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Así verá, pensará y se moverá el coche autónomo de Mercedes

Coche autónomo de Mercedes
Se encuentra en plena fase de desarrollo, junto con Bosch, y nos han mostrado sus avances.

El coche autónomo de Mercedes está a la vuelta de la esquina: en el segundo semestre de 2019 está prevista la puesta en marcha de una ciudad piloto en California, donde comenzar con las pruebas en condiciones reales para poder terminar de desarrollar y homologar este tipo de vehículos. Mucho hemos hablado sobre el coche autónomo, el futuro electrodoméstico con ruedas, y para empezar a tener las cosas claras, te recomiendo que eches un vistazo a los niveles de la conducción autónoma, para que veas donde estamos hoy y donde estaremos mañana. ¿O acaso el coche autónomo no llegará nunca?

Coche autónomo de Mercedes: replicando al ser humano

La última pregunta del párrafo anterior tiene una respuesta bastante clara: llegará, seguro. Yo no tengo duda sobre eso, lo que sí me despierta más curiosidad es cómo convivirá con el coche tradicional. Pero eso da para otro tema de opinión que llegará más adelante, hoy te voy a hablar de cómo el coche autónomo de Mercedes es capaz de mirar, escuchar, pensar y actuar como un humano. O al menos intentarlo. Sin duda, el reto es grande pero cada vez está más cerca: la capacidad de los procesadores para poder mover cantidad ingente de datos, la inteligencia artificial y una cantidad ingente de tecnología harán que el coche pueda ver más y mejor que nosotros, que su cabeza no dude nunca y que sus brazos jamás desfallezcan.

Coche autónomo de Mercedes: ¿cómo ver?

Sin duda, es el apartado más importante del coche autónomo de Mercedes. Quizás los ingenieros digan que no, pero sin duda es el apartado clave: el coche debe ser capaz de ver. Claro que luego es importante que también sepa disfrutar de esa información, pero primero tiene que ver, tiene que ser capaz de analizar su entorno y entenderlo. Para esta ardua tarea, Mercedes ha desarrollado una serie de elementos englobados en el Deep Learning, o conocimiento profundo. Del entorno. De la carretera. 

Coche autónomo de Mercedes

Cámaras, sensores y un largo etcétera de elementos se combinan para que el coche vea, pero yo destacaría tres que son clave. La cámara, el RADAR (Radio detection and ranging) y el LIDAR (Laser Imaging Detection and Ranging) son los tres elementos más importantes de este conglomerado de elementos clave para que el coche, por si solo, pueda ver. La cámara probablemente sea la más conocida y la más fácil de entender. Hablamos de una cámara de gran resolución que funciona como los ojos de una persona (sí, en la parte delantera habrá dos emulando a los ojos).

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Estas cámaras (hardware) recogen unas imágenes que son procesadas por un software que ha sido puesto a punto por los ingenieros de Mercedes y Bosch en las instalaciones de Daimler en Immendingen, Alemania, y que son capaces no solamente de ver sino de categorizar el entorno. Han creado un algoritmo por el cual el software es capaz de reconocer a peatones, ciclistas o otros elementos móviles de la vía y saber cuál es su orientación: el objetivo no es solamente reconocerlos y permanecer alerta, también es conocer cuáles serán sus futuros movimientos. Su pensamiento.

La cámara también reconocerá señales de tráfico (eso ya ocurre hoy así que no te impresionará), vehículos aparcados y será capaz de diferenciar la carretera de la acera. No obstante, esto es un juego en equipo y aquí resultan clave los otros elementos de visión del coche. El RADAR es posiblemente el más abstracto de todos cuando lo tenemos delante. Los ingenieros de Mercedes me muestran una imagen de RADAR y me piden que la analice, intentando buscar elementos. Lo único que hay en la foto son innumerables puntos, algunos de ellos dejando atrás una marca, una línea. Ese rastro significa movimiento: un conjunto de puntos alargado, en movimiento, es un camión. Es abstracto pero el software aquí también ha sido trabajado para que detecte todos los elementos de la imagen.

Lo bueno que aporta el RADAR al trabajo en equipo de ver lo que ocurre en el entorno es que es capaz de ver cosas que la cámara (o el ojo humano) no sería capaz de ver, y de esta manera anticiparse en sus movimientos. Tiene un alcance de unos 250 metros y no importa que haya un atasco y que el peatón quede ocultado por un coche, el RADAR lo verá, lo categorizará como peatón y enviará la información al cerebro, poniendo en alerta a la cámara y el pie sobre el freno. El radar también es capaz de medir objetos: por ejemplo, el camión que tenemos justo delante. La cámara ve un bulto, pero el RADAR es capaz de medir hasta donde llega el objeto, algo clave a la hora de adelantar, por ejemplo. Por supuesto, el RADAR será capaz de analizar los 360º del coche y para ello, previsiblemente, montará ocho detectores, cuatro de alta potencia, hacia delante, detrás y laterales, y cuatro más pequeños cubriendo los vértices.

