Prueba del Heico XC60 T8: ¿el Volvo para los conductores más deportivos?

Realmente no se puede decir que Volvo esté desalentado o sea inconsistente. Después de cambiar a cuatro cilindros turboalimentados con baja cilindrada, los suecos dieron un paso más en 2021 y ofrece todos los modelos de fábrica con una velocidad máxima de 180 km/h. 

Eso podría parecer razonable, especialmente para un SUV que pesa más de 2,1 toneladas. Pero se pone un poco extraño si se tiene en cuenta que el modelo tope de gama entre los Volvo XC60 con etiqueta "Polestar Engineered" envía 405 caballos a la tracción total de serie. Con 670 Nm, los 100 km/h caen en solo 5,4 segundos, y el límite de 180 km/h se siente bastante prematuro… siempre que vayas por una autovía alemana sin límite de velocidad, claro. 

Y con su pequeña cilindrada, el cuatro cilindros suena un poco forzado en el mejor de los casos justo antes del límite de velocidad, sacude su potencia libremente sobre los ejes motrices y se cuelga bruscamente del acelerador. Esto se debe principalmente a la tecnología híbrida, que proporciona 87 CV y 240 Nm de sobrealimentación. Este truco le da un temperamento adicional al cuatro cilindros. 

Motor del Heico XC60 T8

Heico Sportiv va un paso más allá con su kit de rendimiento "e.motion", que añade otros 22 CV y 40 Nm por 2.490 euros (en Alemania) y, según la firma, asegura un conjunto aún más potente, sobre todo en cuanto a valores de par: Heico promete alcanzar los 100 km/h ahorrando una décima de segundo, y otras nueve al pasar de 80 a 160 km/h. 

Nuestras mediciones lo confirmaron: en lugar de los 5,4 segundos del XC60 Polestar de fábrica, el Heico alcanza los 100 km/h en 5,3. Si realmente lo sientes o no, es una cuestión de sensibilidad personal. 

En cualquier caso, el T8 también lleva la opción de conducción puramente eléctrica. Cuando el sistema está completamente cargado, hay alrededor de 45 kilómetros disponibles sin despertar al motor de combustión, siempre que no pases de los 125 km/h.

Además de un aumento en el rendimiento y un kit de carrocería (alerón delantero y faldón trasero que incluye molduras de escape de cuatro tubos), el Heico también lleva un sistema de escape controlado por válvula (3.454 euros) que se puede activar por control remoto y proporciona un sonido que no parece demasiado natural, pero es más voluminoso. 

En el lado del chasis, Heico interviene en la dinámica de conducción con muelles deportivos 30 milímetros más bajos y llantas de 22 pulgadas en lugar de las estándar de 21 del Polestar, creando una experiencia de conducción más deportiva y con una dirección más comunicativa. Y se podría decir que el Heico transmite un poco más de dinamismo en curvas y, por tanto, más placer de conducción. 

Pero eso no es posible sin ligeras pérdidas en el confort de conducción, que es menor desarrollado que en el modelo estándar simplemente por las bonitas pero delicadas llantas de 22 pulgadas. La dirección, que es muy insensible de fábrica, es un poco más dinámica debido a las medidas.

Si un aumento en el rendimiento de 405 a 427 CV trae solo una pequeña ganancia dinámica longitudinal, ¿quizás el Heico XC60 tendrá una ventaja sobre el modelo de producción gracias al sistema de frenos deportivos de seis pistones incorporado por 5.988 euros)? 

Prueba: Heico Sportiv V40 D4

La respuesta: el Heico-T8 se detiene después de unos decentes 35,2 metros, y en caliente, el promedio de las siguientes diez mediciones es de 33,9 metros, un valor bueno, pero no sobresaliente.

Factores para decidir la compra

El resultado final es una gran cantidad de dinero por poca potencia adicional y un sonido de escape algo más contundente. El sistema de frenos deportivos es efectivo, pero también costoso, y la suspensión deportiva da un poco más de aplomo en las curvas. Lo que queda es la extraña sensación de toparse con un obstáculo invisible cuando alcanzas los 180 km/h.

Pero eso podría solucionarse: por un pago adicional de 1.850 euros (más instalación y matriculación), por la que Heico Sportiv también ofrece una limitación de 250 km/h. Sin embargo, no se instaló en nuestro coche de prueba.

El Heico XC60 T8 Polestar, finalmente, nos deja un poco perplejos. No tenemos claro que una pequeña ganancia en comportamiento deportivo y un mejor rendimiento de conducción se compense con costes adicionales bastante altos.