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Un céntimo por kilómetro, así es el peaje electrónico que proponen los expertos

El peaje de la AP-7 Tarragona-Valencia-Alicante y de la AP-4 Sevilla-Cádiz llega a su fin en 2020

El Gobierno convencido de habilitar autopistas de peaje (la primera ya funciona en País Vasco) ha defendido siempre que lo hará previo consenso de todas las partes implicadas. Se ha hablado de un pago por uso; pago por viñetas... y ahora se valora la creación de un peaje electrónico que calcularía el precio en función de los kilómetros recorridos.

El anteproyecto de la Ley de Movilidad Sostenible abre la puerta a la creación de un sistema de pago por uso de vías de altas capacidad. No dice ni cuándo, ni sobre todo cómo será, pero sí que loes peajes pueden ser una fórmula para financiar las infraestructuras.

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Un céntimo por kilómetro recorrido

El informe presentado por el comité de expertos para la reforma fiscal al que ha tenido acceso la agencia EFE defiende crear un impuesto que grave el uso de infraestructuras viarias de alta capacidad en función de la distancia recorrida mediante un sistema de peajes electrónicos.

La "simulación" planteada incluye el pago de 1 céntimo por kilómetro para los turismos y de entre 3 y 4,9 céntimos por kilómetro en el caso de los vehículos pesados.

De aplicarse así, la medida permitiría recaudar entre 1.172 y 1.398 millones de euros, cifras similares a los 1.241 millones de euros que recogen actualmente los Presupuestos Generales del Estado para conservación de carreteras.

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Pagar por 'usar' no por comprar o contaminar

Este mismo grupo de expertos aboga por un cambio gradual en el que los actuales impuestos de matriculación o circulación sean sustituidos por tasas que graven de manera más efectiva el uso del coche. Es decir, gravámenes con los que pagaría más quien más conduce.

Entre los motivos que justifican este cambio, el informe recoge que ya se detecta una "pérdida de capacidad recaudatoria de gran parte de los tributos" actuales debido a los avances tecnológicos que permiten reducir las emisiones contaminantes y a los cambios en los hábitos de los consumidores.

El nuevo gravamen diferenciaría "entre clase de vehículo, localización y hora para aproximarse a los costes externos en términos de contaminación global y local, ruido, congestión y accidentes, así como al desgaste de las infraestructuras".

Como ejemplo, citan la aplicación de un tipo impositivo máximo de 50 euros por tonelada de CO2 emitida por vehículo, lo que permitiría recaudar hasta 31.733 millones de euros.

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