Retiran un radar en Asturias que ponía 300 multas al día

Los radares de velocidad sobre el papel existen para velar por la seguridad de los usuarios de las carreteras, pero de cuando en cuando salen a la luz casos en los que es inevitable pensar en el tan manido “afán recaudatorio”, como el de un radar en Asturias que ponía 300 multas al día, que ha sido retirado.

Los hechos han tenido lugar en Lugones, donde el Ayuntamiento de Siero instaló el pasado 8 de enero nueve cajas de radares por las que han ido rotando de forma alternativa dos cinemómetros. 

Desde su colocación hasta la fecha, registraron 15.000 excesos de velocidad, que se han traducido en 15.000 multas, más de 300 multas al día que, directamente han colapsado el sistema de correos, puesto que los carteros no daban abasto para entregarlas.

Además, como las sanciones tardan aproximadamente un mes en llegar a los infractores, muchos ciudadanos de la localidad están viendo como no dejan de recibir multa tras multa. 

La Nueva España recoge declaraciones de una de las vecinas, Rosa Alonso, que ya habría recibido 9 multas y cree que como mínimo le van a llegar otras 40: “Paso por esa zona dos veces al día, para ir y para volver a mi lugar de trabajo. Si contamos que febrero ha tenido 29 días, eso me supondrá cerca de 2.000 euros en multas”.

El radar en cuestión estaba en una zona que siempre había estado limitada a 50 km/h, pero que con la nueva normativa ahora es una vía de 30 km/h. 

Alonso señala que “llevo diez años circulando a 50 kilómetros por hora por ese tramo para ir a trabajar y, de repente, el Ayuntamiento decidió en algún momento indeterminado colocar un radar que no ves y sin previo aviso”.

Es algo que no comparten desde el Ayuntamiento. Ángel García, Alcalde de Siero, señala que “la ley de Tráfico establece que en el casco urbano la velocidad tiene que estar limitada a 30 kilómetros por hora, y eso se marca desde la DGT, nosotros no ponemos las leyes”.

Además, hace hincapié en que más de un año atrás “se pusieron varias señalizaciones y badenes, debido a la cantidad de denuncias recibidas por parte de los vecinos, quienes aseguraban que los conductores pasaban a velocidades excesivas, lo que suponía un peligro para la seguridad de los viandantes”.

Sin embargo, durante ese año la ciudadanía no adaptó sus hábitos de conducción, algo que queda patente en los datos recogidos con el ayuntamiento: el 60% de las multas son por velocidades de entre 48 y 50 km/h, el 35% por ir a entre 50 y 60 km/h, el 4% por circular entre a 60 y 70 km/h y un 1% por superar los 70 km/h.

García ha declarado: “Esta situación me genera un gran malestar y pido disculpas en lo que se refiere a mi posición como Alcalde. Quizá teníamos que haberlo hecho de otra manera, o no poner los radares, pero también teníamos que tomar medidas con respecto a la cantidad de quejas y denuncias que nos llegaban de los vecinos por excesos de velocidad”.