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Respeto tu opinión, pero estás equivocado

Bentley Brooklands

En plena era de los opinadores de salón, las opiniones de los demás no sirven de mucho.

¡Hola! Una vez más acudo a esta cita contigo con una opinión que no me has pedido, pero me da igual porque te la voy a dar. Opiniones: de eso va esta semana.

Bueno, más que de opiniones, de opinadores de sofá. Me encantan. Los adoro. No sé si habrá alguno por aquí, pero me gustaría que si es así me respondiera alguien: ¿en este deporte hay que federarse o sale solo? Una curiosidad que tiene un amigo.

Veréis. Hace unos días mi compañero Rodrigo escribió una prueba del Mazda MX-5. Sí, un roadster histórico y bla bla bla. Quién no querría uno en su garaje, ¿verdad? La verdad es que sabía qué iba a ocurrir porque sé de qué pie cojea. 

Básicamente, si no es italiano, o un JDM loco estilo RAUH-Welt, no le va a gustar. Bueno, también tiene sensibilidad con los coches y manos. Suficientes como para hacer carreras de resistencia en karting y terminar en posiciones, como poco, dignas de levantar una ceja.

El caso es que su veredicto ha sido llamativo. Sí, el MX-5 mola y tal, pero siempre que no quieras ir rápido de verdad: para eso hay otras opciones. Algo que comparto. También le ha puesto una nota igualmente llamativa: un seis sobre 10. Eso yo no lo comparto. Pero lo respeto.

También hay otro veredicto casi unánime. El de los opinadores de sofá en X (creo que ha llegado el momento de dejar de decir eso de “X, la antigua Twitter”) o Facebook. Los que dicen que no tiene ni idea. Que es un muñones. Que claro, que qué va a decir si no tiene ni idea

Mazda MX-5 RF 2023

Y es cierto que sé que ellos lo harían mucho mejor, pero por desgracia me ha tocado sufrir a este grande (en todos los sentidos; me pregunto cómo entraba en el Mazda) y no puedo gozar del buen saber de todos los que le han puesto una pegatina de Hoonigan a su Ibiza para ganar 50 CV y 120 Nm.

De un par de semanas a hoy también me he encontrado con opinadores sabios. Gente que no sé qué hace en su casa cuando deberían estar dando clase de microbiología cuántica en Harvard. 

Es gente que no se inmutó cuando leyó el tema que hicimos explicando por qué los neumáticos se hinchan con aire. Que sí, que puede parecer evidente, pero el caso es que hay muchas razones por las que son así y no de otro modo. No importa. Aquí hay otro veredicto: ni idea tenemos.

Una reflexión al ralentí

El caso es que en el fondo los entiendo. Ojo, que viene la pullita: estamos en un momento de zozobra en el que los medios parecemos trabajar para Google, y, por lo tanto, tendemos a hacer temas simples vestidos de grandes aspiraciones: “El increíble X”, “Jamás podrías adivinar por qué X” (no, ahora X no es la antigua Twitter). 

La razón: es nuestra manera de cobrar por nuestro trabajo: te damos una noticia, pero a cambio ves un anuncio. Si no pagas por la información o por la revista, es la única manera que tenemos de cumplir con nuestra hipoteca. Atención, opinadores, dos cosas: 

  1. No, los maletines con los sobornos no me dan para pagar a tocateja una mansión en la Finca, solo para la gasolina del Bentley Brooklands que me compré de segunda mano en Dubai. 
  2. No os olvidéis de responder a esto con amargos insultos: os espero en el correo o en Twitter).

Un consejo

Parece ser que verter opiniones a lo loco en redes sociales, sin las más elementales reglas de cortesía y educación, es algo más que estudiado y que obedece a esa sensación de seguridad e intimidad que tienes tú solo en casa. 

Los envenenadores deportivos saben que si la verborrea que vomitan acerca de algo se la dijeran a la cara a los demás, se llevarían más de un sopapo al día.

Parece que ocurre lo mismo cuando vas en coche, estás dentro de una burbuja que te hace sentir invencible. Y por eso te parece buena idea arrollar a ciclistas en Madrid, como ocurrió hace unos días, o tomarte la justicia por tu mano y hacerle un brake check (tocar el freno en autopista) a alguien que, a su vez se toma también la justicia por su mano y decide dar ráfagas porque el de delante no va a por la vuelta rápida.

Total, el consejo: échale un vistazo a los cinco consejos para conducir con seguridad, respira hondo y disfruta del volante y no entres al trapo cuando algún gañán decida que él es mejor que todos los demás conductores de la carretera juntos.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

Etiquetas: Opinión

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