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Los curiosos inicios de Schumacher en el mundo del motor

Michael Schumacher en karting

Así logró Michael Schumacher abrirse paso en el automovilismo a pesar de las dificultades económicas con las que se encontró en sus inicios.

Recordamos los curiosos y duros inicios de Michael Schumacher en el karting, donde sorprendió antes de dar el salto a los monoplazas y convertirse en piloto de Fórmula 1. El siete veces campeón del mundo incluso llegó a correr con licencia de Luxemburgo para evitar una restricción de edad existente en Alemania. Pero ni eso ni su falta de recursos económicos pudieron pararle.

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Detrás del camino al éxito de cualquier piloto de carreras hay una curiosa historia digna de contar, habitualmente marcada por el sacrificio de su familia. El automovilismo es un deporte caro, donde es muy difícil brillar, hacerse un hueco y subir peldaños en lo que parece ser una escalera infinita. Además del talento del piloto, hay infinidad de factores clave para que un piloto sea exitoso: desde las posibilidades económicas de familiares y patrocinadores al principio hasta el ir eligiendo buenos equipos donde competir. Cualquier paso incorrecto puede ser fatal y el sueño de llegar a la Fórmula 1 puede desvanecerse por una mala temporada o, simplemente, porque el dinero para correr se ha acabado.

La historia de Michael Schumacher estuvo marcada por circunstancias de este tipo, pero supo rodearse de la gente adecuada y lo dio todo para triunfar en la F1 como hizo.

Inicios en el circuito de karts de Kerpen

La historia de Michael Schumacher es un tanto peculiar y cumple con lo que indicábamos anteriormente. Hijo de Rolf - albañil de profesión - y Elisabeth, Schumi nació el 3 de enero de 1969 en Hürth, Renania del Norte-Westfalia, muy cerca de Colonia. Por simple diversión, cuando solo tenía cuatro años, Rolf construyó un pequeño kart para Michael, quien no dudó en ponerse al volante del mismo en el aparcamiento del circuito de karts de Kerpen, fundado por Wolfgang von Trips, piloto de F1 que falleció en el GP de Italia de 1961, y que era natural de aquella ciudad. Allí, el padre de Michael también ejercía un segundo trabajo alquilando karts.

Cuenta la leyenda que aquella primera experiencia de Michael al volante fue un tanto traumática para la familia, pues el alemán acabó chocando contra una farola. Se dieron cuenta de que si querían que Michael probase el kart, tendría que ser en el circuito, donde demostró que tenía buenas manos. Tanto que inscribieron al joven Schumacher en el “Kartclub Rennsportfreunde Graf Berghe von Trips”, algo así como el club de carreras de los amigos de Wolfgang von Trips.

Ralf, Rolf y Michael Schumacher
Ralf, Rolf y Michael Schumacher

La familia creció con el nacimiento de Ralf y se trasladó a Kerpen, a una casa junto al circuito de karts. Allí mismo, Rolf, que también se convirtió en vigilante del circuito, construyó un bar del que se encargaría Elisabeth, su esposa. Con solo cinco años Michael ganó su primera carrera y un año después, su primer campeonato. Los periódicos locales se hicieron eco de esta estrella en ciernes y en 1973 ya le consideraban el piloto más joven de Alemania y le señalaban como el futuro del automovilismo patrio.

Estos tiempos fueron clave para que Michael obtuviera la visibilidad necesaria ante potenciales apoyos, sin los que no podría haber escalado en el automovilismo. La familia Schumacher no podía gastar lo que costaba una temporada nacional de karting, ni siquiera lo necesario para que tuviera un buen material en las carreras en el circuito de Kerpen, donde corría con piezas prestadas o neumáticos que otros pilotos habían desechado. Y aún así, conseguía buenos resultados. 

Michael Schumacher en una carrera de karts en 1984
Michael Schumacher en una carrera de karts en 1984

Cuando los Schumacher dieron por hecho que la aventura de Michael en el automovilismo iba a acabar, apareció en escena Gerhard Noack, un empresario que solía acudir a la pista de Kerpen a correr con karts de alquiler. Noack le vio y quedó impresionado con su calidad al volante. “Fui a conducir un rato con un kart de alquiler y entonces vi a Michael con un kart artesanal. Él solo tenía nueve años. Su familia me dijo que no podían continuar apoyando su carrera en el karting”, recuerda él mismo en el libro sobre Michael Schumacher “The Edge of Greatness”  escrito por James Allen. 

