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Tres diferencias entre cómo funciona un coche de hidrógeno y uno de gasolina

Coche de hidrógeno

Los coches de hidrógeno son una rama que todavía no está muy extendida entre los automóviles, pero con la inversión adecuada quizá puedan establecerse como una alternativa a los coches eléctricos convencionales. 

Ahora bien, es posible que por su poca popularidad hay cierto desconocimiento sobre ellos, por ejemplo, ¿qué diferencias hay entre cómo funciona un coche de hidrógeno y uno de gasolina?

La “combustión”

A diferencia de los eléctricos convencionales, uno de pila de hidrógeno si que lleva a cabo un proceso similar al de uno de gasolina, en tanto en cuanto a que ambos llevan a cabo un proceso de “combustión”, aunque existen peculiaridades que los distancian mucho.

En el caso de un coche de hidrógeno, no hay combustible como tal, la reacción que produce energía viene dada por la unión del hidrógeno almacenado en los depósitos, que pasa a la pila, donde se inyecta el oxígeno, provocando una reacción que genera electricidad, que es la encargada de alimentar a la batería y esta la de hacer que el motor se mueva.

 

En todo el proceso el único residuo que se produce es agua, que se expulsa del vehículo mediante un sistema de escape, por lo que durante su funcionamiento son vehículos de cero emisiones (así que tienen la etiqueta CERO de la DGT).

El almacenaje del hidrógeno

Otro punto en el que tienen similitudes, pero también diferencia. El hidrógeno, como la gasolina, va almacenado en depósitos, aunque de una manera ligeramente diferente, puesto que hay que guardarlo a muy alta presión y a muy bajas temperaturas.

Además, aunque se trata de un elemento muy ligero, es muy voluminoso, lo que hace que sea necesario emplear depósitos de tamaño superior para alcanzar autonomías similares a las de un modelo térmico. Esto hace que, en muchas ocasiones, haya que instalar más de un depósito en el coche, lo que puede perjudicar el espacio disponible para, por ejemplo, el maletero.

Además, la vida útil de los tanques está limitada a 15 años por normativa, ya que se trata de un gas muy inflamable, así que se da este marco de tiempo para prevenir posibles fugas por desgaste. Esa alta inflamabilidad hace que se consuma de manera muy rápida en una llamarada y que no suponga un peligro adicional.

El repostaje

El repostaje de los coches de hidrógeno es algo que les hace ganar enteros respecto a los coches eléctricos, pues su proceso es muy similar al de un coche de combustión, así como más o menos igual de rápido.

Sin embargo, al contrario que la gasolina y el diésel, como ya hemos hablado, el transporte del hidrógeno tiene que hacerse en unas condiciones muy específicas, lo que lo dificulta y hace que sea bastante más caro. 

De esta manera, la red de hidrogeneras todavía es muy escasa, por lo que encontrar un lugar donde rellenar los depósitos por el momento es bastante difícil, sobre todo en España.

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