¿Marca el Porsche Taycan una nueva era en el coche eléctrico?
La recta final de 2019 está (y va a seguir estando) repleta de lanzamientos importantes, pero es posible que entre todos uno de los más esperados y que se ha anunciado a bombo y platillo, haya sido el del Porsche Taycan. El modelo es el primer coche eléctrico de Porsche, una berlina deportiva de cero emisiones que a día de hoy está sola en el mercado. ¿Tan importante es su llegada? ¿Marca una nueva era para el coche eléctrico?
Lo que ofrece el Taycan
Es el equilibrio entre un deportivo, una berlina, un Porsche y un coche eléctrico. La marca alemana se enfrentaba al reto de lanzar un nuevo automóvil que marcase la diferencia, pero que se sintiera como parte de la familia. ¿La solución? Inspirarse en un Porsche 911 que ha sido la seña de identidad de la casa desde tiempos inmemoriales.
La jugada ha salido bien, dando como resultado un modelo atractivo, de apariencia atlética, fácilmente reconocible como un Porsche y que rompe la (cada vez menos extendida, por dios) norma de que un cero emisiones tiene que tener un diseño raro.
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Esto lo respalda con un apartado mecánico a la altura disponible en dos versiones, Taycan Turbo y Taycan Turbo S. En ambos la configuración es de dos motores, compartiendo el del eje trasero con 450 CV y 610 Nm, y variando el delantero con 235 CV para el pequeño y 255 CV para el mayor. El resultado es de 670 CV para el básico y de 750 CV para el Turbo S. También utilizan la misma batería de 93,4 kWh, que les otorga una autonomía de 381 y 450 kilómetros, respectivamente.
¿Tiene rivales?
El sector eléctrico está, como quien dice, despertando, por mucho que ya haya representantes en diversos segmentos (Mercedes EQC, Audi e-Tron, Tesla Model 3, Hyundai Kona Eléctrico, etc.). Esto hace que, en el caso del Taycan, su competencia sea prácticamente nula. Solo podríamos colocar en este grupo al Tesla Model S, pionero en el mercado y con el que tiene ciertas similitudes, pero también importantes diferencias.
Comparte unas dimensiones muy similares, su público objetivo es básicamente el mismo en sus versiones más potentes sus cifras de rendimiento son muy parecidas (772 CV para el Tesla y 750 para el Porsche); pero el estadounidense es considerablemente más amplio, su capacidad de maletero es prácticamente el doble, su autonomía es mucho mayor (590 kilómetros en el Performance y 610 en el Gran Autonomía, por los como mucho 450 kilómetros del Taycan) y la diferencia de precios es abismal: el ‘S’ arranca en 87.800 o 104.700 euros, según versión, mientras que el alemán parte de los 155.648 euros en su variante de acceso y de los 189.528 euros en la Turbo S.
¿Cuál es su impacto?
El Porsche Taycan no va a suponer una revolución para los coches eléctricos, eso es algo que conseguirá aquel modelo asequible que lo consiga democratizar, que haga que cualquier persona pueda plantearse de verdad comprarse un eléctrico (dejando a un lado infraestructuras, eso es otro tema).
El papel del Taycan es otro, es el de mostrarse como un ejemplo de que hay algo intermedio entre un cero emisiones de pie de calle y un hiperdeportivo que cuente sus caballos por millares (como el Lotus Evija y compañía), un deportivo al que la masa pueda aspirar y con el que los niños sueñen tener cuando sean mayores, algo similar a lo que ha supuesto el Porsche 911 (entre otros) para muchas generaciones. Ha sido el primero en llegar para abrir un nuevo segmento, el de los eléctricos emocionales, que buscan generar en su conductor las sensaciones que tradicionalmente se han asociado a los deportivos tradicionales de combustión, y esperamos no tardar en ver cómo se llena de competidores directos.
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