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¿Qué grupos rescataron a Citroën y Lancia?

Lancia

Dos superviviente del mundo de la automoción.

Dentro de la historia del mundo del motor, son muchas marcas las que han estado en la cuerda floja en una o más ocasiones. Muchas de ellas acabaron desapareciendo, pero otras tantas consiguieron salvarse, en muchos casos gracias a grupos automovilísticos u otras firmas que las absorbieron. ¿Qué grupos rescataron a Citroën y Lancia?

Empecemos por la marca italiana, que actualmente no ha desaparecido, pero que ha tenido un periplo en el que se ha replegado a su mercado doméstico, etapa de la que ya ha anunciado que saldrá con una hoja de ruta bastante ambiciosa para los próximos años.

Sin embargo, no es la primera vez que Lancia ha estado en una situación así. Desde hace mucho, estaba integrada en el Grupo Fiat, el cual, en 2009, se fusionó con Chrysler para formar Fiat-Chrysler Automobiles (FCA). En el acuerdo inicial, Fiat se hizo con el 35% de las acciones de Chrysler, porcentaje que fue subiendo hasta que en 2014 ya tenía el 100% del accionariado.

 

Sin embargo, durante todo el proceso la situación de Lancia pendió de un hilo en más de una ocasión. En 2012 la unidad europea de FCA no estaba en muy buenas condiciones, lo que hizo que estuviera a punto de sacrificarse Lancia, algo que finalmente ocurrió solo de forma parcial.

Se tomó la decisión de mantener al Ypsilon en el Viejo Continente, puesto que rendía bien a nivel comercial; eliminar de la gama a los Delta y Musa, que tampoco es que fueran éxitos de ventas; y pasar a producir otros dos modelos de la firma, los Lancia Thema y Voyager, exclusivamente bajo el logo de Chrysler.

El caso de Citroën fue diferente. La marca del doble chevrón decidió arriesgar en un momento económico complicado: tras la crisis del petróleo de los años 70. Sus modelos más famosos empezaban a envejecer, Maserati estaba costando bastante dinero a la empresa y lanzamientos como SM y el GS birotor no estaban funcionando como se esperaba.

Las cuentas empezaron a dejar de cuadrar y Citroën iba directo a la bancarrota. En ese momento entró en acción Peugeot que, temeroso de que la adquiriera Renault o una marca extranjera, decide adquirirla en 1976.

De esta manera, el volumen de ventas combinado de ambas firmas igualaba al de su rival del rombo, garantizando la supervivencia de ambas compañías. 

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