La paradoja del coche eléctrico que nadie cuenta en España

Cuando se hace una radiografía de la situación actual del vehículo eléctrico, el resultado es que, poco a poco, va ganando presencia en el mercado, aunque más lento que en otros países. Existen una serie de problemas que impiden su despegue total, de sobra conocidos por todos. Pero, al mismo tiempo, se da una paradoja con el coche eléctrico que nadie cuenta en España.

Como sabemos, desde la Unión Europea (y otras instituciones) se ha instado a tomar una serie de medidas encaminadas a descarbonizar el transporte como medida para luchar contra el cambio climático. Este es el objetivo que se quiere conseguir a medio y largo plazo, con dos fechas importantes en el horizonte: 2030 y 2050 (año en que se debería alcanzar la neutralidad en carbono).

La UE puso en marcha la estrategia Fit for 55, mediante la cual pretende reducir las emisiones de los vehículos en un 55% en 2030, comparado con valores de 1990, y alcanzar las emisiones cero en 2050. En otras zonas del globo, como Estados Unidos y Canadá también hay objetivos parecidos.

La paradoja ecológica del coche eléctrico y el problema de sus baterías

Para alcanzar estos objetivos de emisiones, la electrificación del transporte se ha convertido en una cuestión vital, como demuestra la aprobación por parte de la UE de prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión a partir de 2035. 

En teoría, a partir de esa fecha sólo se podrán vender coches nuevos de emisiones cero (sea eléctrico, de hidrógeno o cualquier otra tecnología). Pero decimos en teoría, porque cada vez surgen más voces contrarias a esa medida. O, mejor dicho, la ven poco realista.

La paradoja del coche eléctrico que nadie cuenta en España

En AutoBild hemos hablado en numerosas ocasiones sobre los problemas que todavía plantea el coche eléctrico y que, como decimos, impide que aumente su cuota de mercado. Uno es el precio, otro la autonomía, otro los tiempos de recarga y un cuarto que se refiere a la escasez de puntos de recarga.

Dejando a un lado el precio, lo que más preocupa a los potenciales compradores de un vehículo eléctrico es quedarse sin batería y no encontrar un punto donde enchufarlo. Esto supone un freno de mano a las ventas de coches eléctricos. 

Y es cierto que la instalación de infraestructura de recarga no avanza como debería, a pesar del impulso que se dio el año pasado, con la colocación de más de 8.000 puntos de recarga. 

Los datos hablan claro: al cierre del primer trimestre de 2023, en España hay 20.243 cargadores, una cifra muy por debajo de otros países como Francia o Alemania, y casi ridícula si la comparamos con los 137.000 puertos que hay en los Países Bajos.

A esto hay que añadir otros 7.400 cargadores pendientes de activar, a la espera de la correspondiente licencia de las administraciones públicas, gestión de las distribuciones eléctricas y otros problemas burocráticos. Precisamente, la burocracia es uno de los motivos que impide el desarrollo de una amplia red de cargadores.

Para la patronal Anfac, estos números son muy pobres y estima que España debería cerrar el presente año con 45.000 cargadores, más de doble de los que hay, si quiere cumplir con los objetivos de emisiones impuesto por la Unión Europea. 

Para 2030, el objetivo es que haya unos tres millones de coches eléctricos circulando en España. Pero, según Anfac y Faconauto, para conseguirlo serán necesarios tener 340.000 cargadores públicos. Es decir, unos 320.000 más de los que hay actualmente. Se antoja complicado.

Pero hay pocos coches eléctricos…

Esta es la radiografía. Pero hay algo en lo que nadie o casi nadie piensa. Hay pocos puntos de recarga y la instalación de otros nuevos es muy lenta. Pero es que también hay pocos coches eléctricos y la infraestructura existente es suficiente.

Es decir, teniendo en cuenta el número de coches eléctricos actualmente en España, la cantidad de cargadores es suficiente. Aquí lo difícil es determinar qué va antes, ¿el huevo o la gallina? ¿No se venden más coches eléctricos porque no hay puntos de recarga suficientes o no se instalan más cargadores porque no se venden más vehículos eléctricos?

Esta es la paradoja del coche eléctrico que nadie cuenta en España, al menos, en el momento presente.