El sector de la automoción tiene un nuevo problema: no hay camioneros para el transporte de coches

Por si tuviera pocos problemas, con la crisis de los microchips o el abastecimiento de componentes, ahora un nuevo problema amenaza al sector de la automoción: no hay camiones para el transporte de coches.

La falta camioneros ha dejado ya miles de coches aparcados en los puertos y en las campas de los fabricantes, impidiendo su llegada a los concesionarios, según publica el diario Economía Digital. Esto, lógicamente, ha tenido consecuencias negativas en las ventas de las últimas semanas. 

Tras la pandemia del COVID-19, los profesionales del transporte están atravesando un momento delicado, debido al freno de la producción de automóviles y, más tarde, al acusado encarecimiento de los carburantes. 

El sector de la automoción tiene un nuevo problema: no hay camioneros para el transporte de coches

Esto ha provocado una reducción generalizada de la actividad y una irregularidad de la demanda y descompensación de los flujos de transporte, además de una caída del 40% de la capacidad de carga, según la asociación Portavehículos y Logística de la Automoción de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM).

Según fuentes del sector la automoción, las sucesivas crisis que han afectado al transporte por carretera han provocado que alrededor de 800 camioneros portacoches hayan cambiado de actividad o se hayan jubilado.

Esta escasez de camioneros está teniendo graves consecuencias para la industria del automóvil, ya que no hay camión que transporte los coches y miles de ellos permanecen aparcados en los puertos de referencia o en las campas de los propios fabricantes. 

Un tapón logístico

Los tapones logísticos están afectado a toda la industria europea, pero en España está siendo más acusado en el sector de la automoción, ya que es especialmente potente. Recordemos que España es el segundo fabricante de automóviles europeo, representa el 10% del PIB español y es responsable del 18% del total de las exportaciones españolas.

Este “atasco” en el transporte profesional afecta tanto a las exportaciones como a las importaciones. Una de las plantas más afectadas es la de Stellantis en Vigo que, a finales del pasado mes de noviembre, llegó a acumular hasta 25.000 vehículos inmovilizados y se vio obligada a cancelar envíos. 

Algo parecido ocurrió en diciembre en la fábrica del mismo grupo en Figueruelas: había 10.000 coches ya comprados que no podían abandonar las instalaciones, cuando normalmente no permanecen más de 24 horas, una vez que se realizan los pedidos. El centro tuvo que aparcar los vehículos en zonas anexas.

En cuanto a las importaciones, especialmente perjudicado se está viendo el puerto de Valencia, uno de los principales puntos de llegada para vehículos de marcas como Land Rover, procedente del Reino Unido. El tráfico de vehículos aquí también ha quedado bloqueado en las últimas semanas.