Reducir la siniestralidad en carreteras secundarias costaría, sin más radares, casi 2 millones de euros

Hace años que la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene claro que las carreteras secundarias son más peligrosas que las autopistas y autovías, aunque en estas la velocidad sea más elevada. Es por eso que este tipo de vías serán las que reciban el mayor número de radares de los anunciados para los próximos meses.

Desde la Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera (AEC) comparten la preocupación por los altos índices de siniestralidad que registran este tipo de vías, pero su punto de vista es diferente. Ambas entidades han elaborado un informe en el que calculan que hacer de las  secundarias carreteras más seguras pasa por mejorar el firme, la señalización... trabajos para los que sería necesario invertir algo menos de 2 millones de euros.

Así es la red convencional de carreteras

La red convencional de carreteras está formada, en su mayoría, por carreteras de calzada única y con un solo carril por sentido. En función de su titularidad, es decir, de quién las construye y mantiene, pueden ser estatales, autonómicas o provinciales. Por este orden, es habitual que el volumen de tráfico que registran sea inversamente proporcional a su dotación de equipamiento y conservación.

Esto mismo supone que las carreteras convencionales estatales (con menos tráfico, más velocidad media, mejor diseño y conservación) registran, por norma general, menos accidentes que las autonómicas y, sobre todo, las provinciales.

Por extensión, las más frecuentes son las autonómicas. Así lo revela el informe de Mapfre y AEC, según el cual en España hay un total de 14.295 km de carreteras secundarias de titularidad estatal, frente a los 71.044 km que dependen de las comunidades autónomas y los 63.032 km que son responsabilidad de los gobiernos provinciales.

Medidas para evitar los accidentes más frecuentes

Muestra el estudio que cuatro son los tipos de accidentes más frecuentes y peligrosos en estas carreteras. Por otra parte, los autores del informe ofrecen medidas que podrían ayudar a reducir su frecuencia y lesividad. Con ambos datos hemos elaborado una tabla:

Además de esto y prestando especial atención a los usuarios vulnerables, Mapfre y AC proponen mejorar la señalización de presencia de ciclistas, el uso de pinturas antideslizantes, así como sistemas de contención para motociclistas y tramos piloto de trazada segura.

Inversión 1,8 millones de euros

La pregunta es: ¿todo cuánto costaría?

Según los cálculos de ambas entidades el coste total sería de 1.782.192 euros o, lo que es lo mismo, 12.042 euros por kilómetro. A cambio, calculan que se podrían salvar hasta 300 vidas al año. La cuenta es algo fría, pero inevitable: una vida por cada 5.940 euros.

¿Y los radares?

Todas las medidas contempladas en el informe para reducir la siniestralidad en carreteras convencionales pasan por trabajar en la mejora del firme, del trazado y de la señalización. No hay mención a reducir los límites de velocidad o aumentar la presencia de radares.

Si hay alusiones a la importancia del factor humano. El informe revela que si todos los conductores cumplieran los límites de velocidad fijados en carreteras secundarias la mortalidad se reduciría en un 20%. También que si la velocidad se redujera en 10% se evitaría el 35% de las víctimas mortales; pero, ojo, no se refieren a reducir los actuales 90 km/h sino a respetar lo que indican las señales.