maniobra no ha sido del todo fluida. La culpa la tienen los casi 1.900 kilos de este BMW, demasiados para lograr un coche ágil y obediente en la entrada de las curvas. Llega el momento de poner gas. Lo hago con cuidado, tratando de que los 431 CV no me atropellen de golpe. Abro dirección y para cuando tengo el M4 recto hundo el pie derecho sin concesiones. ¡Y vuelve a parpadear! El testigo del ESP se ilumina otra vez como abroncándome por mi osadía.

Una trasera excesivamente viva

Y es que cuando los dos turbos entran en acción da igual cómo tengas el coche. O eres progresivo con el acelerador hasta el final o se acaba la diversión. En la siguiente curva pasa lo mismo, pero esta vez con la dirección girada. ¡Qué poca paciencia tengo! Ahora la trasera se mueve, se insinúa y me informa de que en otras circunstancias, y con los controles desconectados, la situación hubiera sido muy distinta. Aviso a navegantes: no recomiendo para nada jugar a desactivar la electrónica en carretera abierta, porque entre la diversión y un susto hay una línea demasiado delgada. Después de unos cuantos kilómetros me acabo llevando bien con el salvaje M4 Cabrio.

Tiene mucho sex-appeal con la capota escondida en el maletero, serás la envidia de tu urbanización y todos te pedirán que les des una vuelta, pero no te equivoques: este BMW es un ///M de verdad y fiel a su filosofía te va a hacer sudar cuando lo quieres llevar al límite.

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