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Análisis: por qué 2022 ha sido el peor año de la historia para Tesla

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Una de cal y una de arena.

2022 ha sido un año más que curioso para Tesla y es que, por un lado, ha sido el mejor ejercicio de la trayectoria de la compañía, pero, por otro, ha sido el peor de toda su historia. ¿Cómo es eso posible?

Empecemos por las buenas noticias, y es que el ritmo de producción y entrega de vehículos de la marca estadounidense sigue creciendo con una proyección muy prometedora. Dejados ya muy atrás los cuellos de botella y liderada por sus dos modelos “asequibles” (Tesla Model 3 y Tesla Model Y), las cifras han mejorado considerablemente las de 2021.

En todo 2022 la compañía de Elon Musk ha conseguido producir 1,37 millones de vehículos y ha entregado 1,31 millones, lo que supone un aumento del 40% respecto a los registros del año anterior. 

 

Especialmente responsables de este buen desempeño son los buenos resultados de los dos últimos trimestres: 343.830 unidades en el tercero y 405.278 unidades en el cuarto.

La progresión sigue los planes de la marca, que describió así en un comunicado: “En un horizonte de varios años, esperamos lograr un crecimiento anual promedio del 50% en las entregas de vehículos. La tasa de crecimiento dependerá de la capacidad de nuestros equipos, el tiempo de actividad de la fábrica, la eficiencia operativa y la capacidad y estabilidad de la cadena de suministro”.

Las malas noticias

Ahora bien, llama poderosamente la atención que, aunque Tesla esta superando constantemente sus récords de producción y entregas, esto no se está traduciendo en un aumento de valor de la compañía, si no en todo lo contrario: el valor de sus acciones en bolsa sufrió en 2022 el mayor descalabro de su historia.

En solo un año la caída de las acciones de la compañía ha sido de más de un 70%, algo que nunca había ocurrido desde que la empresa saliera a bolsa en 2010. La otra vez que ocurrió algo similar fue en 2020, con un bajón del 60%, y no fue durante un periodo tan sostenido, fue algo puntual que ocurrió entre febrero y marzo.

El máximo de las acciones de Tesla tuvo lugar en noviembre de 2021, cuando cada acción estaba valorada en 407 dólares. En diciembre de ese mismo año ya bajó a 383 dólares, un pequeño descenso que no anticipaba la enorme caída que iban a tener una vez pasados 12 meses: en diciembre de 2022 llegaron a estar a 108 dólares.

Pero, ¿cómo es posible que baje el valor si está subiendo la producción? El principal motivo lo encontramos en la venta de acciones del propio Musk, que tuvo que vender por un valor de 40.000 millones de dólares para comprar Twitter, un movimiento de mucho peso que, lógicamente, repercutió en todo el accionariado.

Sin embargo, también está el hecho de que, sencillamente, a no hay tanta demanda de coches Tesla. Varios motivos (como la llegada al mercado de coches eléctricos de otras marcas) han hecho que su halo de exclusividad se haya diluido un poco y, dado que hay stock, tampoco se revalorizan sus automóviles de segunda mano.

Esta tendencia es negativa para la marca y, para más inri, parece que seguirá siendo así durante un tiempo. La aseguradora estadounidense Jerry, presentó hace escasos días un estudio sobre la voluntad de compra de los conductores en materia de eléctricos, y Tesla no sale muy bien parada.

Mientras que antes era la opción mayoritaria de compra, actualmente sigue siendo líder, pero dos de cada tres potenciales compradores apuntan a modelos de otras marcas como su opción predilecta para adquirir su nuevo coche eléctrico. 

Etiquetas: Tesla

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