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Prueba BMW X4 xDrive30d, adelantado

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El BMW X4 xDrive30d de esta prueba es un coche de 4,67 metros de longitud, es decir, tiene casi el mismo tamaño que el X3. Así que, teniendo en cuenta que en su día el X6 resultó un modelo complementario al BMW X5 (en el que se basa), ahora las cabezas pensantes de BMW quieren seguir esa misma senda, pero en el segmento de los todocamino compactos.

Es una decisión que me parece todo un acierto, porque un coche de aspecto coupé como este está destinado a un público más dinámico que el BMW X3 y puede dar cabida a conductores más jóvenes a los que el BMW X6 se les escapa de precio. Eso, por supuesto, no quiere decir que este X4 sea precisamente barato.

Todo un atleta

He tenido la oportunidad de ser el primero en hacer una prueba a fondo del nuevo modelo de la marca de Múnich y, tras una semana en la que he podido disfrutarlo tanto en el ajetreo del día a día como en carretera para desplazamientos más largos, debo admitir que he cambiado mi primera impresión sobre él. Pensaba que era como un chulito de gimnasio con mucho músculo y poco seso. Pero es más bien un atleta que también sabe cuidar los aspectos prácticos. Te cuento...

Uno de sus puntos fuertes, como cabe esperar de un BMW, es su gran dinamismo, pero los de la hélice hace tiempo que han dado un giro hacia el confort y logran una respuesta muy equilibrada. Por ello, el nuevo BMW X4 es más cómodo de suspensión que su hermano mayor y más llevadero en viajes largos, pero tiene un comportamiento muy afinado si afrontas zonas de curvas a un ritmo elevado. Sinceramente, para pesar casi dos toneladas, me han sorprendido su agilidad y su buena estabilidad.

La tracción xDrive, el gran aliado

Buena parte de la culpa la tiene la tracción integral xDrive que este modelo monta de serie y que asegura un agarre óptimo y una correcta transmisión de la potencia al asfalto en todo momento, porque cuenta, además, con diferencial trasero activo para enviar la fuerza necesaria a cada rueda por medio de un embrague multidisco.

También resultan decisivos para condicionar su respuesta los distintos modos de conducción. Un sistema que ya es más que habitual en toda la gama BMW y que varía la respuesta del coche en función de cuatro programas: Sport+, Sport, Comfort y Eco Pro.

Y no puedo pasar por alto la dirección eléctrica variable de este BMW X4 xDrive30d (varía su desmultiplicación según el grado de giro del volante y la velocidad), que te ayuda a aparcar con toda la suavidad del mundo y a sentir perfectamente lo que está pasando bajo las ruedas cuando aumentas el ritmo, porque tiene una respuesta rápida y precisa.

Motorazo de 3 litros

El motor de 2.993 cc es el mismo bloque Twinturbo que montan otros 30d de la marca y entrega idénticos 258 CV de potencia. Pero no impresiona tanto por su fuerza al subirlo de vueltas (alcanza esa cifra a las 4.000 rpm) sino por su empuje desde abajo, ya que tiene disponible sus 560 Nm de par máximo desde solo 1.500 vueltas y los mantiene intactos hasta las 3.000 rpm. Eso se traduce en una respuesta muy redonda y homogénea casi a cualquier rango de revoluciones. Y qué decir del cambio automático de ocho velocidades ZF... La verdad es que este mecanismo de convertidor de par, que funciona mediante impulsos eléctricos (Shift by wire: no hay una unión mecánica entre la palanca y la transmisión) logra unos saltos de marchas suaves y tan rápidos que no echas de menos en absoluto un cambio de doble embrague.

Prestaciones, bien. ¿Consumo?

Esto explica que el tándem que forma junto al propulsor 30d sea de los más efectivo contra el cronómetro y marque unas prestaciones francamente destacables para un modelo diésel. Así, logra alcanzar los 100 km/h en 5,9 segundos y pasa de 80 a 120 en solo 4,3. Como ves, capacidad de aceleración y fuerza para recuperar cuando gira bajo de vueltas no le faltan. ¿Pero, qué hay del consumo?

En esta prueba el BMW X4 30d ha gastado una media de 7,2 litros. Sí, está muy lejos de los 5,9 que promete BMW, pero ten en cuenta que te hablo de un consumo real (no de laboratorio) y que se trata de un coche de casi dos toneladas de peso con tracción integral permanente.

Probablemente, muchos piensen que uno de los puntos flacos de este todocamino coupé llegue al abrir las puertas traseras y acceder a la segunda fila de asientos. Pero debo reconocer que me ha sorprendido su habitabilidad. Es cierto que el ac- ceso es estrecho y que la línea descendente del techo limita el espacio, pero una vez dentro compruebo que ofrece unas dimensiones más que correctas incluso a lo alto. Solo le pondría dos pegas: la banqueta trasera es demasiado corta y la plaza central poco practicable.

El maletero tampoco está nada mal. Con 500 litros y unas formas bastante regulares, tienes de sobra para el equipaje de las vacaciones. Sí, es 50 litros más pequeño que el del X3, pero una mochila más no te va a sacar de grandes apuros y el que un coche de aspecto coupé quiere, algo le cuesta...

Los rivales de este X4 están claros. Todos ellos, como has visto al principio, todocamino premium con un dinamismo y una estética diferente al resto. Si dejamos a un lado a su hermano X3, la lista queda cerrada al exitoso Range Rover Evoque y al deportivo Porsche Macan.

Conclusión

BMW sigue completando su gama de SUV. Ahora, con el X4 cubre las expectativas de aquellos que no alcanzaban al BMW X6 y que no quieren un coche de aspecto 4x4 como el BMW X3. Esta versión 30d es un prodigio por sus prestaciones y empuje, pero demasiado cara. Y puede que quede un modelo más para cerrar la gama, un X2 al estilo del Mini Paceman que ya existe en la casa.

Valoración

Nota8

En esta prueba del BMW X4 xDrive30d, Enrique Trillo analiza su comportamiento, consumo, equipamiento y posicionamiento frente a la competencia SUV

Lo mejor

Comportamiento dinámico, imagen deportiva y exclusiva

Lo peor

Precio algo elevado, espacio para las cabezas en las plazas traseras

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