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Mercedes GLC híbrido enchufable, cinco virtudes y dos defectos

Mercedes GLC híbrido enchufable

De todos los PHEV disponibles en el mercado, posiblemente el Mercedes GLC híbrido enchufable sea uno de los más interesantes. El SUV alemán abrazó esta tecnología por partida doble hace ya un tiempo y son las versiones más limpias disponibles en su gama. Te contamos cinco virtudes y dos defectos del modelo.

Por partida doble

Contar con una mecánica híbrida enchufable en tu gama siempre es un punto a favor, pero que sean dos, todavía más, y, sí además, se da el caso, como ocurre con el Mercedes, que una tiene como base un motor gasolina y otra uno diésel, el combo es todavía mejor.

La primera es el GLC 300 e 4MATIC, que combina un motor gasolina 2.0 de 211 CV con un bloque eléctrico de 90 kW, consiguiendo una potencia conjunta de 320 CV y un par máximo de 700 Nm. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos.

El de gasóleo es el GLC 300 de 4MATIC, con una configuración bastante similar: bloque diésel 2.0 de 194 CV, mismo propulsor eléctrico de 90 kW, una potencia ligeramente inferior (306 CV) e idéntico par. Completa el sprint en 6,2 segundos. Tanto uno como otro tienen cambio automático y tracción integral.

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Estándar o Coupé

Dado que se trata de unas variantes pensadas para la eficiencia, Mercedes podría haber optado por incorporarlas exclusivamente en el GLC normal, dejando al GLC Coupé, de corte más deportivo, fuera de la ocasión. Nada más lejos de la realidad y, de hecho, gracias a su estilizada carrocería mejora sutilmente su eficiencia.

Consumo y emisiones mínimas

Los beneficios habituales de las mecánicas híbridas enchufables en esta área se incrementan todavía más en la opción con motor diésel. Mientras que el GLC 300 e 4MATIC homologa un consumo de 2,3 -3 l/100 km, el GLC 300 de 4MATIC se queda en solo 1,7 -2,2 l/100 km; y en cuanto a emisiones homologan 53 – 68 y 46 – 57 g/km respectivamente.

Las cifras son incluso mejores si hablamos de la variante cupé, no tanto en consumos, pues son idénticos, como sí en emisiones (53 – 67 g/km para el GLC 300 e 4MATIC Coupé y 45 -56 g/km para el GLC 300 de 4MATIC Coupé) y en consumo eléctrico (28 – 32 kWh/100 km y 25,8 – 28,7 kWh/100 km respectivamente).

Etiqueta CERO

Dichos guarismos son posibles gracias a la presencia de una batería de 13,5 kWh de capacidad que les otorga una autonomía eléctrica de, en el mejor de los casos, hasta 45 kilómetros. Además, en este modo pueden circular a velocidades de hasta 130 km/h.

Gracias a ello cumplen con las exigencias para conseguir la etiqueta CERO de la DGT, con todos los beneficios que ello conlleva.

Cargados en un suspiro

Ambas variantes son compatibles con una amplia variedad de opciones de recarga: con una toma doméstica a 10 A tarda 5 hora, con un Wallbox en modo monofásico de 16 A y 3,7 kW necesita 2,75 horas y con un wallbox en modo trifásico con potencia de 7,4 kW el tiempo se reduce a una hora y media.

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Defecto: ¿Qué ocurre con la carrocería estándar?

Si accedes al configurador de la marca te toparás con la misma sorpresa que nosotros: el Mercedes GLC aparece pero, al contrario de lo que ocurre con el cupé, no da la opción de configurarlo. Por eso, si te interesa esta carrocería tendrás que contactar con alguno de los concesionarios de la marca y preguntar qué es lo que ocurre.

Defecto: No es barato

Aunque actualmente no haya precios del GLC híbrido enchufable, sí que los hay del GLC Coupé PHEV y, como era de esperar, no son precisamente baratos. 

Hay que tener en cuenta que hablamos de un SUV premium de tamaño premium y equipado con una mecánica híbrida enchufable, así que no es de extrañar que el GLC 300 e 4MATIC Coupé para de los 70.562 euros y el GLC 300 de 4MATIC Coupé cueste desde 72.544 euros.

Etiquetas: SUV

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