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El motor W18 de Bugatti que intentó pero nunca pudo llegar a lanzar

bugatti w18

Fueron tiempos buenos y malos...

En la década de los noventa las cosas para Bugatti fueron difíciles, con pequeños ratos de esplendor. En estos mismos años se produjo el Bugatti EB110, estando la marca bajo el timón de Romano Artioli, uno de los hechos más importantes de la historia de Bugatti. Pero, a la misma vez, la marca entró en una profunda crisis de la que no saldría hasta que Volkswagen relanzara la marca. En este contexto aparece el motor W18 de Bugatti que intentó pero nunca pudo llegar a lanzar. Un corazón tan curioso como su historia.

En 1995 los problemas económicos terminaron por acabar con el sueño de Bugatti Automobili. Unos tres años después, gracias a que Volkswagen había comprado buena parte de la marca, comenzaría un período de reestructuración y relanzamiento, una etapa de optimismo que finalmente nos dejaría el magnífico Bugatti Veyron. Pero años atrás, antes de 1998 cuando comenzarían estos trabajos, la marca presentaría el Bugatti EB 118 en el Salón de París de 1998, una declaración de intenciones.

bugatti w18

Y es que los de Volkswagen querían que la opinión pública estuviera segura de que ellos iban en serio con Bugatti. Por ello, contrataron a Italdesign Giugiaro y les pidieron un prototipo. De estos trabajos nació el Bugatti EB118, un concepto fuertemente inspirado en clásicos de la marca como el Bugatti Type 57 Atlantic. Su cuerpo era enorme, con más de cinco metros de longitud, y su estética seguro que os recordará en algunas zonas al Veyron. ¿Y su mecánica? Aquí llega el W18. 

Para alimentar el relanzamiento de Bugatti optaron por poner toda la carne en el asador. Utilizaron una configuración hasta entonces muy poco vista, un 18 cilindros en W. La arquitectura contaba con tres bancadas de seis cilindros en línea, con 60 grados de separación por bancada, compartiendo un cigüeñal y un bloque motor, tres culatas de cuatro válvulas por cilindro para un total de 72 válvulas.

Bugatti EB118

Su cilindrada era de 6.255 cc., y contaba con un peso de unos 316 kg. Montaba inyectores, válvulas, pistones y partes de sus culatas de motores de producción del sistema modular de motores del grupo. El resultado era de 555 CV a 6.800 rpm, con un par máximo de 649 Nm disponible hasta las 4.000 rpm. Para gobernar este motor confiaron en una caja de cambios automática de cinco relaciones y a un sistema de tracción total. 

Con todo ello, la marca aseguraba que podía acelerar de 0-100 km/h en menos de cinco segundos. Así que, todo parecía perfecto, ¿no? Pues no. Los elevados costes de producción hacían poco viable el motor. No era la solución más eficiente desde el punto de vista de la ingeniería, y este corazón debía de dar respuesta a diferentes problemas que hacían complicado su funcionamiento.

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Entre algunas de sus novedades destacaba el sistema de inyección directa de combustible como parte de sus innovaciones. Aunque finalmente Bugatti optaría por trabajar en el proyecto de unir dos motores W8, una idea que le rondaba la cabeza a Ferdinand Piëch. 

Etiquetas: Motor

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