Prueba: Heico Sportiv V40 D4

Bien hecho, Heico: el preparador aplica un kit deportivo al exitoso Volvo V40. Resultado: una carrocería más atractiva mayores prestaciones para el modelo diésel. Prueba: Heico Sportiv V40 D4.

Al ponerse al volante, enseguida se nota el mayor empuje, pero sobre todo que la entrega de potencia es ahora más homogénea y dosificable. Incluso a altas vueltas, una zona en la que la fuerza del V40 de serie se va diluyendo, el Heico Sportiv mantiene una buena reserva de potencia. 

Los 30 CV extra los logra modificando la electrónica. La carrocería va ahora rebajada en 30 milímetros y monta muelles deportivos. Esto aumenta, por un lado, la eficacia en curvas, y por otro (y como no podía ser de otra manera), la diversión al volante.

Los giros son ahora más ágiles, los balanceos de la carrocería desaparecen y el comportamiento general, aun con sus ruedas de 19 pulgadas y neumáticos de 235, es más dinámico. 

Eso sí, aunque monte ahora cuatro escapes, no esperes maravillas de su sonido. Su función es más estética que otra cosa. Y también: aunque ahora tiene un comportamiento más deportivo, las modificaciones penalizan un poco el confort, con reacciones más secas a las irregularidades del asfalto. Pero esto no llega a ser perceptible más que en situaciones extremas.

¿Y por dentro? Heico lo tenía fácil, porque el habitáculo del V40 de serie ya estaba a muy buen nivel. Así que ha optado por el uso profuso de aluminio, que aumenta la deportividad y la elegancia a partes iguales.

CONCLUSIÓN

Más prestaciones y un comportamiento más dinámico sin apenas comprometer el confort. Y un kit de carrocería que aumentan el talante deportivo de este compacto. Heico ha logrado, sin duda, una preparación muy redonda.