Coches gasolina, tres motivos para comprar uno en 2023 y otro para pensarlo
¿Aún tienes dudas sobre qué vehículo elegir? En este artículo te ofrecemos tres motivos para comprar un coche de gasolina en 2023 y otra razón para pensártelo.
Vivimos en una época en la que tomar la decisión de compra acertada en el mercado del automóvil es una tarea complicada. Apostar por motores de carburantes tradicionales, elegir un híbrido o comprar un coche eléctrico está entre las mayores dudas a las que se enfrenta cualquier conductor que esté actualmente pensando en cambiar de coche.
Por ese motivo, en AUTOBILD.es queremos ayudarte a orientar mejor tu decisión de compra y en este artículo te ofrecemos tres motivos para comprar un coche de gasolina en 2023 y otro para pensártelo. La elección de un vehículo con motor de gasolina sobre uno con motor diésel, híbrido, de gas o 100% eléctrico no es sencilla, aunque hoy te lo ponemos un poco más fácil.
Coches diésel, tres motivos para comprar uno en 2023 y otro para pensarlo
La gasolina es más barata que el diésel
Hablemos primero de dinero y del precio de los combustibles. Hoy, 26 de diciembre, el litro de gasolina cuesta menos que de diésel. La media en España es de 1,573 euros por litro de gasolina repostado, mientras que el diésel está a 1,649 euros por litro. Esto significa que es algo más de 7,5 céntimos más barata la gasolina que el gasóleo.
Por tanto, llenar un tanque con 50 litros de gasolina cuesta actualmente 78,65 euros, mientras que hacerlo con diésel supone pagar 82,45 euros (sin el descuento de 20 céntimos aplicado), es decir, casi cuatro euros más por depósito. Es de entender que la situación se revertirá, pero actualmente la gasolina es más barata que el diésel.
Puedes tener un coche de gasolina con etiqueta ECO
Otro de los motivos para comprar un coche de gasolina en 2023 está relacionado con las posibilidades que ofrece el mercado actualmente. Y es que tienes la posibilidad de comprar un coche de gasolina con etiqueta ECO de la DGT, cuando lo normal es que cualquier vehículo con un motor de estas características cuente con el distintivo ambiental C.
Sin embargo, los fabricantes ofrecen una solución para “hibridar” estos motores sin llegar a convertirlos en coches híbridos al uso. Se trata de la tecnología Mild Hybrid o microhíbrida, en la que el motor de gasolina está asistido por un pequeño motor eléctrico/arrancador y una batería de poca capacidad, que aporta un extra de potencia y par motor en situaciones muy concretas.
Aunque casi ningún coche microhíbrido tiene la facultad de poder moverse solo en modo eléctrico, esta tecnología supone cierto ahorro en combustible y una ligera reducción de las emisiones contaminantes. Por tanto, la Dirección General de Tráfico considera a este tipo de vehículos como híbridos y, por tanto, cuentan con la codiciada etiqueta ECO.
Disfrutar de las prestaciones puras de un motor de gasolina
Lo que no puede ofrecer ningún vehículo híbrido o eléctrico son las prestaciones genuinas de un motor de gasolina. La pureza de un propulsor de combustión interna, su régimen de giro alto, la forma en la que entrega la potencia, el sonido… Todo en un coche de gasolina es siempre auténtico, y eso es muy difícil de emular en un vehículo que cuenta con propulsión eléctrica.
Es probable que estés ante la última oportunidad de comprar un coche de gasolina antes de que se prohíba definitivamente la venta de vehículos con motor de combustión interna (incluidos híbridos) a partir de 2035. Podrás seguir conduciéndolos hasta 2050, pero ya no tendrás la opción de entrar en un concesionario y comprarlo nuevo.
¿Es realmente mejor comprar un coche de gasolina que uno híbrido o eléctrico?
También hay un motivo que te hará replantearte la compra de un coche de gasolina o apostar por una tecnología de propulsión alternativa, y va en la línea del párrafo anterior. Y es que los motores de combustión, lamentablemente, tienen los días contados y a partir de 2035 no estará permitido vender coches nuevos de gasolina, diésel, gas, híbridos e híbridos enchufables en Europa.
Esto supone todo un desafío por dos motivos. El primero tiene que ver con las restricciones de acceso y movilidad a las grandes ciudades, que cada vez serán más estrictas hasta que solo puedan entrar los coches eléctricos y de hidrógeno.
El segundo está relacionado con los costes de los combustibles y un gradual aumento de las cargas fiscales para este tipo de vehículos, una medida que llevará a cabo la Unión Europea con el objetivo de presionar a los conductores para que abandonen sus coches térmicos y adquieran vehículos de 0 emisiones.
Etiquetas: gasolina
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