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Ford desvela el misterio del conductor disfrazado de asiento

Disfraz asiento Ford
Este casi ha llegado al nivel de la niña de la curva, pero no es una leyenda, es real...

Lo que te voy a contar puede parecer un leyenda urbana, pero es real. Cientos de testigos dan fe de que han visto un coche autónomo de Ford circular sin conductor, pero interaccionando con el resto de peatones y conductores como si un humano estuviera al volante.

¿Alucinaciones? ¿Imaginaciones? ¿Por fin un coche autónomo que piensa como un humano?

Ni lo uno, ni lo otro. Ford ha desvelado el misterio y ha contado que sí que el protagonista de la historia sí es uno de sus coches autónomos; pero que no, que no iba sin conductor. ¿Cómo se explica entonces que quienes se acercaron a cotillear el interior del vehículo no vieron humano alguno al volante? Fácil, porque estaba ¡disfrazado de asiento!

Tal y como se ve en el vídeo, el conductor camufla su cara y torso con un disfraz que simula la tapicería del asiento (se fija a él con una serie de imanes). Desde Ford han explicado que prepararon el volante para que el conductor pudiera acceder a todos los mandos, especialmente al sistema de iluminación desde la parte inferior del volante para que así nadie viera sus brazos desde el exterior. Además, el conductor llevaba pegada a sus piernas una caja de mando que le permitía ir probando el sistema de iluminación experimental que envía señales a los peatones y a los conductores.

Y todo esto, ¿para qué?

Ahora sabemos que todo forma parte de un experimento que la marca del óvalo puso en marcha a mediados de agosto. La idea era ver cómo interactúan las personas con los coches autónomos para mejorar así el comportamiento de estos.

“Necesitábamos probar un nuevo tipo de iluminación que pueda transmitir las intenciones del vehículo autónomo, pero si sigues teniendo a un conductor tras el volante es imposible que este no se comunique con su entorno como lo haría un humano, por ejemplo, estableciendo contacto visual", indica Andy Shaudt, responsable del equipo de Virginia Tech que ha trabajado en este proyecto junto a Ford.  

“Era necesario que pareciera un vehículo autónomo", continúa Shaudt y fue así como nació la idea del disfraz de asiento.

El propio Shaudt fue uno de los conductores disfrazados que participaron en el proyecto. “Primero la sensación es extraña e incómoda", cuenta. “Lo estuvimos probando en un circuito de pruebas para acostumbrarnos a coger el volante por abajo; luego lo único que tienes que hacer es poner el aire acondicionado más fuerte de lo normal y circular".

Para que el resto de usuarios de la vía no notará nada extraño, los conductores fueron formados para actuar como lo haría un coche autónomo, es decir, respetando escrupulosamente todas las normas de tráfico.

Shaudt y su equipo pasaron más de 150 horas al volante del coche autónomo falso y acumularon más de 3.000 kilómetros. Unas cámaras registraron la reacción de las personas a las señales que enviaba el vehículo. Falta por ver cuáles han sido las conclusiones del experimento.

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