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La increíble historia del Seat Toledo bicolor

Seat Toledo bicolor
Rara avis.

El Seat Toledo es, seguramente, uno de los coches que más bandazos ha dado en toda la historia: pionera berlina con portón trasero, monovolumen, desaparecido, vehículo low-cost y desaparición. Es mucha tela que cortar y, con tantas situaciones diversas, parecería difícil destacar, pero el Seat Toledo bicolor es esa guinda que adorna este peculiar pastel.

Durante la denostada tercera generación del modelo, aquella de estilo monovolumen y que fue un desastre de ventas, consiguiendo apenas 50.000 unidades comercializadas en seis años de vida (la primera superó el medio millón y la segunda los 300.000 ejemplares); Seat tuvo la idea de rizar todavía más el rizo y presentar un Toledo bicolor.

La historia del Seat Toledo, ¡cómo ha cambiado!

Aunque ese fuera su nombre oficioso porque describía a la perfección su rasgo más característico, una carrocería decorada en dos colores, uno para la aprte superior y otro la inferior, dividida por debajo de la línea de cintura; su nombre oficial era Toledo Exclusive.

Vio la luz en junio de 2005, algo que se debió, según comentaba la propia marca, al éxito que cosechó el prototipo presentado el año anterior en el Salón de Madrid. Buscaba distinguirse por su imagen, pero también por situarse en el tope de la gama del modelo.

Así, únicamente estaba disponible con el motor 2.0 TDI de 140 CV, que podía asociarse tanto a una caja de cambios manual de seis velocidades como a una automática DSG. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 10 segundos, alcanzaba los 201 km/h de velocidad punta y homologaba un consumo inferior a los 6 l/100 km.

Seat Toledo bicolor

No solo eso, estaba disponible en exclusiva con el acabado Stylance, cuya dotación comprendía llantas de aleación de 16 pulgadas, retrovisores exteriores regulables eléctricamente, faros antiniebla, climatizador bizona, elevalunas eléctricos traseros, radio CD, volante de cuero, ordenador de a bordo y control de velocidad.

El Seat Toledo bicolor tenía un precio de partida de 25.245 euros con el cambio manual y subía a los 26.650 euros con el automático. No se vendieron muchos y hoy en día cruzarse uno en vivo es toda una rareza.

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