Vídeo: destrozar un Mercedes-AMG C 63 haciendo trompos es muy fácil… y doloroso

El conductor de este Mercedes Clase C de cuarta generación ha descubierto por las malas que una buena exhibición de derrapes puede acabar con una gran factura de reparación. Los hechos tuvieron lugar en Los Ángeles (California, Estados Unidos), donde un grupo de personas estaban reunidas mientras disfrutaban del olor a goma queda y el sonido de un V8 alemán. Sin embargo, todo se torció cuando el propietario descubrió que destrozar un Mercedes-AMG C 63 haciendo trompos es muy fácil… y doloroso.

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El vídeo comienza con algunos trompos bastante largos, mucho humo y el motor V8 6.2 del C 63 AMG W204 como telón de fondo. Los asistentes graban con sus teléfonos móviles mientras el conductor del Mercedes disfruta siendo el centro de atención. No pasa demasiado tiempo hasta que la acción se interrumpe por el reventón de uno de los neumáticos traseros. Un corte en el vídeo (para el cambio de neumáticos) y de nuevo al ruedo.

Destrozar un Mercedes-AMG C 63 haciendo trompos es muy fácil… y doloroso

La segunda entrada es aún más breve si cabe. Al parecer, el segundo neumático trasero no aguanta más el castigo al que es sometido por los 457 CV de potencia y 600 Nm de par máximo que generaba el motor del anterior Mercedes-AMG C 63. Otra cubierta estalla y de nuevo a reemplazar el neumático. En este punto, cualquier conductor ya habría tirado la toalla y pondría el punto y final al espectáculo, pero el protagonista del vídeo decidió tentar a la suerte un poco más.

De nuevo con un pasajero sentado sobre una de las puertas traseras (llega incluso a llevar dos atrás mientras el acompañante del asiento delantero circula con la puerta abierta), comienza la coreografía de derrapes y humo. Sin embargo, en esta ocasión no es interrumpido por un reventón. En uno de los derrapes, una de las llantas traseras impacta contra un gran bache en el asfalto, destrozando incluso el eje trasero, según el autor del vídeo.

En un momento concreto del vídeo se puede escuchar a alguien entre la multitud gritando (en inglés): “¡Eso es caro! ¡Eso es caro!”. El conductor deberá enfrentarse ahora a una cara reparación para reemplazar no solo la llanta y el neumático dañado, sino probablemente muchos de los componentes del tren trasero y la suspensión. No te pierdas el vídeo.