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Audi RS Q3 contra Mercedes GLA 45 AMG

Audi RS Q3 contra Mercedes GLA 45 AMG. Dos SUV con más de 300 CV a los que enfrentamos en circuito. ¿Qué habrá pasado?

A quien le haga falta una prueba de que el mundo del automóvil está cada día más revuelto, le bastará con echar un vistazo al Mercedes GLA. Un coche que lo es todo y nada a la vez: demasiado bajo para ser un SUV, demasiado corto para ser un familiar y, aunque entrega nada menos que 360 CV, desde luego no es precisamente un afilado deportivo.

¿Se han vuelto locos en Mercedes o han acertado de pleno? La verdad es que la idea de supermotorizar un vehículo elevado no es nueva. En 2013, Audi metió los 310 CV a su cinco cilindros del Audi TT RS en un Audi RS Q3. Y esto no es más que el principio porque, al igual que en otros segmentos del automóvil, parece que la tónica general es escalar la potencia cada vez más.

Audi RS Q3 contra Mercedes GLA 45 AMG

Así son por dentro

Viéndolos juntos en el circuito, lo primero que uno percibe es que cada uno sigue una filosofía diferente. El Mercedes GLA 45 AMG es musculoso y más bajo, apenas más alto que el Mercedes Clase A. Eso se nota al subirse al habitáculo: debes agachar la cabeza y dejarte caer en los estrechos asientos deportivos. Un SUV a ras de suelo... ¡madre mía!

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Algo para lo que no está hecho el Mercedes GLA: detrás, solo irán realmente cómodos dos niños, aunque el vehículo mida 4,45 metros. Además, la sensación de espacio se ve penalizada por las pequeñas ventanillas de las puertas traseras. Sentado aquí detrás te sentirás prácticamente como en un búnker. Eso sí, Mercedes gana puntos con su amplio maletero.

El Audi RS Q3 es bien distinto, su postura al volante es más elevada y el conductor entra sin problemas, aunque no sea un alarde de comodidad. Pero en las plazas traseras es donde realmente puntúa bastante por encima de su rival: ofrece espacio de sobra y la banqueta tiene un mullido confortable, ideal para afrontar viajes largos.

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Así se conducen

Pero seamos serios: ¿quién compra un coche así pensando en los aspectos prácticos? Vamos a medir su comportamiento dinámico, su aceleración en curva y su tiempo por vuelta.
Para ello, los hemos llevado al Circuito de Contidrom (la pista de pruebas de Continental). Nada más arrancar, uno ya percibe lo afinado que está el Audi. El cinco cilindros ruge alegre bajo el capó, el cambio de doble embrague inserta la marcha idónea sin tirones y a la velocidad del rayo y el chasis es rígido, pero ofrece también un confort inesperado. Si no fuera por su postura al volante demasiado alta, sería el perfecto deportivo para el día a día.

Un coche de este tipo, es decir, para el uso diario, es algo que el Mercedes no pretende ser. El rígido chasis tiene un tarado casi rústico, tanto que hasta en los baches más pequeños las monedas se te saldrán del bolsillo, y las anchas ruedas transmiten hasta la más mínima grieta del asfalto. De manera que me queda lo siguiente: agarrar con fuerza el volante. El motor y el cambio tampoco están enfocados al uso diario: como Mercedes extrae 360 CV de un simple dos litros, el turbo se debe tomar un lapso muy largo antes de entrar en acción y que el motor demuestre de lo que es capaz. Y la verdad es que en ese momento explota de tal manera que supera la capacidad de gestión de su cambio automático de doble embrague. Desde luego, el conjunto no resulta muy armónico.

Algo que olvidamos en cuanto atacamos la primera curva. Enlaza una tras otra como un auténtico deportivo y la tracción integral de serie proporciona el agarre perfecto en cada situación. Y en modo Sport inserta las marchas con tanta fuerza y tan rápido que me da la impresión de ir a los mandos de un Formula 1. Con un ajuste tan radical, este SUV hizo en el Contidrom una marca de 1:36,87 minutos. Un tiempo increíblemente bueno, ya que apenas es más lento que todo un deportivo como un Porsche 911, para que te hagas una idea.

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El Audi RS Q3 parece observarlo y pensar: “¡Noooo, este no es mi mundo!” Ya desde la primera curva balancea claramente más y, aunque gracias a su tracción integral acelera sin problemas, su posición más elevada provoca una mayor inclinación y un subviraje más acusado. Y en autovía, cuando subimos su sensacional cinco cilindros de vueltas, aparecen una vibraciones que llegan a enervar. Cuando llega a la meta, el cronómetro se detiene en 1:41,39 minutos. Casi cuatro segundos más que el Mercedes GLA 45 AMG. Y eso que en la aceleración de 0 a 100 km/h el Audi se pone por delante, incluso teniendo 50 CV menos.

Esto cuestan

Quien quiera un SUV para un vuelo rasante deberá empezar a hacer cuentas, porque estos caprichos salen caros. El Audi cuesta 62.400 euros y el Mercedes 64.900. Y el listado de extras de cada uno es bastante extenso. Hay que tener en cuenta que, hace apenas unos años, por 65.000 euros tenías un Mercedes Clase S bien equipado. ¡Cómo han cambiado los tiempos!

Factor de diversión

Parece de locos meter a dos todocaminos como estos en un circuito. Pero no es tan descabellado: ambos son los más deportivos de su gama y de los más dinámicos (por no decir los más) del mercado de los SUV. El Mercedes tiene un corte deportivo muy marcado y está claramente orientado a un uso mucho más radical que el Audi. No cabe duda, el circuito es su hábitat natural y, si lo sacas de ahí, ni él ni tú os sentiréis tan a gusto. Es cierto que se puede utilizar para ir a la casa del campo por el camino de tierra, pero no está pensado para eso. Tampoco es cómodo para el pasaje, cosa que el Q3 RS sí es. Es mucho más racional y, precisamente por eso, cede terreno cuando el asfalto de buena factura se retuerce. Por eso, en nuestro factor de diversión el Mercedes resulta también claramente ganador.

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CONCLUSIÓN

A primera vista, puede parecer que meter estos SUV en un circuito tiene muy poco sentido. Hasta que te pones al volante y te das cuenta de que los dos proporcionan diversión sin límites. El Audi RS Q3 es mejor para un uso diario, mucho más racional y cómodo. En Mercedes no hay ninguna concesión al confort de los ocupantes y ni el espacio interior ni sus suspensiones les proporcionarán alegría alguna. Pero como los dos tienen un corte deportivo y buscan un cliente muy dinámico, gana el Mercedes GLA 45 AMG.

 

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