Encontrada en el depósito de los coches una bacteria que se come el combustible

Tal y como está la situación de los precios de la gasolina, que además resulte que hay una bacteria que se come el combustible puede sonar a otra noticia realmente mala. Sin embargo, podéis estar tranquilos, puesto que este descubrimiento se puede utilizar para limpiar las zonas en las que se derrame gasolina o diésel.

El hallazgo ha sido llevado a cabo por un equipo de investigación del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), que ha publicado su estudio, realizado mediante Secuenciación de Última Generación (NGS) y culturómica, en la revista npj Biofilms and Microbiomes del grupo Nature.

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La premisa es sencilla: los derrames de combustible en el repostaje, así como las fugas, son una de las principales causas de contaminación tanto del suelo como de las aguas subterráneas, pues se filtran a través de las distintas capas y pueden acabar llegando hasta los océanos, provocando daños ecológicos importantes.

Una manera de luchar contra la contaminación es el biorremediación, que consiste en utilizar seres vivos, normalmente microorganismos, para que sus capacidades catabólicas devuelvan el medio ambiente a su consideración natural.

En lo que respecta a la contaminación por hidrocarburos, los estudios suelen llevarse a cabo en entornos costeros o zonas contaminadas, pero el equipo del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas ha buscado en un lugar muy distinto: debajo de las tapas de los depósitos de combustible.

El resultado ha sido encontrar una gran cantidad de comunidades microbianas, sobre todo proteobacterias, con gran capacidad para degradar el diésel. Además, muchas de las cepas son cultivables, por lo que podrían emplearse para llevar a cabo la biorremediación.

Principalmente han encontrado Pseudomonas, Stenotrophomonas, Staphylococcus y Bacillus; algunas de las cuáles han demostrado un patrón de degradación del diésel, además de una nueva especie de Isoptericola muy eficaz a la hora de degradar el gasóleo.

Fuente: Levante El Mercantil Valenciano