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Prueba del Mercedes G 350 Professional: la bestia todoterreno definitiva

G Professional

El Mercedes Clase G ha sido durante mucho tiempo más un transatlántico de lujo que un trabajador agrícola. Con la versión Professional que hemos probado, vuelve al barro.

Para probar el Mercedes G 350 Professional en su elemento, nos vamos a un circuito en el que suelen probarse los todoterreno extremos, a una hora de Viena. 

Solo el motor del G 350 d es modesto

Este Mercedes no lleva la denominación 500, ni AMG: sino un 350 d muy modesto con 286 CV. Hay que hacer dos observaciones. Primero: el G básico cuesta algo más de 100.000 euros. La modestia es otra cosa. Y segundo: A fin de año, el 350 deja de fabricarse. 

Pero no solo la elección de un motor diésel demuestra que este Clase G se ve a sí mismo como un trabajador y no como un coche de lujo. Es el equipamiento lo que marca la diferencia: porque por unos casi ridículos 1.785 euros, este G viene con el paquete Professional y, con sus neumáticos AT de dibujo profundo, rejillas protectoras delante de los faros y una protección antiempotramiento masiva, suplica ser incluido en el ilustre (y cada vez más reducido) círculo de los todoterreno puros. 

Por supuesto, el diseño conjunto es inconfundible, incluso cuando parece que le inyectaron esteroides en Stuttgart al nuevo G. Lo mismo puede decirse del motor: es el más pequeño de la gama, pero eso no le impide arrojar unos apabullantes 600 Nm, y gruñe con tanta confianza en el bosque como el ciervo más grande durante la berrea.

 

Ningún terreno es demasiado difícil para el G Professional

Saco aire de los neumáticos, los delgados AT repentinamente son bastante planos, muerden con avidez el barro y el barro con sus llantas de 18 pulgadas, que son casi modestas para un Clase G, él sube las secciones empinadas con ira, se abre paso entre la maleza y se desliza sin escrúpulos sobre piedras y tocones de árboles en los bajos, se revuelca casi sensualmente en los charcos hasta “las rodillas”.

El hecho de que la suciedad sea tan espesa en la pintura como el empanado en un escalope es más un elogio que algo negativo, porque este coche está concebido para mancharse.

Mercedes deja atrás a los demás

Donde los surcos son demasiado profundos para una HiLux y las pendientes demasiado empinadas para un Defender, el Professional sigue como si nada. 

Lateral del Clase G

Después de pasármelo bomba, vuelvo a Inflar el aire, limpio la carrocería, quito suciedad de los faros y me deslizo cómodamente a casa por la autopista, incluso con cierto lujo.  Solo la nueva Clase G se permite ser tan basto y refinado al mismo tiempo. 

Factores para decidir la compra

Es asombroso lo que el modelo G puede hacer fuera de la carretera. El diésel es refinado, la tecnología es de primera clase. La Línea Professional, además, retoma el encanto offroad de loso modelos originales. ¡Pura diversión!

Valoración

Nota8

El Mercedes Clase G ha sido durante mucho tiempo más un coche de lujo que un tipo rudo. Con la versión Professional que hemos probado, vuelve al barro.

Lo mejor

Capacidades offroad, confort en carretera, diseño, sabor clásico

Lo peor

Lo esperable: el precio es solo para unos pocos

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