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El grave problema de Europa con las baterías de coches eléctricos

El grave problema de Europa con las baterías de coches eléctricos

Europa tiene un problema con las baterías de coches eléctricos, ya que depende de terceros, principalmente, de China, donde se refinan los materiales necesarios para fabricarlas.

El pasado 9 de junio la Unión Europea aprobó la prohibición de fabricar motores de combustión interna a partir de 2035. Desde entonces, solo se podrán vender coches eléctricos nuevos en suelo europeo, una medida que da el espaldarazo definitivo al desarrollo de este tipo de vehículos, pero que esconde un grave problema para Europa con las baterías

Europa quiere convertirse en la locomotora de la descarbonización de la movilidad, pese a que no es, ni de lejos, la región del mundo que más contamina. Pero así lo han decidido desde los despachos de Bruselas. 

El problema es que el elemento más importante de los coches eléctricos es la batería, elaborada con materias primas muy caras que se extraen de otros países y fabricada, principalmente, en China

Es decir, la Unión Europea quiere llenar los países miembros de vehículos eléctricos, a la vez que, para producir las baterías de esos coches depende de terceros casi en su totalidad, ya que no hay apenas fábricas en el viejo continente. 

 

El grave problema de Europa con las baterías de coches eléctricos

El grave problema de Europa con las baterías de coches eléctricos

Europa tiene un grave problema con las baterías de coches eléctricos. Para fabricarlas, son necesarios minerales como el litio, el níquel y el cobalto. La mayoría de estas materias se extraen en otros países y, posteriormente, se refinan y procesan en China. De hecho, el 70% de las baterías se fabrican en el país asiático

Algunas de las fábricas de baterías para coches eléctricos en Europa son Northvolt, en Suecia, y tanto Mercedes, como BMW o el Grupo Stellantis tienen algunas plantas. Volkswagen anunció este año la construcción de la fábrica de baterías en Sagunto

Sin embargo, los componentes para fabricar esas baterías seguirán llegando desde China. Además, todas estas fábricas tienen un denominador común: solo se dedican a ensamblar celdas. Pero esas celdas se componen esencialmente de ánodos y cátodos y China produce el 91% de los ánodos y el 78% de los cátodos

En otras palabras, actualmente Europa tiene una fuerte dependencia del petróleo, que se produce en terceros países y necesita importar para que se muevan los automóviles. Y la transición al coche eléctrico supone también una dependencia de las baterías, que también se producen fuera. Es decir, cambiar una dependencia por otra.

China, una potencia en la fabricación de baterías

El grave problema de Europa con las baterías de coches eléctricos

El dato que acabamos de mencionar no es baladí: el 70% de las baterías de coches eléctricos se producen en China. El gigante asiático es una potencia, no tanto en yacimientos mineros como sí en el refinado de los materiales necesarios para fabricar las baterías.

El 70% de la producción mundial de cobalto procede del Congo, donde China posee el 80% de las minas y refina el 75% del preciado mineral. El litio se extrae de Australia, Chile y China, principalmente, y el país asiático refina, aproximadamente, la mitad de la producción mundial de ese mineral. El níquel procede de Indonesia y se refina en China, en torno al 69%.

Pero China controla también casi todo el refinado mundial de otras dos materias primas importantes, el manganeso y el grafito. Del primero, China tiene casi el monopolio: solo extrae menos del 10% y refina el 95%

En cuanto al segundo, tiene el monopolio total: extrae el 64% del grafito en escamas y convierte el 100% en grafito esférico necesario para los ánodos de las baterías.

En definitiva, el problema de Europa con las baterías de coches eléctricos es serio. Si la situación actual no da un vuelco en los próximos años, el desarrollo del vehículo a batería puede ralentizarse. No solo eso, también encarecerá el producto final.

Además, Europa ya sabe de primera mano las consecuencias de depender tanto de otros países. Lo ha visto con la crisis de los microchips, cuya producción también se realiza en Asia. 

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