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Los cinco niveles de conducción autónoma, ¿qué significa cada uno?

Hay un largo camino entre la conducción tradicional y la completamente autónoma, cinco fases diferenciadas que vamos a explicarte en detalle.

La conducción autónoma está en boca de todos. Que si dejaremos de conducir al modo tradicional, que si los coches cada vez serán más inteligentes, que si aprenderán de nuestras preferencias y tomarán decisiones por si mismos… La información está por todas partes, pero quizá no quede claro que no se trata de un concepto absoluto, la conducción autónoma es un proceso (largo, todo sea dicho) que tiene cinco fases claramente diferenciadas. Vamos a explicar cada una de ellas.

VÍDEO: Los cinco niveles de la conducción autónoma

El nivel 0, que sería el punto de partida, es la conducción de toda la vida, la que llevamos a cabo a día de hoy. El conductor está al mando y se hace cargo de todas las responsabilidades derivadas del uso del vehículo. Los añadidos tecnológicos tales como el ESP o el ABS no hacen que el vehículo pase a la siguiente categoría.

Para pasar al nivel 1, en el que muchos coches actuales se encuentran, es necesario añadir asistentes que faciliten la tarea del conductor y le ahorren preocupaciones ligeras. Hablamos de elementos como el sistema de cambio de carril o el control de velocidad de crucero.

El nivel 2 es el que realmente se podría considerar como el principio de la autonomía para el vehículo. En este, los asistentes tecnológicos son tales que permiten que el coche se conduzca por sí mismo en situaciones muy concretas, como atascos.

Actualmente Tesla con su Autopilot actualizado al máximo es el único representante del nivel 3 de la conducción autónoma. Además de conducirse por sí mismo en un mayor rango de situaciones, el coche es capaz de analizar y prever peligros, reaccionando para evitarlos e interactuando con lo que les rodea. La figura del conductor pasa a ser un vigilante atento para tomar el control en cuanto haga falta.

En el nivel 4 el vehículo ya ofrece dos opciones claramente diferenciadas: si al conductor le apetece puede coger el volante y disfrutar de la experiencia, pero si se trata de una situación tediosa (véase un atasco) o simplemente está cansado, puede poner el coche en modo autónomo y descansar o dormir hasta que éste le lleve a su destino.

Por último en el nivel 5 el coche deja de ser coche y se transforma más bien en una célula de transporte. El interior cambia radicalmente ya que, como no hace falta la intervención humana para nada, desaparece el volante, los pedales y el puesto de conducción al uso. Se convierte en un espacio diáfano que permite aprovechar el tiempo del trayecto para realizar otras actividades.

El simulador de conducción autónoma de Hyundai

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