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MotoGP Australia 2017: una batalla solo apta para tipos duros

MotoGP Australia 2017: un duelo de tipos duros

Diego de Arístegui

La carrera de MotoGP en Australia fue una auténtica batalla en la que los pilotos buscaron el límite prácticamente siempre en cada adelantamiento, brindando un espectáculo que hizo que mereciese la pena madrugar.

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Una batalla solo apta para tipos duros, así es como describo yo lo que fue la carrera MotoGP Australia 2017. Un verdadero 'toma y daca', una lucha sin cuartel y un espectáculo del que deben sentirse orgulloso todos los pilotos que formaron parte de él, independientemente de su posición, así como Dorna, que ve cómo sus últimas medidas para igualar la categoría reina siguen teniendo mucho éxito. 

Pese a que ya llevamos dos o tres temporadas en las que cada carrera de MotoGP es muy interesante, la de Australia fue, a mi juicio, la mejor de la última década. No me atrevo a decir si la mejor de la historia porque tampoco tengo la memoria suficiente como para establecer dicha comparación. Eso sí, la batalla de 2017 sí que superó a la que ya tuvimos en 2015. 

Un duelo de semejante calibre fue posible por la presencia de pilotos que, para mí, son auténticos tipos duros en el arte de adelantar. Marc Márquez y Valentino Rossi encontraron respuesta en dos de los hombres más peligrosos en una lucha cuerpo a cuerpo como son Andrea Iannone y Johann Zarco. Ambos pusieron contra las cuerdas a dos pilotos tan experimentados como el español y el italiano, mientras que Maverick Viñales también se unió a la fiesta sin ser tan agresivo, pero sí que muy incisivo a la hora de adelantar. 

VÍDEO: Claves MotoGP Australia 2017

Las heridas de guerra se dejaron notar al término de la carrera. El mono de Valentino Rossi con la marca del neumático delantero de Márquez, el colín de la Honda del español visiblemente afectado por el impacto que sufrió por parte de Johann Zarco, y los muchos toques que se sucedieron durante la prueba y que por ejemplo hicieron que Maverick Viñales pasase de la tercera a la séptima posición en apenas 200 metros. 

Seguramente esta lucha no habría sido igual si en vez de Zarco y Iannone hubiesen estado, por ejemplo, Dovizioso y Pedrosa. Por eso digo que la batalla solo fue apta para tipos duros. Gente que no se lo pensó dos veces a la hora de meter la moto y que en ningún momento pensó en el campeonato o en conservar durante la carrera. Márquez lo explicó muy bien en la rueda de prensa: "Hoy yo he dado y también he recibido. Tenía que marcar territorio y había que ponerse las pilas". 

Pese a que la lucha cruzó en más de una ocasión los límites más extremos, como aseguró Maverick Viñales, lo cierto es que todos los aficionados disfrutaron de la exhibición que protagonizaron todos los pilotos. Y es que durante 27 vueltas parecía que estábamos viendo una carrera de Moto3, con la pequeña diferencia de que se trataba de motos de más de 150 kg y que completaban cada vuelta a un promedio de velocidad de más de 176 km/h. Y nada de esto sería posible sin uno de los circuitos más espectaculares del mundo que permite este tipo de batallas 'a cuchillo'. Por este motivo, gracias Phillip Island.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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