Coche autónomo de Mercedes

Por último, entra en acción el LIDAR, el láser. Aquí hablamos de un elemento parecido al láser que utilizamos para medir distancias, el típico que se utiliza en el bricolaje. Imagina 30 de esos, puestos uno encima de otro, en una torre, girando a una velocidad de 10 veces por segundo y lanzando constantemente tiros de láser. La capacidad del láser es conocer dónde hay algo midiendo el tiempo que tarda en rebotar el haz de luz. Esto, en el coche autónomo de Mercedes, se convierte en una herramienta muy útil para conocer volúmenes y medir distancias. Una cámara puede llegar a generar imágenes en dos dimensiones, pero el LIDAR se encarga de dar volumen a estos objetos. Además de precisión total.

Todos estos elementos, más otros sensores de menor importancia, se fusionan en una fase final bautizada como Sensor Data Fusion, en el que toda la información se pone sobre la mesa y es un programa informático el que se encarga de ir ordenándola antes de enviarla al cerebro. Sí, todo lo que estoy hablando ocurre mucho más rápido de lo que tú tardas en pestañear. La información se procesa, se crea una imagen clara y nítida del entorno, se analizan los riesgos, se analiza el comportamiento de los peatones, ciclistas y cualquiera que pueda interactuar en tu entorno, y cuando todo está claro, se envía al cerebro para que este tome una decisión. Aunque como ves, la decisión ya está mascada y muy clara cuando toca decidir el siguiente movimiento.

Coche autónomo de Mercedes: el cerebro

En esta jornada de conocimiento sobre el coche autónomo de Mercedes nos han hablado mucho de la vista, más que del cerebro, aunque sin duda, este elemento es importante. En un humano es clave, es el encargado de tomar las decisiones. En el caso del coche autónomo de Mercedes, sin duda, también es importante, aunque aquí su principal tarea es mover toda esa información de una manera nítida y sin ningún tipo de error o vacilación. El cerebro del coche será un procesador NVIDIA con plataforma Drive Pegasus de última generación. Hay que tener en cuenta que el procesador tiene que ser una auténtica bestia: solamente la cámara mueve 100 GB de datos en apenas un kilómetro. El cerebro del coche autónomo de Mercedes tendrá que ser capaz de analizar toda esa cantidad ingente de datos, procesarlos en entre 20 y 500 milisegundos, y dar la orden de movimiento a los diferentes sistemas encargados de mover el coche. 

Tener un ordenador tan potente en el coche es algo complejo: por ejemplo, se espera que este se refrigere gracias al mismo circuito por el cual se refrigerarán las baterías. No hay duda que el procesador es importantísimo y aquí no puede haber fallos: si no es capaz de analizar suficientemente rápido o de una manera correcta toda la información recibida, el coche autónomo fallará. Estaremos a merced de un ordenador. ¿Te asusta? Pues prepárate porque el futuro estará controlado por los computadores. Te guste o no.

Coche autónomo de Mercedes: las manos y los pies

Poca información relevante en este apartado: la tecnología aplicada en este segmento ya está en funcionamiento hoy en día. Los coches actuales, con el control de crucero adaptativo, frenada de emergencia automática o el avisador de cambio involuntario de carril, ya aceleran, frenan y giran solos. La clave en este apartado es que todos los elementos claves del coche estarán duplicados, sí, también es previsible que el cerebro esté duplicado, ya que si falla uno, el otro pueda aparcar el coche hasta que llegue la grúa. El objetivo es mejorar la seguridad, llevarla al extremo, para que cualquier fallo no suponga, en ningún momento, un problema grave de seguridad. Las máquinas fallan, pero el objetivo es que el coche autónomo de Mercedes jamás ponga en riesgo la salud de sus integrantes.

Coche autónomo de Mercedes

El coche autónomo de Mercedes sigue su desarrollo, con un objetivo claro: estar en el asfalto pronto, muy pronto. Las pruebas dinámicas comenzarán en 2019 y ten por seguro que antes de 2025 ya comenzarán a rodar en servicios privados. Mercedes quiere lanzar este producto en vehículos como taxis de la marca o ‘shuttles’, los vehículos para llevar a empleados o clientes de la marca. Por eso, los primeros coches que previsiblemente montarán estos elementos sean el Mercedes Clase V y el Mercedes Clase S. Los ‘taxis’ de Mercedes por excelencia. ¡El futuro está aquí, señores, y queda muy poco para que los coches empiecen a ver, pensar y conducir por sí solos! 

Etiquetas: Coche autónomo

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