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Así es el impresionante circuito que un loco japonés ha hecho tras talar un bosque entero

Magarigawa Club

234.000 dólares al año por ser miembro.

Hay mucha gente que se considera así misma ‘petrolhead’. Sin embargo, como todo en esta vida, hay niveles y niveles. A unos les vale con cuidar su coche, otros van a concentraciones, otros restauran automóviles, los más pudientes compran modelos exclusivos… y luego está quien tala una montaña para hacerse su propio Disneyland del automóvil.

Suena loco, pero tengamos presente que a la hora de la verdad el dinero prácticamente todo lo puede, así que, si tienes suficiente y una pasión u objetivo concreto, el cielo es el límite.

 

En este caso, el sueño de muchos, que solo pueden hacer realidad unos pocos, tiene nombre y apellido: el Magarigawa Club.

Se trata del primer circuito privado que se construye en Asia (un formato similar al de Ascari) y está situado en un emplazamiento perfecto: la prefectura de Chiba, situado a una hora de Tokio (en coche, aunque cuenta con helipuerto para recibir a sus adinerados visitantes) y con vistas tanto a la bahía de la ciudad como al Monte Fuji.

Como es de esperar, tiene un enfoque de superlujo que solo unos pocos se pueden permitir, y es que no solo se trata de un circuito, si no de un complejo en el que disfrutar de muchas maneras al más alto nivel.

Nosotros, sin embargo, vamos a empezar por lo que más nos interesa, el trazado en sí. 

Tiene una longitud total de 3,49 kilómetros (2,17 millas), un total de 22 curvas y sus rectas suman una longitud total de 800 metros. Dado que ha sido construido en la montaña, tala de árboles y allanamiento de tierra mediante, no es completamente plano, con el 20% del circuito siendo subidas y un 16% bajadas, con un desnivel total de 249 metros.

La vista aérea del trazado muestra dos zonas claramente diferenciadas. Por un lado una sección más revirada, en la que se acumulan la mayoría de curvas, que en general son de radio abierto, para nada ratoneras; y por otro otra en la que se suceden los tramos rectos. 

Es en la primera parte donde se concentran la mayoría de instalaciones del complejo, entre las que se encuentran el propio paddock, con 36 boxes climatizados, aparcamiento para hasta 300 automóviles,  5 villas de lujo con parking para 4 vehículos que se vendieron antes de que se inaugurara el lugar, instalaciones comunes, infinity pool, etc.

Aunque sobre el papel está abierto al público, en realidad solo puede acceder los miembros del club, algo que es bastante exclusivo: solo hay 150 huecos para miembros y hacerse con una plaza es algo solo al alcance de unos pocos, puesto que la membresía implica un desembolso anual de nada menos que 234.000 dólares.

Magarigawa Club

No sabemos concretamente que se incluye por tal cantidad, pero además del acceso y uso del circuito y las instalaciones cuando se desee, es de suponer que también vaya incluido el almacenamiento de los vehículos, su mantenimiento y puesta a punto, etc.

Lo dicho, un sueño para todo petrolhead que se precie, aunque es algo de lo que solo pueden disfrutar un puñado de personas en todo el mundo.

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