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Coche parado mucho tiempo: ¿Peor si es diésel o gasolina?

Coche parado mucho tiempo: ¿peor si es diésel o gasolina?
A ninguna le conviene no arrancar ni moverse en demasiado tiempo. ¿Pero qué tipo de mecánica sufre más una cuarentena?

En los últimos tiempos, conviven muchos tipos de motores en las vías públicas, porque la movilidad se ha diversificado muchísimo: de gasolina, de gasóleo, bifuel, híbridos, eléctricos, híbridos enchufables... Los reyes siguen siendo los dos primeros. Pero cuando se trata de no arrancar un vehículo durante un largo periodo, como ha pasado este año, a muchos les surge una pregunta de lo más lógica entre las dos opciones mayoritarias, y por eso vamos a tratar de responderla en nuestro apartado 'Aprende con AUTO BILD': si tienes un coche parado mucho tiempo, ¿es peor si es diésel o gasolina? 

Como ya te hemos contado muchas veces, cualquier aparato mecánico -incluso eléctrico- está concebido para moverse, no para estar parado. Y en el mejor de los garajes posibles que imagines, un coche inmovilizado sufre, porque tiene muchos elementos que acusan especialmente la falta de actividad: neumáticos, fluidos, juntas, manguitos, retenes... 

Cómo poner un coche en cuarentena y no gastar mucho dinero

Por ello, conviene arrancarlos (y si es posible, desplazarlos aunque sea unos metros) al menos una vez por semana. Sin embargo, tanto si lo haces como si no, el tu vehículo lo seguirá pasando peor que si pudieras circular normalmente de cuando en cuando. 

Así que, dicho esto, con cuarentena por coronavirus o sin él, si tienes un coche parado mucho tiempo, ¿es peor que sea diésel o gasolina

Complejidad vs simplicidad

En principio, cuanto más sencilla sea la estructura de un motor, menos elementos serán susceptibles de estropearse. Por ello, una de las ventajas de los vehículos eléctricos es precisamente esa, que suele requerir menos partes mecánicas (del envejecimiento prematuro de la electrónica y los costes futuros en su reparación y mantenimiento hablaremos otro día). 

Motor térmico
Getty Images

En el otro extremo, en los híbridos, la cosa se complica, porque cuentan con dos motores (térmico -gasolina o diésel- y eléctrico); los bifuel (una sola mecánica, dos depósitos -para que se alimenten de gasolina o de gas GLP o GNC-), se asemejarían más a los gasolina en cuanto a sufrimiento de estar parados. 

Y, finalmente, en los gasolina y diésel, todo dependería de la unidad en cuestión y, aunque resulte paradógico, de su edad, porque también esta influirá en su grado de simplicidad o complejidad: ante un tiempo de confinamiento, parece lógico pensar que un vehículo antiguo será más fácil de poner a punto que uno reciente, porque estará menos cargado de tecnología (sondas, catalizadores, filtros de partículas, turbos, unidades de gestión...) y serán menos sensibles a los efectos colaterales del confinamiento (suciedad, impurezas por sedimentación en el carburante). 

Los motores antiguos suelen ser más sencillos y resistentes a la inactividad
Los motores antiguos suelen ser más sencillos y resistentes a la inactividadAUTO BILD

Así que, ante dos coches parados mucho tiempo que sean equivalentes -de la misma edad-, ¿sufrirá más el diésel o el gasolina? Pasamos a repasar lo que les diferencia para seguir contestando a la pregunta que nos ocupa.     

Características básicas de los motores de gasolina y diésel

  • En un coche de gasolina, el carburante (gasolina) entra en los cilindros mediante las válvulas de admisión y la inyección. Las bujías (que también acusan la suciedad y la falta de uso, pero son más baratas y sencillas de limpiar y cambiar) dan la chispa necesaria para que se produzca la explosión en la cámara y el posterior desplazamiento de los pistones.
  • En uno diésel, básicamente lo que cambia es que, cuando está el combustible a presión en la cámara del cilindro gracias a la admisión y los inyectores, este (el gasóleo) no explota, sino que arde al aumentar su temperatura debido a la acción de los calentadores. Estos últimos suelen ser algo más complejos, por lo que su sustitución en caso de atasco o envejecimiento también se encarece. 
Motor térmico
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Luego, como en el resto de motores térmicos, en uno y otro tipo de motor, las bielas transmiten ese movimiento lineal al cigüeñal, que lo transforma en circular y, mediante la transmisión, el par motor pasa a las ruedas. En principio, en esta segunda parte, parece que los periodos de confinamiento afectarían por igual a ambas mecánicas. Sin embargo, hay que tener en cuenta otros factores para determinar si un coche parado demasiado tiempo sufre más por ser diésel o gasolina.    

