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Prueba del Renault Symbioz: un prototipo histórico como ninguno

La prueba del Renault Symbioz se hizo por carreteras abiertas
Durante la prueba del Renault Symbioz he tenido, como pocas otras veces, la sensación de estar viviendo la historia

Hace más de 10 años que subí por primera vez a un coche autónomo, pero en esta prueba del Renault Symbioz ha sido la que más recordaré dentro de 20 años. Si el mundo sigue rodando y, para entonces, una mayoría de gente se desplace en coches similares a este en el que Renault no solo ha juntado todas sus propuestas de tecnología y soluciones a bordo, también se han atrevido a fabricar un prototipo 100% utilizable, casi como un coche de producción, que lleva rodando 10 días sin parar con periodistas de todo el mundo a bordo. 

Apple y Google quieren seguir haciéndose de oro con todo lo que pasará en el coche autónomo si ya no tienes que conducir, mientras cientos de empresas de tecnología e infraestructuras desarrollan la técnica e invierten para preparar la red de carreteras. ¿Te suena, verdad? ¿Y qué hace Renault? Lo suyo, coches, por eso este Symbioz que he probado sigue centrado en el conductor a pesar de ser el prototipo con mayor cantidad de innovaciones que ha rodado por las carreteras europeas en décadas. 

Vídeo: Mi experiencia en el Renault Symbioz, histórico

Bueno, es por eso y porque este vehículo experimenta lo que será la movilidad autónoma de cuarta etapa, en la que el conductor deberá en todo caso permanecer alerta por si tiene que tomar los mandos en algún momento. De hecho, el test de Renault Symbioz lo he hecho en una carretera abierta, entre París y Normandía, cuando una ciclogénesis explosiva golpeaba la costa a 80 km y llegan vientos de más de 100 km/h. “Hemos estado a punto de abortar la prueba, pero estos días de viento lateral tan fuerte nos dan más información que cualquier otro”, reconoce M, uno de los ingenieros. 

Por requerimiento legal, en el asiento del acompañante hay otro ingeniero de Renault con dos joysticks que tomará los mandos en cualquier instante. Así, entre otras cosas, durante la prueba del Symbioz voy a tumbarme y ponerme unas gafas de realidad virtual para ver cómo es la experiencia en la que Renault piensa. Para empezar, decirte que, por fuera, este coche de 4,9 m de largo y casi dos de ancho es como un Talismán 4.0 con algunos rasgos claros de aquél Renault Mégane de segunda generación. Para mí, es todo un logro del diseño conservar sus códigos. 

Las dificultades comienzan al acercarte al coche, porque se han puesto a innovar tanto en los tiradores de fuera, que son relativamente sencillos, como en los de dentro, lo que hizo que me costara mucho encontrar cómo salir de Symbioz a posteriori. Se trata de un coche eléctrico, así que Renault ha ubicado en el suelo las baterías -600 kg, 72 kWh-, lo que deja un habitáculo XXL como es el caso del Volkswagen I.D. y otros prototipos similares. Aunque tras el volante las diferencias son abismales. 

En primer lugar porque el Symbioz de Renault puede salir a autopista en modo 100% autónomo. Para ello, debo tomar antes los mandos y conducir el pesado prototipo de 2.200 kg por carreteras comarcales durante un buen rato. Como está equipado con el sistema 4Control de Renault, no es difícil maniobrar con esta mole. Al mejorar el pavimento, mi copiloto me reclama que apriete el logo del volante, que acaba de iluminarse para anunciar que ya está disponible el modo dinámico. 

En este momento, el chasis del Renault baja su altura unos milímetros, su suspensión se hace más dura y están disponibles muchos de los 482 CV de los dos motores eléctricos. No te creas que se convierte en un bólido de carreras, solo corre mucho, tanto para acelerar hasta 100 km/h en seis segundos, pero es que este no era el objetivo, sino lo que viene a continuación. 

En el Renault Symbioz en modo autónomo

En primer lugar porque el Symbioz en modo autónomo puede salir a autopista en modo 100% autónomo. Para ello, debo tomar antes los mandos y conducir el pesado prototipo de 2.200 kg por carreteras comarcales durante un buen rato. Como está equipado con el sistema 4Control de Renault, no es difícil maniobrar con esta mole. Al mejorar el pavimento, mi copiloto me reclama que apriete el logo del volante, que acaba de iluminarse para anunciar que ya está disponible el modo dinámico. 

En este momento, el chasis del Renault baja su altura unos milímetros, su suspensión se hace más dura y están disponibles muchos de los 482 CV de los dos motores eléctricos. No te creas que se convierte en un bólido de carreras, solo corre mucho, tanto para acelerar hasta 100 km/h en seis segundos, pero es que este no era el objetivo, sino lo que viene a continuación. 

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