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Sin control de velocidad adaptativo, ¿de verdad son menos seguros?

Seguridad en Skoda: 50 años de crash test

Los coches pierden estrellas EuroNCAP porque no tienen asistentes completamente innecesarios o equipamientos prescindibles...

Hace poco hablaba con el CEO de una marca en Europa. Fue una conversación superinteresante, pero en la que a lo mejor, quizá, puede, que estuviera algo cansado y ligeramente ... digamos que abotargado.

En un momento de esa conversación dijo una frase que me despertó del todo. Me hubiera gustado haber dado un respingo y haber lanzado una taza de café contra el techo, pero fue algo más aburrido.

Simplemente, el corazón empezó a latir por encima de 45 pulsaciones. “A lo mejor hay que plantearse si los coches con cuatro estrellas EuroNCAP son menos seguros que los de cinco”.

Mitsubishi Space Wagon

Axel Springer España

Es algo a lo que le he estado dando vueltas desde entonces, porque en realidad no me lo había planteado de manera consciente. Por ejemplo: mi célebre monovolumen del que os he hablado en muchas (demasiadas) ocasiones, no es un coche seguro según los estándares de hoy en día. 

Quizá ni lo es en general, pues solo tiene dos airbags y si le hablas de ADAS seguramente se ponga a pensar en Flora, Fauna y Primavera, que eran las hadas (esta vez con h, esa letra que tanto odia mi hijo de 10 años) que ayudaban a Blancanieves en una película tan vieja que es del siglo pasado.

Una reflexión

Volviendo al presente, me pregunto si en el fondo no nos estamos autoestrangulando nosotros mismos a la hora de crear un mundo ideal. Que no haya coches que emitan CO2 es algo más que necesario: ¿pero tiene que ser ya, a marchas forzadas y montando el sindiós que se está montando? 

Por otro lado, está el tema de la seguridad. ¿Os he contado alguna vez que tengo un Mitsubishi Space Wagon? Ah, sí, hace unos segundos y unas líneas más arriba. Pues bien: es un monovolumen de seis plazas, con un motor de gasolina de 2,4 litros y de 4,60 metros de largo que pesa 1.510 kilos. 

Eso es lo que marca en báscula cualquier urbano eléctrico de cuatro metros raspados y algunos cientos menos de lo que puede pesar cualquier coche equivalente de cualquier tipo de propulsión. ¿Y cuál es la razón?

Seguridad en Skoda: 50 años de crash test

Entre otras, la seguridad activa y la seguridad pasiva. Las barras de refuerzo, los aceros de alta resistencia, el ESP, el control de tracción, los airbags, los pretensores. De todos estos, no renunciaría a ninguno, y de eso no me quejo.

Pero, ¿de verdad necesitamos elementos como el lector de señales de tráfico, el sistema que reconoce y te dibuja lo que tienes delante, ya sea coche, moto o camión o la cámara de visión trasera con aviso de tráfico cruzado, de peatones, de bicicletas, de payasos de circo y hasta de administrativos de la Función Pública? 

Los fabricantes saben que no. Los grises gestores y gestoras que viven en Bruselas y que marcan nuestros designios, seguro que también, aunque se apresuran a ser más papistas que el Papa. 

Y nosotros lo tenemos más claro. ¡Ah, el “nosotros”! El qué dirá el vecino/cuñado/conserje de la urba. Queremos que los coches tengan navegador conectado porque es superútil saber qué tiempo va a hacer en destino (la oficina o tu casa el 99% del tiempo), Apple CarPlay y Android Auto para escuchar el pódcast de autoayuda de camino a la reunión con el jefe.

También pantallas en ultramegaalta definición de al menos 45 pulgadas para disfrutar de animaciones locas, control táctil para perder de vista la aburrida la carretera durante excesivos segundos. 

MBUX Hyperscreen

Entonces, llega el momento de destapar las cartas y volver a eso de que nos autoengañamos. “¡Oh, qué carísimo es el Hyundai Kona! Es que hace muy poco lo tenías por 20.000 euros y ahora como poco tienes que preparar 28.000”. Claro, porque tiene las ADAS (las que no tienen H) “necesarias” y obligatorias. 

También es que es más seguro porque cuando pones macha atrás en días impares es capaz de detectar ciclistas en bici de aluminio o de carbono y actuar en consecuencia. 

Y claro: luces automáticas, control de velocidad adaptativo, avisador acústico de que has superado en 0,3 km/h la velocidad en una vía limitada a 20, tintineo porque has rozado la línea del arcén al que quieres acceder para parar, salir del coche, arrodillarte y llorar mientras el sensor de lluvia remoto detecta tus lágrimas y activa los limpias. 

¡Ding! Aviso de escobillas gastadas.

Un consejo

Me gustan los coches tristes, como he dicho en alguna ocasión. También los que tienen sus años. No ya clásicos: antiguos o viejos en términos de lo que te puedes imaginar.

Por eso, cuando alguien me dice que en su coche de 10 años le ha salido una avería de 1.200 euros y que quiere cambiarlo, tiendo a pensar que son más ganas de tener coche nuevo que de ahorrarse dinero. Por cierto, mi respuesta suele ser: “arréglalo, piensa cuántos 1.200 euros hay en 25.000 de un coche nuevo (ya te lo digo: 20,8) y luego actúa en consecuencia”.

Y eso que lo entiendo perfectamente, porque yo soy igual y poco a poco me van apareciendo apps en el móvil de compraventa de coches. Me caliento, lo veo claro, me imagino conduciendo X coche, me enfrío, desinstalo la app. Y vuelta a empezar.

Volvo XC90 detector de ciclista
Volvo XC90 detector de ciclista

Mi consejo va más o menos por esa senda: puede que te guste un coche y que te haga levantar como poco una ceja ver su resultado EuroNCAP. Por ejemplo, el Honda ZRV como el que probó mi compañero Enrique Trillo hace nada, solo tiene cuatro estrellas.

Un inciso. ¿Sólo? Veamos: pierde una estrella porque las ventanillas no han demostrado estar operativas más de dos minutos bajo el agua para en caso de incidente acuático puedas escapar. 

Tampoco tiene airbag de rodillas, ni detección de presencia de niños, capó activo en caso de atropello, prevención de ciclistas en el ángulo muerto al abrir la puerta... Y, sin embargo, en caso de impacto todo saldría bien, como puedes ver en la página del organismo.

Entonces, allá voy: ¿es menos seguro este ZR-V que un coche con cinco estrellas en los que para encender la radio necesitas prestar atención a una pantalla durante 30 segundos? Probablemente no, por eso te recomiendo encarecidamente que ‘pases’ de estos datos y te compres el coche que te dé la gana...

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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