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¿Por qué sufre tanto Jorge Lorenzo en carreras complicadas?

¿Por qué sufre tanto Jorge Lorenzo en carreras complicadas?

Diego de Arístegui

Aprovechando el parón de MotoGP hasta la carrera de Assen, nos hacemos la siguiente pregunta ¿Por qué sufre tanto Jorge Lorenzo en carreras complicadas?

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¿Por qué sufre tanto Jorge Lorenzo en carreras complicadas? La semana pasada hablábamos de la excelente gestión que hace siempre Valentino Rossi cuando se dan estas condiciones tan imprevisibles y donde la experiencia puede marcar la diferencia. A Lorenzo le sucede todo lo contrario, y eso es algo que siempre ha arrastrado durante toda su carrera deportiva, aunque se ha acrecentado en MotoGP. 

Los últimos acontecimientos confirman lo que ya podemos empezar a considerar una teoría. Ya sea lluvia o un cambio brusco en las condiciones del asfalto, el piloto balear no es capaz de dar ese ritmo infernal que tan tocado deja a sus rivales cuando empieza el fin de semana. Si el domingo todo sigue igual, el monólogo está servido. Pero cuando vienen los cambios la historia cambia radicalmente. 

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Para demostración lo que hemos visto solamente esta temporada. En la carrera de Argentina, con poco agarre en pista y un ritmo altamente inferior al de entrenamientos, el balear se fue con su primer cero del año, aunque aquí la culpa la tuvo el famoso bache de la curva 1, pero aún así el balear estaba sufriendo muchísimo encima de su Yamaha y su descenso en la tabla de clasificación empezaba a preocupar. 

Asignatura pendiente en 2016

El siguiente escenario donde podemos extraer una conclusión más o menos parecida es Jerez. Lorenzo no pudo hacer nada para parar el ritmo de Valentino Rossi, y a diferencia del italiano, Jorge sufrió problemas de spinning en su M1, o al menos más agresivos que los de Rossi. El resultado fue un puñado de segundos perdidos frente al piloto de Tavullia. Ahí Jorge terminó segundo, pero la sensación fue de que no había estado al nivel que se esperaba, más aún si vemos la paliza que infirió a sus rivales en 2015

Y llegamos a Montmeló, en una atmósfera muy parecida. Poco agarre, asfalto tremendante abrasivo y un ritmo de hasta 2 segundos más lento que en entrenamientos. No se vio por ninguna parte el martillo de Jorge, sino que más bien vino el tío del mazo disfrazado de Andrea Iannone para provocar su caída y perder liderato en favor de Marc Márquez

 

Lluvia, más que una pesadilla

Si echamos la vista atrás, en 2015 volvió a quedar de manera más refutada los problemas que tiene Jorge Lorenzo cuando la lluvia hace acto de presencia de forma inesperada. En Silverstone vio cómo Rossi, Petrucci y Dovizioso le quitaban el liderato que había fraguado durante el fin de semana, obligándole a terminar cuarto y dejarse puntos importantes. Unas semanas más tarde, en Motegi, parecía que tenía la lección aprendida, pero se pasó de fuerte y sus gomas así se lo hicieron saber. El resultado fue perder la victoria en favor de Pedrosa y el segundo puesto frente a Rossi. Situaciones que podían haberle costado un Mundial. 

Nadie duda que Jorge Lorenzo es el piloto más fiable, y con diferencia, de toda la parrilla cuando las cosas están en su sitio. En eso se parece bastante a su buen amigo Max Biaggi. Sin embargo, cuando el guion sufre una modificación inesperada la luz desaparece dejando paso a las sombras más lúgubres. Sin duda un defecto que humaniza en cierto modo a un piloto prácticamente perfecto. ¿Le pasará factura en lo que resta de temporada?

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