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Estos 3 factores logran que las gasolineras low cost puedan bajar el precio

De trabajar en una gasolinera a convertirse en millonario

¿Nunca te has preguntado cómo consiguen las gasolineras low cost ser más baratas?

¿Si la gasolina y el diésel que sirven es de la misma calidad, cómo es posible que ofrezcan precios más bajos? Te contamos con qué aspectos juegan las gasolineras low cost para ser más baratas.

En España, el precio de los carburantes se fija en función de cuatro variables: coste de la materia prima, impuesto especial sobre hidrocarburos, impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y márgenes de distribución. Los tres primeros son comunes y es en el último donde las estaciones de servicio pueden tomar ciertas decisiones que hará que el combustible que sirven sea más caro más barato.

En las próximas líneas repasamos las claves de la estrategia de las gasolineras low cost para bajar el precio.

1. Menos aditivos

Es importante aclarar que el carburante que venden las gasolineras low cost cumple los estándares de calidad fijados por la Ley de Hidrocarburos. No hay merma en la calidad, en lo que sí hay diferencia es en la cantidad de aditivos. Salvando las distancias es como si preparas una ensalada: lechuga, tomate, cebolla, aceite y sal serían los ingredientes que no pueden faltar y, a partir de aquí, cada uno le da su toque con huevo, aguacate, maíz...

Los ingredientes básicos de los combustibles son comunes a todas las estaciones de servicio, pero sobre estos cada una añade más o menos aditivos y es en función a estos que la gasolina es más o menos barata.

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Los aditivos mejoran las propiedades de los carburantes; que tengan más o menos no es, a priori, perjudicial para el motor, aunque sí puede tener consecuencias a la larga. La cantidad de aditivos no solo permite ahorrar a las gasolineras baratas, es también la razón por la que la clave que marca la diferencia entre la gasolina/gasóleo premium y la convencional que encontramos en los surtidores.

2. Menos servicios

Ha quedad claro que la diferencia de precio entre unas estaciones y otras depende de los márgenes de beneficio que quiera obtener cada una.

Las grandes cadenas apuestan por gasolineras multiservicio, donde además de repostar se pueda tomar un café, comprar prensa e, incluso, hacer la compra más urgente con artículos de primera necesidad como pan, leche, bebidas... Las más modernas también están creando espacios de espera (especialmente pensados para los usuarios de coches eléctricos) en los que tomar un descanso del viaje.

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Todo esto supone una mayor inversión tanto en instalaciones como en personal, lo que nos lleva al siguiente punto...

3. Menos personal

En su intento por ser las más económicas, las gasolineras low cost reducen al máximo el personal que atiende a los usuarios. Esto, llevado al extremo, ha dado lugar a la aparición de las llamadas gasolineras fantasma en las que es el conductor el que lleva a cabo todo el proceso de repostaje y lo finaliza mediante el pago en cajeros automáticos.

Esto sí puede ser un inconveniente porque en caso de que se produzca algún problema o algo no funcione no habrá quién nos ayude a solucionarlo. La ausencia de personal puede dar lugar también a un mantenimiento inadecuado de los tanques de combustible lo que puede hacer que se acumulen demasiados impurezas lo que sí podría ser perjudicial para los vehículos.

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