Gracias a Noack, Michael tuvo un kart nuevo, con el que podría brillar sobre la pista y enfrentarse de verdad a otros pilotos con talento. Posteriormente Noack montó su propio negocio de venta y preparación de karts y llegó a convertirse en el vendedor más importante de Alemania. Además de mentor de Michael, también está considerado como el descubridor de Sebastian Vettel.

Con apoyo de Noack, Michael creó una gran expectación y pronto llegaron otros apoyos, muchos gracias a Jürgen Dilk, padre de un piloto al que Michael había ganado, que además de apoyarle económicamente y buscarle patrocinadores, también era su chófer.

Michael Schumacher, años más tarde, en Kerpen
Michael Schumacher, años más tarde, en Kerpen

Michael Schumacher, ¡piloto de Luxemburgo!

Hay una anécdota poco conocida en la vida de Michael Schumacher. El alemán no podría obtener su licencia para competir a nivel nacional hasta los 14 años, que era lo que marcaban las reglas. Sin embargo, siguiendo el consejo de algunos patrocinadores, su familia consiguió que Michael lograse una licencia de piloto de Luxemburgo, donde se exigía competir en menos carreras por temporada, era más barato y el límite de edad para competir era de 12 años, a la que Michael la solicitó. En 1982, con 13 años, ganó el campeonato alemán junior y al año siguiente obtuvo la licencia alemana.

Sus fantásticos registros le permitieron convertirse en piloto de Eurokart, con quienes consiguió ganar el campeonato alemán de karting en 1985 y el europeo en 1987.

Schumacher se tomó las carreras muy en serio, e incluso llegó a trabajar después del colegio en un taller de coches, arreglando BMW y Volkswagen junto a su buen amigo Willi Bergmeister, lo cual le ayudó a obtener conocimientos sobre mecánica. A los 17 años dejó el colegio y ya pensaba en dedicarse profesionalmente al karting, como piloto o como mecánico… pero todavía había mucho por conseguir.

El encuentro con Willi Weber, su histórico mánager

Michael Schumacher y Willi Weber

En 1988 Michael dio el salto a los monoplazas en la Fórmula Ford alemana y europea y en la recién fundada – y ya extinta - Fórmula König, la cual ganó en su primera participación. De cara a 1989, Schumacher hizo unas pruebas con el equipo de Fórmula 3 de Willi Weber, WTS. Willi buscaba un sucesor para su piloto Joachim Wincelhock, que había ganado la F3 en 1988. Al parecer, Michael chocó en su quinta vuelta en Nürburgring, pero aún así Weber le dio otra oportunidad y lo fichó.

Como sabía que Schumacher no tenía patrocinadores y que no podría financiar una temporada en F3, Weber le ofreció correr gratis a cambio de ser su manager durante los siguientes 10 años y obtener el 20% de todos sus beneficios. Michael fue tercero en su debut en el 89 y ganó el título en 1990. Tras aquella temporada se convirtió en integrante del Mercedes Junior Team junto a Heinz-Harald Frentzen y Karl Wendlinger, corrió en resistencia y también debutó en el DTM.

Michael Schumacher en la Fórmula 3
Michael Schumacher en la Fórmula 3

En 1991 la vida de Schumacher cambió de forma radical. Apareció la oportunidad de que el joven alemán de solo 22 años compitiera en el GP de Bélgica en Spa-Francorchamps en sustitución de Bertrand Gachot - que había sido encarcelado tras un incidente con un taxista - en el equipo Jordan F1. Su debut fue impresionante: clasificó séptimo y podría haber logrado un gran resultado… aunque tuvo que abandonar nada más comenzar la carrera por problemas en el embrague. 

Unas semanas más tarde, en Italia, estaba sentado en un Benetton, con Flavio Briatore como jefe, y un buen coche para ganar carreras y títulos, como haría en 1994 y 1995. Luego llegaría la histórica era en Ferrari. 

"Me encantaba el karting. Me habría pasado allí todo el tiempo. Nunca pensé en otra cosa. Era competitivo y me divertía. Nunca pensé en llegar a la F1 porque simplemente no había medios para ello en casa. Cuando llegué estuve muy agradecido, pero nunca me sentí como que había cumplido un objetivo, porque simplemente no lo tenía"

Michael Schumacher en su debut en la F1 en 1991
Michael Schumacher en su debut en la F1 en 1991

Imagen: Motorsport Images 

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