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Prueba del BMW M2 CS Racing: un divertido carreras-cliente con hasta 450 CV

BMW continúa con la tradición de proporcionar a equipos y pilotos una puerta de entrada asequible a la competición. En la actualidad, la agrupación de coches carreras-clientes de la casa bávara está formada por el M4 GT3, el M4 GT4 y el de la prueba, el BMW M2 CS Racing. Este último, aunque sea el de acceso y tenga el precio más sugerente del mercado, 112.900 euros, porta el pedigrí de BMW M Motorsport.

No todos los días uno tiene la suerte de poder conducir un coche de estas características, de hacerlo en su circuito favorito, el Jarama, y de tener en el asiento derecho al piloto oficial del equipo BMW Motorsport España en el GT-CER, José Manuel de los Milagros, para informarle y asesorarle. Yo, hoy, sí.

El coche está resguardado en un box debido a la fuerza con la que azota el sol el trazado madrileño. Mientras el equipo lo pone a punto para salir a la pista, observo su espectacular imagen. ¡Menuda preciosidad! Si ya de por sí el BMW M2 CS es realmente atractivo, este, con las 'pinturas de guerra', las barras, los baquets, las llantas de aluminio 513M de 18 pulgadas en color negro mate y los neumáticos slicks gana aún más enteros y consigue que sea imponente.

Prueba del BMW M2 CS Racing

La jornada comienza explicándome algunas características del vehículo para ir abriendo boca, pero lo que me deja bien claro desde el principio es que se trata de un coche de calle con los frenos y la suspensión específica para circuito, además de los sistemas de seguridad demandados por la FIA. Una mirada al pedalier de goma así me lo confirma.

Potencia a demanda

El BMW M2 CS Racing equipa el motor de seis cilindros S55 con tecnología BMW M TwinPower Turbo, que con una cilindrada de 2.979 cc puede entregar 280, 365 o 450 CV. Eso sí, independientemente de la potencia, el par máximo siempre es el mismo: 550 Nm

 

El caballaje se selecciona rápidamente mediante un USB que se inserta en el coche. Con esta simplicidad se puede programar el vehículo para competir en diferentes categorías y competiciones. Además, es posible que un piloto amateur inicie su andadura en estas lides con una potencia más comedida para, según vaya ganando experiencia y confianza, aumentarla hasta el máximo; y todo ello sin cambiar de coche.

El M2 está listo. Borja Hormigos, jefe de Prensa de BMW España, me dice que salgo en breve, que me ponga el mono y el casco. Le hago caso, no vaya a ser que me deje sin asiento. Calzadas las zapatillas y tras las fotos de rigor, me subo al bacquet del copiloto para que José Manuel me dé una vuelta.

Prueba del BMW M2 CS Racing

Nada más montarme en él me llaman poderosamente la atención dos cosas: lo espacioso que es su habitáculo y la brisa fresca que azota mi cara. Y es que este M2 tiene muchas de las comodidades del coche de calle. Por ejemplo, cuenta con elevalunas eléctricos, espejos retrovisores térmicos y aire acondicionado. Asimismo, la climatización es perfecta para que las lunas no se empañen, pero también para ir fresco y evitar desconcentrarse, por lo que en carreras de 24 horas no se bajaría el rendimiento por deshidratación. Además, a pesar de estar encendido, no pierde prestaciones. De hecho, alguno pilotos lo utilizan para las qualys

"¿Preparado?", me pregunta. "Por supuesto", le respondo yo. Agarra el volante, que no es un círculo completo, pulsa el botón amarillo, el de la limitación de velocidad o 'código 60', llegamos al final del pit lane y salimos a pista lanzados como un misil. ¡Menuda aceleración! ¡Menudo sonido!

"Está impulsado por el motor de seis cilindros, y ahora está configurado para que rinda 450 CV", termina de decirme justo cuando hunde el pie en el pedal del freno, muy muy poco antes de llegar a la primera curva. Menuda sorpresa me llevo con la capacidad de mordida. 

Pasamos Varzi, Le Mans, Farina, subimos Pegaso, dejamos atrás Ascari y Portago para afrontar la bajada a Bugatti, todo ello a una velocidad endiablada. Apunta hacia Monza para superar María de Villota y entrar de nuevo en el pit sin pasar por meta. 

"Parece bastante noble, ¿no?", le pregunto mientras pienso que a los mandos está el múltiple campeón nacional de diversas copas monomarca y ganador del Campeonato de los Continentes. "Sí, lo es. Además, el control de estabilidad es como en el coche de calle, con varios niveles: apagado, M dynamic Mode y encendido. Los últimos no son nada intrusivos. Se puede ir a mucha velocidad con ellos activados y sin perder prestaciones. También el conductor tiene a su disposición dos niveles de aceleración, que se suele usar para lluvia o para seco. Tienes la misma potencia, pero la entrega es más dosificada".

Me toca disfrutar

Cinturones de seis puntos fuera, y ahora sí, es mi turno. Como si de una trinchera se tratara y con un movimiento más propio de un artista del 'Circo del Sol', sorteo la barra de seguridad de la puerta. Como soy ágil y delgado, entro con facilidad, pero el volante es extraíble por si la cintura del piloto va sobrada de diámetro. 

