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Ni hidrógeno ni electricidad, el combustible aeroespacial del futuro procede de bacterias

el combustible aeroespacial del futuro procede de bacterias

Un nuevo biocombustible.

Aunque la aviación y las naves espaciales representan solo un 2% de las emisiones totales que se emiten a la atmósfera, ambos sectores están preocupados por desarrollar formas de movilidad más sostenibles. En este sentido, unos investigadores han hecho un hallazgo increíble: ni hidrógeno ni electricidad, el combustible aeroespacial del futuro procede de bacterias.

Es evidente que los combustibles fósiles son eficaces, pero contaminan y, tarde o temprano, los aviones y los cohetes espaciales deberán moverse por energías alternativas. 

Como publican nuestros compañeros de Computer Hoy, un grupo de científicos del Laboratorio de Berkeley parece haber descubierto una solución tan interesante como sorprendente. Han conseguido que las bacterias produzcan directamente un nuevo biocombustible con una densidad energética significativamente mayor que la del queroseno, el combustible utilizado para la aviación.

Ni hidrógeno ni electricidad, el combustible aeroespacial del futuro procede de bacterias

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Estas bacterias que pueden servir como biocombustible se conocen como ésteres metílicos de ácidos grasos policiclopropanados (POP-FAMEs), y están formadas por siete conjuntos de anillos de ciclopropano.

Se trata de anillos de tres átomos de carbono unidos en forma triangular, lo que obliga a los enlaces a formar un ángulo de 60 grados. Las tensiones de ese ángulo agudo encierran una gran energía potencial que puede liberarse durante la combustión.

Los investigadores identificaron las bacterias naturales productoras de ciclopropano en una familia llamada Streptomyces y luego copiaron los grupos de genes asociados en otras bacterias más aptas para el laboratorio.

El resultado fueron unas moléculas POP-FAME que el equipo de Berkeley denominó fuelimicinas y que solo requieren un paso más de procesamiento químico para convertirse en combustible.

Más densidad energética que los combustibles para aviones

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A continuación, los investigadores realizaron simulaciones por ordenador de los combustibles resultantes para estimar sus propiedades en comparación con los combustibles convencionales.

Según los resultados obtenidos en los análisis, los nuevos combustibles serían seguros y estables a temperatura ambiente, y tendrían una densidad energética de más de 50 megajulios por litro (MJ/L).

Para entenderlo mejor, la densidad energética de la gasolina es de unos 32 MJ/L, mientras que los combustibles para aviones y naves espaciales alcanzan un máximo de 35 MJ/L.

Llegar más lejos

Esta mayor densidad energética podría traducirse en una mayor autonomía, llegar más lejos con un solo depósito, además de reducir la cantidad de combustible necesaria para el lanzamiento de cohetes, ahorrando espacio y peso para la carga.

Por otro lado, no hace falta subrayar que la producción de los combustibles a partir de bacterias reduce su impacto medioambiental. Por supuesto, estos biocombustibles aún no están listos para su uso. El equipo tiene que encontrar la forma de fabricar mayores cantidades para poder probarlo en los motores.

Etiquetas: Tecnología

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