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Comparativa: BMW X5 M/RangerRover Sport SVR/Cayenne Turbo S

Perfectos para luchar contra el crono en un circuito y para viajar por autovía con el máximo lujo. Estos tres SUV pueden parecer demasiado extremos en todo, y solo están al alcance de los más pudientes. Te contamos lo que se siente al volante. Esta es la comparativa del BMW X5 M, RangerRover Sport SVR y Cayenne Turbo S.

Motorizaciones comparadas:

Existe en el mundo una sorprendente cantidad de gente que no tiene que preocuparse de su dinero. De otra manera, no se entendería el enorme éxito de los todoterreno de potencias estratosféricas, carrocerías inmensas y cualidades deportivas. Como estos que enfrentamos aquí: esta es la comparativa del BMW X5 M, Ranger Rover Sport SVR y Cayenne Turbo S.

Y no solo los hemos reunido por sus enormes dimensiones, sino que también coinciden en una estética que hace más pensar en un circuito que en una autopista o un camino de tierra. El BMW X5 M, por ejemplo, que deja atrás discreciones pasadas y opta ahora por enormes llantas y poderosos espoilers. Más aún sorprende la mutación del siempre elegante Range Rover en su variante SVR (Special Vehicle Racing), que ahora no ahorra en inmensas entradas de aire o protuberantes escapes. Se acabó la sempiterna pose de gentleman. Y es que lo británicos quieren asegurarse su porción de tarta en el mercado asiático, árabe y americano, donde este tipo de coches generan mucho dinero.

El Cayman también impacta con su enorme alerón, aunque este modelo ya nos tenía más acostumbrados.

Comparativa: BMW X5 M/RangerRover Sport SVR/Cayenne Turbo S. Lujo y prestaciones

Ranger Rover Sport SVR: Aquí se trata de degustar sonido y prestaciones por igual.Y es que este coche es todo un deleite para los sentidos. Sus detalles estilísticos parecen venir preparado con más estilo sobre la faz de la tierra. Pero su interior no cuadra tanto con su espíritu deportivo. Solo los asientos específicos, ahora con más agarre y ergonomía, apuntan en esta dirección. Y al mismo tiempo son realmente cómodos.

El cuero mullido y de calidad te hacen sentir como en el salón de una casa lujosa. Hasta que aprietas el botón de arranque, claro, cuando invade el interior un sonido tan estruendoso como cautivador, y te das cuenta de que bajo el capó llevas algo muy serio. Solo un clásico V8 a un ángulo de 90 grados puede sonar de esa manera. Seguro que hemos despertado a todo el vecindario, y eso que ni siquiera he apretado el botón de la consola central para abrir las válvulas de escape. Un coche así no necesita artificios en su sonido. ¿Y qué hay de su comportamiento? Sus 5,0 litros proveen 550 CV y 680 Nm de par, suficientes para unas prestaciones dignas de deportivos mucho más ligeros. Eso sí, si antes te decíamos que sus asientos eran increíblemente confortables, algunos echarán de menos esto mismo en la suspensión: ahora el tarado es mucho más firme, y eso le ayuda a mantener la carrocería sin acusados balanceos en curvas, pero también implica que se noten más las irregularidades en el interior.

Comparativa: BMW X5 M/RangerRover Sport SVR/Cayenne Turbo S. Comportamiento deportivo

Pero, ojo: no quiere decir en ningún caso este Range sea incómodo. Su compromiso entre suavidad y deportividad está bastante conseguido. Con todo, el Range Rover Sport se queda por detrás del Porsche a la hora de pasar por curvas. El Cayenne se siente 400 kilos más ligero, aplomado a la par que ágil, y su dirección y suspensiones tienen una respuesta soberbia. El 4,8 biturbo V8, eso sí, no empuja desde el mismo arranque con la fiereza del británico. Pero al recorrer un par de metros, sí que se pone a su altura e incluso lo rebasa, y cuando los turbos soplan a pleno rendimiento la respuesta es demencial. Sus 570 CV y un par récord de 800 Nm no tardan en hacerse notar en toda su plenitud. En sonido es más típico de un V8 que el 4,4 litros biturbo del BMW, que solo mantiene el grave rugido a bajas vueltas.

Eso sí, es algo más espontáneo que el del Porsche al acelerador, y a partir de las 2.000 vueltas, el bávaro ofrece un concierto de trompetas celestial. Y es que al bávaro no hay quien le pille… Cuando se trata de rodar por circuito. Pero, al mismo tiempo, es el que más exige a su conductor. La dirección, extremadamente directa, exige toda la concentración del mundo, y su grado de dureza es, además, el más elevado. Una vez tienes esto en cuenta, el paso por curva es endiabladamente rápido, y enseguida te olvidas de que llevas 2,2 toneladas entre manos. No hay que olvidar que estamos hablando de 575 CV y 750 Nm de par, y con semejante poderío bajo el acelerador la tracción integral es un apoyo inestimable, incluso cuando circulamos sobre asfalto seco. Pero hay otra virtud so cabe más importante en este bávaro: sus frenos extremadamente potentes, que logran unas detenciones realmente cortas para un coche de este tamaño y peso.

Comparativa: BMW X5 M/RangerRover Sport SVR/Cayenne Turbo S. Conclusión

En definitiva, son tres moles muy deportivas, pero al mismo tiempo prácticas para un uso diario. Ninguno de los tres adolece de un nivel de confort bajo, aunque en el caso del BMW hay un apartado en el que se ve superado por sus dos rivales: su baja altura de la carrocería lo hace más vulnerable a golpear los bajos por terrenos irregular, y es que carece de suspensión neumática con altura variable de la carrocería, que sí tienen sus otros dos rivales. Al césar, lo que es del césar: sin quedar en ningún caso por detrás en deportividad, el Porsche, por nivel de confort y espacio y variabilidad interior, es el más utilizable en el día a día de los tres.

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