Ya era hora de que BMW se preocupara más por el peso que por la potencia. El M3 es un cochazo, de eso no cabe duda. Pero va tan sobrado de potencia como de peso y eso le resta algo de agilidad. Por suerte, esa es una cuestión que su hermano pequeño, el BMW Serie 1 M Coupé, el de la prueba, se ha encargado de solucionar. Pesa solo 1.570 kg, debido a que se han empleado muchos elementos de aluminio en el chasis.

Lo que sí ha engordado es su aspecto exterior. No se trata solo de cuestiones estéticas para aportarle una imagen más agresiva, que también, sino que los pasos de rueda se han ensanchado de manera radical para dar cabida a unas vías de 1.541 mm (71 más que el 135i) y el diseño debía de respetar esas medidas. 

Está equipado con un propulsor biturbo de seis cilindros en línea con 340 CV, cuya respuesta es tan brutal como instantánea. Y se mantiene igual de contundente hasta las 7.000 vueltas, que es cuando llega al corte. Va unido a un cambio manual de seis velocidades de tacto duro y preciso. 

Está claro que es un coche solo apto para tipos rudos, porque va muy firme de suspensión. Además, es la única alternativa posible, porque no se puede regular la dureza mediante los distintos parámetros que te ofrece el menú de configuración.

La dirección va un paso más allá de la efectividad típica de la marca de la hélice. Lógicamente es dura de manejar en parado, pero resulta espectacular para enlazar curvas. Apuntas con el volante, disparas con el pedal del acelerador y los neumáticos casi echan fuego si has desconectado el DSC. 

Y si presionas en botón M del volante (permite aprovechar de forma óptima toda la gama de regímenes del motor y éste responde más rápido al pisar el acelerador) esa sensación se multiplica, porque en este modo Sport el cambio en la respuesta es muy evidente.

Antes te mencionaba el control de estabilidad, pero si no te la quieres jugar, el modo MDM (M Dynamic Mode), es algo más permisivo, deja que la trasera se mueva un poco y lo frena cuando alcanza el límite máximo de adherencia.

Es una máquina de respuesta radical, sí. Pero tranquilo, no es una bestia ingobernable. Es cierto que por potencia te puede jugar una mala pasada si te pasas de generosidad con el pie derecho, pero si lo haces con paciencia disfrutarás de un comportamiento ejemplar: neutro (la trasera casi ni se mueve), ágil y que te permite una velocidad alta en todo el giro: eso es posible gracias a la acción del diferencial trasero autoblocante.

Mi opinión tras la prueba del BMW Serie 1 M Coupé

Me ha encantado su motor, la efectividad de su chasis y, cómo no, su agresivo aspecto. El Serie 1 M Coupé es un deportivo de respuesta radical, de eso no cabe duda. Pero lo bueno es que es perfectamente válido para el día a día. 

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Pese a los 56.500 euros que cuesta, no se puede decir que sea caro. Sobre todo si tienes en cuenta la potencia y las sensaciones que ofrece, aunque no se puede obviar que existen opciones casi tan potentes, como el Nissan 370Z, que son más económicas.