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Existe una ‘detective’ de coches clásicos y solo tiene 30 años

Laura Kukuk

Laura Kukuk destaca por sus conocimientos sobre coches clásicos. Es una de las ingenieras automovilísticas más solicitadas en todo el mundo, y sólo tiene 30 años.

Laura Kukuk es especialista en coches clásicos, y es una de las ingenieras automovilísticas más solicitadas en todo el mundo. Asimismo, dirige junto a su padre la empresa internacional de ingeniería Kukuk en Overath, al este de Colonia. Hoy puede estar en Londres, mañana despertarse en Nueva York, y pasado aterrizar en Milán. Son muchos los viajes que Laura necesita para determinar la originalidad y el valor del vehículo. “Detrás de cada coche hay personas especiales y su historia. Es una fascinación que me mueve”, señala Kukuk. 

La historia bajo el capó del Porsche 911

El Porsche 911 forma parte de la historia familiar y laboral de su familia. Su padre llevaba a Laura y a su hermano a esquiar en un 911 datado en 1966, de color beige Sáhara. “Asocio el 911 con mi infancia”, afirma Kukuk. Para esta ingeniera, los coches antiguos son algo cotidiano. Más tarde, el 911 fue sustituido por el 964 en un color verde poco habitual. A día de hoy sigue siendo el coche familiar. “Me parece fascinante que el lenguaje de diseño del 911 no haya cambiado hasta nuevos días. Siempre puedes reconocer un Porsche, incluso a ciegas”, asegura. 

Otra de las historias que rodean a Laura es la de un Porsche 934 Turbo RSR color amarillo de 1976 que, en su día, compitió en Le Mans. Kukuk viajó al sur de Inglaterra para examinar el coche de carreras, ya que había un comprador interesado en él. Él quiso viajar con ella en un jet privado, pero Laura prioriza su independencia, de tal manera que cogió un vuelo regular. 

Porsche 911 Laura Kukuk

El cliente se llevó consigo a su familia, para que todos presenciaran la joya de coche que Laura iba a examinar. “Lo primero que hicimos fue arrancar el motor y a todos se les puso la piel de gallina. Fue bonito sentir ese entusiasmo de toda la familia”, recuerda la especialista. “Cuando me tumbé bajo el coche y vi las marcas de desgaste, inmediatamente se reprodujo ante mis ojos una película de cómo tocaba los bordillos en Le Mans”, añadió. 

El origen del nombre de Porsche

“A veces me siento como Sherlock Holmes”

Reconstruir la historia del coche, así como comprobar su autenticidad y analizar el mercado son algunas de las tareas propias que realiza un detective, y ese es el trabajo de Laura Kukuk. “A veces me siento como Sherlock Holmes”, asegura. Sin embargo, es cierto que, pese a conocer el trabajo de su padre desde muy pequeña, al principio se mantuvo al margen. 

“En la adolescencia era bastante reacia. Fui a una escuela de idiomas y de dibujo en Florencia”, afirma. Lo cierto es que a día de hoy sigue reuniéndose con amigos suyos en exposiciones de arte, o da rienda suelta a sus sentimientos sobre el lienzo. Otras veces coge su monopatín, o apuesta por hacer esquí acuático en el Rin. 

Laura Kukuk junto a su padre
Laura Kukuk junto a su padre

Pero siempre ha tenido esa curiosidad técnica por los coches. Antes de acabar bachillerato, hizo prácticas en un preparador de Porsche y en el equipo de carreras Kremer Racing. Después, aunque no llegó a estudiar diseño de automóviles tal y como había planeado desde un principio, se decantó por la ingeniería mecánica y tecnología del automóvil. “Tenía dudas de si podría hacerlo. Pero pensé que si era realmente buena en esto, llegaría hasta el final”, subraya Kukuk. 

Consumo real de los coches clásicos

“Me atraía explorar la historia y el alma de un coche clásico”

Más tarde hizo unas prácticas en McLaren Automotive y un año como ingeniera de desarrollo en Woking, Inglaterra. Cuando finalizó sus estudios, inmediatamente se incorporó a la empresa familiar. “Me atraía explorar la historia y el alma de un coche clásico en lugar de crear algo más bien anónimo como ingeniera”, declara. 

En su día a día utiliza métodos científicos para obtener datos objetivos. De hecho, tanto ella como su padre son conocidos en todo el mundo por ello. “Consideramos que la fuente es el propio vehículo, y no sólo lo que está escrito en los periódicos”, afirma. Algunas de sus herramientas incluyen el escaneado 3D, la medición del grosor de las capas de pintura, los ultrasonidos y la espectroscopia para el análisis de materiales y la datación. 

A ello es conveniente sumar los conocimientos históricos, la meticulosidad y la artesanía. “En un Porsche 911 Carrera RS 2.7, la chapa tiene un grosor de 0,88 milímetros. Para la versión más ligera son sólo 0,80 milímetros. En una evaluación hay que determinar científicamente esta pequeña pero decisiva diferencia de 0,08 milímetros”, subraya Kukuk. 

Laura Kukuk

A pesar de toda su experiencia, los análisis que realiza la especialista no son siempre bien recibidos. “Soy joven, mujer, rubia, y a veces comunico cosas desagradables. No todo el mundo lo lleva bien”, se ríe. Al final, cuando los escépticos se enteran de que es profesora de restauración de vehículos en la Universidad Técnica de Colonia, es cuando ceden ante sus palabras.

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Otro de sus trabajos en paralelo es el de ser jueza del Concorso d’Eleganza Villa d’Este en Italia. Hasta ahora, las mujeres únicamente habían desempeñado un papel secundario en el exclusivo círculo de los coches clásicos del lago Como. Sin embargo, la tradición está cambiando, y Laura es una de las pioneras de ello. 

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