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Carsharing: qué es y cómo ahorrar mucho dinero con este sistema de alquiler de coches

5 consejos para evitar contagios en el carsharing

Si vives en una ciudad de ciertas dimensiones, necesitarás desplazarte un día sí y otro también. Lo bueno es que mientras que hasta hace unos años como alternativa al transporte público sólo existía la opción de comprarse un coche, ahora no siempre es necesario, gracias al Carsharing: ¿sabes qué es y cómo ahorrar mucho dinero con este sistema de alquiler de coches

Dispongas o no de un vehículo particular, lo cierto es que no siempre te podría interesar moverlo para según qué cosas, y más, si tu municipio cuenta con zonas de bajas emisiones (ZBE) que restrinjan la circulación a vehículos con etiquetas ambientales distintas a la tuya. Así que estaría bien que vieras todas las opciones que actualmente existen en para desplazarte al mínimo coste

De hecho, el carsharing nació como 'pago por uso' hace unos años, para alquilar un coche sin conductor de forma más barata y flexible que un 'rent a car' convencional, de tal forma que se primara el precio por trayecto y tiempo más que por días, semanas o meses. Y ahora es un servicio que se ha diversificado mucho y convive con sus equivalentes en motos (motosharing) y patinetes. 

Especial: coche compartido

Aunque cada empresa concreta de carshering tiene sus propias características, opera con unos modelos determinados y ofrece más o menos distancias recorridas por un determinado precio, lo habitual es que tengan una cuota de alta, un seguro, cubran un kilometraje determinado y dispongan de bonos, así como posibilidades de alguilar el vehículo por minutos, horas, días y hasta semanas.  

Así, es habitual que hayan proliferado diferentes logos de compañías especializadas independientes o creadas -o al menos, participadas de alguna manera- por los propios fabricantes de vehículos, como Free2Move, WiBLE, Zity, ShareNow, GoTo... y hayas visto por ahí Smart ForTwo y Smart ForFour, Citroën C-Zero, Peugeot e-208, Citroën AMI, Citroën Berlingo, Renault Zoe, Kia Niro, Fiat 500e, BMW X1... 

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¿Cómo funcionan estos sistemas? Lo primero es bajarte en tu smartphone las aplicaciones de aquellas empresas de carsharing que operen en la cuidad en la que te encuentres. Incluso, hay apps en las que puedes gestionar varias a la vez. O ir a la que más te interese. A continuación, debes registrarte en cada una, con los datos que te pidan… y la tarjeta con la que vayas a pagar cada viaje.

Tras activar tu ubicación, hacer que la app localice el coche de carshering esté disponible más cerca. Una vez junto a él, debes desbloquearlo con la aplicación, abrir la puerta y subirte. Conviene que compruebes la autonomía, que el automóvil no tiene ningún desperfecto que reportar a la compañía... ¡Y a conducir!

Podrás utilizar tu coche de carshering cuanto quieras dentro de los límites fijados, cargar su maletero, llevar a otras personas según las plazas autorizadas, circular por las áreas que estén permitidas en función de la pegatina energética de la que dispongas… Por supuesto, deberás atender siempre a los límites de velocidad vigentes y respetar el resto de normas de tráfico.

Por último, cuando hayas llegado a tu destino, ya sólo queda estacionar el coche en una plaza legal y finalizar el servicio en la aplicación, para que se te cobre lo estipulado y que ya nadie te pueda pedir responsabilidad alguna sobre el vehículo que acabas de utilizar... salvo que hayas contratado un servicio de más duración (para que lo sigas teniendo en exlusiva para el siguiente viaje).

¿Qué ventajas tiene? El carshering es un servicio más barato que un taxi o un VTC y resulta muy interesante de desplazarte si sólo quieres conducir de forma esporádica y no necesitas recorrer más distancia de la que te ofrecen ni irte muy lejos ni tener un vehículo siempre a punto justo a la puerta de casa. 

Como decíamos al principio, es un 'pago por uso' muy flexible, por lo que te ahorrarás la compra, el impuesto de matriculación, el de circulación, las revisiones, el mantenimiento, la reparación de posibles averías, las ITV, el combustible, la plaza de aparcamiento, el seguro, … y todos los gastos que conlleva un coche en propiedad durante su vida útil.

¿Inconvenientes? Nunca vas a tener la libertad ni la disponibilidad que te aporta un vehículo tuyo, desde luego. Si hay atascos, los vas a sufrir igual, del mismo modo que la escasez de aparcamiento en superficie, puesto que al llegar a tu destino, no te vas a poder desentender de tu coche de carsharing con tanta facilidad como de las motos equivalentes de alquiler o de los patinetes.

Además, hay que asegurarse de ventilar muy bien (estos son los momentos de mayor riesgo de cotagio por Covid en un coche según nuestra investigación) y, de nuevo, no meter la pata en circular por donde no debes por sobrepasar las zonas permitidas, por llevar una matrícula naranja (con los AMI por ejemplo)… Y, en principio, no está pensado para ir de una ciudad a otra a poco lejana que esté. 

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