Cajas negras en los coches, cómo funcionan y cuándo son obligatorias

La nueva Ley de Tráfico 2022 ha traído consigo multitud de novedades, especialmente aquellas que tratan de endurecer las sanciones a los infractores que caigan en las faltas más recurrentes, como el uso del teléfono móvil al volante. Pero hay algo que también se implantará en los vehículos nuevos muy pronto. Se trata de las cajas negras en los coches, toda una novedad.

Dentro de los denominados ADAS, los sistemas de asistencia a la conducción que está promoviendo la Unión Europea, llegará toda una novedad que tratará de contribuir para reducir a cero el número de víctimas en carretera en el año 2050. Las cajas negras serán una realidad muy pronto en todos los vehículos nuevos que se vendan en el mercado europeo.

Qué datos registra la caja negra que tendrán que tener instalada los coches a partir de julio

Cajas negras en los coches, cómo funcionan y cuándo son obligatorias

Será el próximo 6 de julio cuando la llamada caja negra, o Event Data Recorder (Registrador de Datos de Eventos en inglés), tendrá que equiparse en todos los coches nuevos. Este dispositivo se encarga de registrar diferentes parámetros del vehículo en los trayectos para que, en caso de accidente, se puedan averiguar cuáles fueron las causas del mismo.

Las cajas negras en los coches tienen el mismo aspecto que los empleados en los aviones y los trenes, con la salvedad de que se instalarán el próximo mes de julio en estos vehículos nuevos no guardarán secuencias de audio o vídeo.

El funcionamiento de las cajas negras es muy sencillo. En caso de accidente, guardan los 30 segundos anteriores al siniestro y los cinco posteriores. En los datos almacenados se incluye la velocidad, la frenada, las revoluciones del motor, la fuerza de impacto frontal y lateral, los movimientos de la dirección, la posición del acelerador y el funcionamiento de los sistemas de seguridad del coche.

La caja negra estará ubicada debajo del asiento del conductor, atornillada directamente al chasis para protegerla de cualquier deformación causada a consecuencia de un accidente. Y, para acceder a sus datos, se empleará un ordenador con un programa compatible.

La información que almacene la caja negra se irá borrando de forma periódica y en ningún caso registrará datos personales del conductor, los pasajeros o el vehículo. Estos datos no permitirán identificar al culpable en un accidente, pero sí se empleará para investigaciones relacionadas con la seguridad vial.