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"¿Quién diablos es ese Schumacher del que hablas?"

Michael Schumacher y Eddie Jordan

Hace justo 30 años, el 25 de agosto de 1991, Michael Schumacher debutó en la Fórmula 1.

El debut de Michael Schumacher en la Fórmula 1 fue de lo más rocambolesco que ha ocurrido en la época moderna del campeonato. Un piloto encarcelado, un inteligente mánager y, sobre todo talento, abrieron la puerta de la categoría reina al Káiser: aquel estreno en el campeonato, en el GP de Bélgica de 1991, le sirvió para que Flavio Briatore le diese un asiento en Benetton, con quien cuatro años después sería campeón.

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La carrera de Michael Schumacher en la Fórmula 1 no se entenderían sin Willi Weber, quien se convirtió en su mánager tras abrirle las puertas de su equipo de Fórmula 3 en 1989 y con el que el alemán logró entenderse. Weber, que era conocido como "Mister 20 por ciento" por sus altas comisiones, vio la gran oportunidad de sentar a Schumacher en un coche de Fórmula 1 en medio de la temporada 1991, cuando se enteró de que Bertrand Gachot, piloto de Jordan, había sido encarcelado.

El belga, campeón de las 24 Horas de Le Mans de aquella misma temporada, había puntuado en tres carreras de 1991 en su debut con el Jordan 191. Sin embargo, su progresión quedó truncada cuando se vio envuelto en un altercado con un taxista en Londres. Ambos discutieron tras un leve accidente y Gachot roció al taxista con gas lacrimógeno, sin percatarse de que este arma estaba prohibida en el Reino Unido.

Gachot pensó que sería simplemente multado, al considerar que había actuado en defensa propia, pero se vio en los tribunales y fue condenado a 18 meses de cárcel. Al final, Gachot solo cumplió dos meses, tras apelar su condena, pero eso no impidió que su temporada quedase grávemente comprometida. Eddie Jordan tuvo que buscarle un sustituto, y un ávido negociador como Willi Weber, no perdió el tiempo.

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Michael Schumacher y Willi Weber

Ni Jordan conocía a Schumacher, ni éste había corrido en Spa

En 1991, Schumacher ya formaba parte del programa de pilotos de Mercedes. Con la marca de la estrella competía en el Mundial de Resistencia y también había debutado en el DTM. El fabricante quería llevarle a la Fórmula 1 y por ello apoyaba económicamente la posibilidad de sentarle en un Jordan. Willi Weber se encargó de hablar y convencer al siempre polémico y peculiar irlandés, que acababa de fundar el equipo.

En una conversación que ahora ha salido a la luz con el lanzamiento de la autobiografía de Weber,  según publica Berliner Kurier, el mánager de Schumacher dijo a Jordan que tenía un buen piloto para su escudería y que éste se llamaba Michael Schumacher. "¿Quién diablos es Michael Schumacher ¿Lo conozco?", respondió Jordan desde su yate en Ibiza, donde estaba de vacaciones. "Eddie, ¡es quien ganó en Macao!. Estabas allí. ¡Michael es el mejor!", contestó Weber.

Pero, además del nombre, había otra cosa que le preocupaba a Jordan: su experencia. "¿Michael conoce el circuito?", dijo en referencia al siempre complicado Spa-Francorchamps. "¡Lo conoce como la palma de su mano!", respondió Willi, que por supuesto mintió: Schumacher nunca había rodado en Spa. Tampoco conocía el coche, el Jordan 191 que solo pudo probar en una jornada de pruebas en el Circuito de Silverstone, donde en poco tiempo alcanzó los tiempos de los titulares, Andrea de Cesaris y Gachot. Y eso que le bajaron cuando mejoraba y le pidieron que no apretara.

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El espectacular debut de Schumacher hace 30 años

Michael Schumacher en su debut en 1991

Gracias al apoyo económico de Mercedes y de un par de patrocinadores como Dekra y Tic Tac, de sus buenos tiempos con el Jordan y de su supuesto conocimiento del circuito, Michael acabó sentado en el monoplaza el 23 de agosto de 1991 para iniciar los entrenamientos libres. El alemán aprendió rápido, tanto que en clasificación asombró al paddock de la F1 con un increíble séptimo puesto con el que superó, entre otros, a su compañero De Cesaris.

En carrera, desafortunadamente, un problema de embrague le dejó tirado después de tan solo dos curvas, cuando ya era quinto. Al final falló el coche y no el piloto... Michael no volvió a subirse al Jordan, sino a un coche aún mejor: el Benetton. Flavio Briatore, entonces capitán de la escudería, no tardó en hablar con Weber para hacerse con los servicios del sorprendente alemán, y en la siguiente carrera, Italia, ya estaba montado en el B191. 

Un año después, en el GP de Bélgica de 1992, Schumacher logró su primera victoria. En 1994 y 1995 fue campeón con Benetton, fichó por Ferrari y ganó cinco títulos más hasta convertirse en el piloto más laureado de todos los tiempos (hasta que llegó Hamilton...). Y pensar que todo comenzó con una serie de mentiras piadosas... 

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Imagen: Motorsport Images

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