El dato que acaba con uno de los mayores mitos de las baterías de los coches eléctricos

Desde que se ha dado un buen empujón al coche eléctrico por parte de las autoridades y los fabricantes, algunos de ellos obligados por la legislación, este tipo de vehículos ha recibido el mismo número de críticas que de alabanzas. 

Tiene serias ventajas. Además de no contaminar -si se cumple en todo el periodo ‘del pozo a la rueda’ (del inglés Well-to-wheel)-, también tiene un mantenimiento más barato al carecer de muchas piezas mecánicas y líquidos como aceites o anticongelante. Asimismo, su producción es más sencilla, por lo que las marcas de automóviles ahorran. Aunque, por desgracia, este hecho lleva a prescindir de mano de obra. 

Pero también tiene una serie de puntos a mejorar. Por ejemplo, el precio, que sigue siendo superior a sus homólogos de combustión. Aunque es cierto que con las ayudas del Gobierno pueden alcanzar unos precios de partida bastante suculentos.

Las autonomías, año a año, aumentan, aunque, por lo menos en nuestro país, los puntos de recarga que funcionan y que llevan un correcto mantenimiento siguen siendo escasos para realizar viajes de largo recorrido sin perder mucho tiempo.

Pero una de las mayores dudas que suscita el coche eléctrico es la longevidad de sus baterías; su degradación... Hasta ahora. Según un estudio de Recurrent Motors Inc., una empresa de análisis de baterías con sede en Seattle, pone de manifiesto que, por regla general, las baterías de estos automóviles son muy fiables y duraderas y que, normalmente, tienen mayor vida útil que la del propio automóvil.

En el estudio se han recogido datos de 15.000 vehículos eléctricos de diferentes marcas y modelos estadounidenses, de los que se ha sacado información de sus baterías como la actividad de carga, el nivel y la autonomía estimada para corroborar que en la mayoría de los coches eléctricos que han recorrido 160.000 km todavía presumen del 90% de su autonomía original.

¿Cuánto cuesta la batería de un coche eléctrico?

Liz Najman, investigadora y gerente de marketing de Recurrent y autora del estudio, ha señalado: "Me sorprendió lo bien que se mantienen las baterías y la poca frecuencia con la que se reemplazan. Fue una sorpresa".

Y es que el fallo de este elemento es otro de los temores que rodean a los propietarios de los coches eléctricos. Reemplazar una de ellas tiene un coste que oscila entre los 5.000 y los 20.000 euros. Pero este estudio mantiene que solo al 1,5% de estos coches se le ha cambiado la batería.