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Comparativa: Nissan GT-R Track Edition vs Porsche 911 Turbo

Nissan GT-R Track Edition vs Porsche 911 Turbo.
Godzilla tratará de abatir al rey del circuito. ¿Lo conseguirá?

Con su facelift de 2017, el Nissan GT-R puso especial hincapié en mejorar el confort. Y en circuito, lo cierto es que este Godzilla perdió algo de mordiente. Podrá resolver esto la variante radicalizada Track Edition? Lo enfrentamos a todo un Porsche 911 Turbo para comprobarlo. Un duelo al límite. Comparativa: Nissan GT-R Track Edition vs Porsche 911 Turbo.

En su variante Track Edition, Nissan modifica la suspensión, coloca estabilizadoras más rígida, amortiguadores Bilstein DampTronic más duros con regulación adaptativa y unos neumáticos Dunlop NR1, que ya conocemos del GT-R Nismo, el tope de gama. Y a eso añade algunas modificaciones que aumentan la rigidez de la carrocería. La potencia del V6 biturbo la mantienen en 570 CV.

VÍDEO: ¡Alucina con este 911 Turbo sobre hielo!

Porsche nos envía, como contrincante del GT-R Track Edition, el 911 Turbo con todos los extras disponibles para mejorar su rendimiento. Control de balanceo PDCC, paquete Sport Chrono, frenos cerámicos y gomas deportivas Pirelli Sport Corsa. Despierto el V6 biturbo del Nissan, me recibe con su rugido metálico. Las levas de aluminio del volante para un manejo secuencial hacen que no eche de menos el modo automático. La manera en que me deja ir subiendo de marcha con la aguja del cuentavueltas golpeando la zona roja una y otra vez, y la avidez con la que se arrima a los 300 km/h sin que se noten en ningún momento sus 1,8 toneladas de peso, es un encanto propio que no ha perdido este modelo den 2017.

No le habría venido mal una séptima relación, porque a 300 km/h la aguja profundiza en la zona roja y va algo apurado. Pero en un tráfico normal, la verdad es que este japonés radical se mueve con sorprendente fluidez. La dirección es suave, pero al mismo tiempo dirige al Nissan con precisión con mínimos gestos sobre el volante, y comunica bien lo que pasa en el asfalto. Aunque el equilibrio conseguido es loable, lo cierto es que, una vez subido al Porsche 911 Turbo, uno se da cuenta que no existe otro deportivo, a día de hoy, capaz de conciliar tan atinadamente usabilidad en el día a día con eficacia en circuito.

Lo primero que sorprende es que la acción del turbo es omnipresente, desde el principio. Donde el Carrera tiene se toma un tiempo para generar su rendimiento, el empuje del Turbo está antes de que te puedas hacer a la idea. Tanto, que incluso a 50 km/h, en séptima, pisas a fondo y la aceleración en portentosa. Y eso lo logra sin que su enorme potencial se haga notar molestamente en el tráfico rodado habitual, pero eso sí: cuando necesitas garra, el 911 Turbo la proporciona siempre antes que el Nissan.

¡Al circuito!

En el Sachsenring, ya desde el primer giro en la curva Coca-Cola se notan los amortiguadores Bilstein más duros del GT-R Track Edition, que permiten trazar la línea con absoluta limpieza. En cuanto le pillas el punto al acelerador, gestionar el reparto de fuerza entre las ruedas de su tracción integral es coser y cantar.

De esta manera, el chasis y las ruedas Nismo presentan desde el principio las claras ventajas en curva de esta variante. En las curvas cerradas de los sectores 2 y 3 gana casi dos segundos, y en las rápidas, se siente mucho más aplomado, y con 1:33,87 minutos al llegar a meta, le saca casi tres segundos a la versión normal. Respecto al Nismo de 600 CV de la anterior generación, solo se queda a ocho décimas.

Nissan GT-R Track Edition vs Porsche 911 Turbo.
Lena Willgalis

Sin duda nos ha sorprendido el avance... Pero no tiene nada que hacer frente al Porsche 911 Turbo. Su dirección es más precisa con movimientos más pequeños de volante. Y permite aprovechar su mayor carga en la zaga, deslizándola controladamente y colocándola en el punto exacto con el juego del acelerador, los frenos y la dirección, trazando curvas perfectas una y otra vez, en lo que la tracción integral inteligente es una firme aliada en todo momento.

Nissan GT-R Track Edition vs Porsche 911 Turbo.
Lena Willgalis

El cambio PDK inserta siempre cuando debe y te coloca la relación idónea sin tirones, incluso en modo Sport Plus. Redondea el conjunto el sistema PDCC, que anula el balanceo de la carrocería en las curvas rápidas de tal manera que te da la impresión de ir en un kart. Finalmente, con 1:31,38 minutos, no solo supera ampliamente a su rival, sino que se queda en un punto medio entre su hermano de competición, el 911 GT3, y el Carrera GTS.

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