Temperatura

Dado que el motor diésel suele ser más complejo y en su momento estaba ideado para soportar un mayor número de kilómetros a cambio de más bajos (repetimos que estas eran las ideas iniciales) en la entrega de par y prestaciones menos brillantes (su robustez también era a priori mayor), solía tardar más en lograr su temperatura óptima de rendimiento. También los diésel han tardado un poco más al enfriarse.

Por eso, honrosas excepciones aparte, se suele decir que un diésel es mucho más sensible a los trayectos cortos. Y en una cuarentena, puede acusar especialmente una falta continuada de uso real... 'aderezada' con arrancadas periódicas breves y pocas oportunidades de trabajar en condiciones. 
 

Lubricación

La temperatura también influye en la lubricación. Si bien es verdad que el gasóleo contiene algo de aceite en sí mismo, un diésel tarda algo más de engrasar las partes móviles de un coche, con lo que los parones excesivos podrían aumentar el riesgo de gripaje en cuanto se arranque de nuevo. 

Por ello, sea como fuere, cuando vayas a arranca el coche, conviene que el aceite no esté por debajo del mínimo (rellénalo si es preciso, pero siempre con uno del mismo tipo).

Aceite fresco de un coche
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Y después de un largo periodo de inactividad como el de un confinamiento forzoso, conviene que lo sustituyas completamente (lubricante más filtro). 

Depósito

Dadas las mencionadas características lubricantes del gasóleo, puede que este aceite que contiene actúe a favor de sí mismo y en del tanque de combustible que lo contiene frente a la gasolina.

Depósito de combustible en reserva
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Pero no olvides que, igual que en el resto de fluidos, los largos periodos de inactividad siempre producirán peligrosos sedimentos, especialmente, si el nivel de carburante que tienes en el tanque es escaso.   

Peso 

Si comparamos dos modelos exactamente iguales en cilindrada pero movidos con diésel o gasolina, el primero podría presentar algo más de peso en el tren delantero, por lo que, ante un periodo de tiempo largo sin movimiento alguno, los neumáticos anteriores del diésel también podrían sufrir un poco más si no cambian nada de posición. Pero las diferencias deberían ser muy sutiles... 

Filtro de partículas

Aquí sí que se lleva la palma el coche de gasolina, pues el filtro de partículas de los diésel es otro de los componentes que, si sufre atascos por falta de actividad, repercutirá muy negativamente en el comportamiento. 

Alertas de mal estado del filtro de partículas
Alertas de mal estado del filtro de partículasGetty Images

El turbo

Mención aparte merece el turbo, un elemento que desde hace mucho tiempo no es patrimonio exclusivo de los deportivos de gasolina donde empezaron a popularizarse a principios de los 80... ni en los diésel, mecánicas en las que se generalizaron con la fiebre del gasóleo (en las dos décadas posteriores).

Sección de un turbo
Sección de un turboGetty Images

Así que vigílalo especialmente si lo tienes bajo el capó, porque un coche con turbocompresor podría ser más vulnerable estos días. ¿La razón? Su durabilidad también depende en gran parte de la temperatura a la que trabaje, pues si bien al ralentí no es habitual que intervenga siquiera, en cuanto el coche se mueve sí que lo hará y necesita su tiempo para calentarse y lubricarse correctamente (usa marchas largas al principio)... y luego, otra porción de segundos para enfriarse (si no dejas el motor un rato -no menos de un minuto- al ralentí antes de apagarlo, el calor acumulado dentro de la turbina podría no disiparse y acabar deformando las aspas de la hélice). 

Y, de nuevo, como imaginarás, los trayectos cortos propios de los desplazamientos autorizados en estos días de cornavirus (a la compra, a la farmacia, a la gasolinera, a la casa de la expareja en padres separados para llevar o recoger a menores...) no son lo más adecuado para su buena salud, esté montado este elemento en un coche que -parado demasiado tiempo- sea diésel o gasolina.  

En resumen

Como sintesis, es muy tentador decir que, entre dos coches iguales que pasen parados mucho tiempo, lo normal es que el diésel sea frente al gasolina más proclive a sufrir problemas derivados de una cuarentena... pero, para ser justo, hay que tener en cuenta todos estos factores que hemos analizado aquí.  

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