Prueba del BMW M2 CS Racing

Diviso la consola central, modificada respecto al CS de calle y que solo acoge los botones de las luces, el aire acondicionado y los 'warning', función de la que carecen la gran mayoría de coches de competición. El asiento es Recaro y tiene una corredera de la misma marca homologada por la FIA que vale casi 1.000 euros (a los que habría que sumar los 7.000 del bacquet, pero todo ello viene de serie) y con la que puedes ajustarlo de forma longitudinal. Los vehículos de carreras no la suelen llevar porque su instalación hace que el asiento tenga holgura. En cambio, el sistema que trae el M2 CS Racing es como si la banqueta estuviera anclada a la carrocería.

El volante se regula en altura y en profundidad, como el coche de calle. Equipa varios botones, todos ellos con diferentes colores, con los que prácticamente, sin soltar el volante, tienes todo a mano y bien organizado: radio, intermitentes, limpiaparabrisas, ráfagas de luz y largas, entre otras funciones. Es tan fácil como intuitivo.

Los dos estamos conectados, aunque no por el sistema convencional. Se trata de una centralita de rallye de la marca Stilo, que funciona con una tarjeta SIM y con la que se puede comunicar con el equipo, hacer llamada a tres, a cuatro... y todo ello sin ruidos y sin interferencias. También copilotajes, como es el caso.

Prueba del BMW M2 CS Racing

El cuadro de instrumentos también se ha simplificado para que el piloto tenga toda la información de forma rápida y sin distracciones. Muestra lo necesario en carrera gracias a que el sistema tiene prácticamente todos los circuitos del mundo. 

Sitúa el coche por GPS, la zona exacta en la que se encuentra, lo separa por sectores y reconoce dónde está la meta. Y si falta algún circuito, puede ser creado dando una vuelta o descargarse de AiM. También muestra los litros que lleva gastados y no los que le quedan. Interesante, pero creo que es menos útil, aunque, seguramente, mucho más preciso.

Comienza la diversión

Acelero. En esta ocasión soy yo el que pulsa el botón amarillo que limita la velocidad, el que lo quita, el que alucina con la pegada que tiene este coche y, sobre todo, con la capacidad de frenada. Equipa unos discos delanteros de 380 mm con pinzas de seis pistones y unos traseros con el mismo diámetro pero con las pinzas de cuatro pistones que trae de serie del M2 CS.

La primera vuelta voy a un ritmo tranquilo; no quiero dejarle sin herramienta de trabajo a la primera de cambio. Pero en muy poca distancia confirmo que se trata de un vehículo noble, equilibrado y predecible, porque a la salida de las curvas más cerradas, incluso con los controles activados, te permite deslizar la zaga y devolverla a su sitio sin sustos y sin intervención de la electrónica. El diferencial mecánico Drexler de deslizamiento limitado con precarga y enfriamiento separado funciona sin tacha.

Segundo paso por meta. Aumento el ritmo. Debido a la ausencia de aislamiento acústico, es una gozada escuchar el sonido del escape y de su motor a pleno pulmón, sin filtros. También sentir las sacudidas de su rapidísimo cambio de doble embrague de siete velocidades al que se le ha instalado un software especial para competición. Se puede controlar en modo manual, como si se tratase de una transmisión secuencial, desde el pomo de serie -por cierto, muy parecido al del BMW M5 E60- o desde las levas del volante. Aunque también existe la opción automática, como el de calle; modo que me sobra.

Prueba del BMW M2 CS Racing

Es impresionante cómo sujeta el tren delantero, cómo copia exactamente donde tú le diriges. Gran parte de culpa la tienen los neumáticos slick 27/65-18 S9L firmados por Michelin. La otra, la magnífica dirección de competición, súper comunicativa, súper directa y dirigida desde el volante que, a pesar de no es del todo circular, desde el segundo uno estás hecho a él.

La suspensión mantiene firme como una tabla el M2, permitiéndole un paso por curva vertiginoso. Es esférica y con amortiguadores regulables ZF Sachs en ambos ejes, adopta barras estabilizadoras ajustables en tres posiciones y, además, en el tren delantero se puede regular la inclinación de las ruedas.

Después de casi 20 minutos con la adrenalina por las nubes, de disfrutar como si no hubiera un mañana, es el turno de terminar con la prueba del BMW M2 CS Racing. En la vuelta de refrigeración, echo cuentas y calculo cuántas vidas y discusiones con mi mujer necesitaría para permitirme uno. Lo cierto es que tampoco muchas, porque cuesta 112.900 euros, cifra solo algo mayor que el vehículo de serie (103.900 euros) y mucho más barato que uno preparado fuera de BMW Motorsport; claro, y sin la garantía de la división alemana.

Prueba del BMW M2 CS Racing

Como si me leyese la mente, José Manuel de los Milagros me dice: "Y para que te hagas una idea, en un TCR, el motor hay que hacerlo, cómo máximo, a los 10.000 kilómetros, aunque se debería reconstruir a los 5.000. La caja de cambios secuencial se revisa cada 5.000 kilómetros, aunque lo suyo sería cada 1.000. Y en el caso de la DSG, que está en desuso, cada 10.000. La de este BMW, a los 30.000, los mismos kilómetros que para el motor. Otra ventaja de M2 CS Racing. De hecho, no hay ningún vehículo con tan buena relación entre precio, prestaciones y calidad", apostilla. 

Prueba del nuevo BMW M2: ¡ya lo hemos llevado en circuito!

Me bajo del coche con un nuevo movimiento de contorsionismo. Le echo la última mirada al coche, todavía con las manos temblorosas, pensando que es la opción perfecta tanto para un piloto amateur como para uno profesional. Un vehículo fabricado directamente por BMW Motorsport que sirve para divertirse en competición y en 'trackdays'.

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