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La increíble historia del Honda Civic Type R

La increíble historia del Honda Civic Type R
Cuatro generaciones de furia japonesa.

Estábamos en el Circuito del Jarama, en 2017. Y tres de las superestrellas de Honda -Marc Márquez, Dani Pedrosa y Toni Bou- estaban a pie de pista con otros tantos espectaculares deportivos firmados por la marca con la que los tres han brillado durante tantos años sobre dos ruedas, bien en MotoGP bien en el Mundial de Trial -en el caso de Bou, donde sigue dominando. Y por qué esa sonrisaza también fuera de las cámaras? ¿Qué podía seducir así a estos tres jinetes acostumbrados a lidiar a diario con tanto apocalipsis de sensaciones fuertes? ¿Conocían ya la increíble historia del Honda Civic Type R

James May prueba el Honda Civic Type R

Pues bien, era un acto oficial de entrega de llaves, para que estos tres se pasearan -rápido, muy rápido- con sus flamantes máquinas por allí y en su día a día. Y quizás, pensé en ese momento, iban a ser los únicos usuarios de este modelo que iban a eclipsar en cualquier sitio por donde pasaran semejante despliegue de llantas, spoilers y faldones. ¡Porque el Honda Civic Type R 2020 es de todo menos discreto -ahora y por aquel entonces-!  

Vídeo: Honda Civic Type R vs VW Golf R

Pero no siempre fue así... 

¿Más Civic(o) o más Racing?

Realmente, la increíble historia del Honda Civic Type R se puede denominar como tal porque son pocos los que en tan poco tiempo han logrado hacer un objeto de deseo de esta magnitud.

Nos remontamos a 1997, cuando se tomó como base la sexta generación del Honda Civic y se quiso a hacer una versión R/Radical/Racing... como prefieras. El Civic de 3 puertas hatchback (detalle importante porque hablamos de un modelo que ha tenido muchas carrocerías para un gran abanico de destinatarios). En este caso: satisfacer a quienes buscaban mejorar en circuito las prestaciones del utilitario.

Para ello, en el primer Type R se redujo el peso quitando elementos relacionados con la insonorización, se le puso la caja de cambios del Honda Integra y se le dotó de un diferencial delantero de deslizamiento limitado y de chasis monocasco reforzado.

El motor: un 1.6 con 185 CV a 7500 rpm, para moverse más o menos bien en regímenes bajos-medios pero pisarle casi hasta el corte (¡a 8.900 rpm!) si querías amortizar el asunto.

Honda ya tenía más que probado su pedigrí racing, pero aquí se trataba de hacer un bloque realmente explosivo con una cilindrada artificialmente recortada (para poder participar en categoría N1 de hasta 1.600 cc) y, no lo olvidemos, sin ayuda de turbos ni la electrónica con la que se podría contar hoy en día.

Estéticamente el Civic más radical no era gran cosa y sólo los entendidos sabían lo que había debajo de aquel Civic blanco 'Grand Prix' o 'amarillo y negro', al final, que no era un 'tuneo' sin más hecho en cualquier taller de polígono (por aquello de las llantas en blanco, parachoques y calandra específicos, alerón, cristales tintados, volante Momo, asientos Recaro...). 

Luego hubo posibilidad de aburguesarlo un poco, con elevalunas eléctricos, equipo multimedia... había que seguir vendiendo coches, al fin y al cabo. Pero siempre se buscaba que el conductor se convirtiera (casi) en piloto y que estuviera totalmente integrado en el coche.  

La segunda generación

A algunos es la que menos nos gusta, pero ojo, porque nuestros colegas de la prensa británica no opinaban lo mismo. ¡Ni mucho menos! Les encantó a cabeceras como Top Gear

Estéticamente, parecía un coche más mazacote, pero manías aparte, lo cierto es que el Honda Civic Type R de 2001 era un coche con más motor que ya podía presumir de haberse hecho un nombre propio dentro y fuera de los circuitos en tan sólo tres años de vida comercial. 

La increíble historia del Honda Civic Type R
Fabricante

Hecho por y para Europa, y fabricado en Reino Unido, su motor 2.0L i-VTEC daba de 200 CV, estaba asociado a una caja de 6 velocidades y tenía mejores frenos, chasis más afinado para circuito... Incluso hubo una versión subida electrónicamente a 215 CV.  Pero se perdían detalles interiores como el volante y los asientos tan claramente racing, así como el 'minimalismo' para puristas del Type R original. 

Fue el año también en que Honda forma equipo propio de F1, tras haber motorizado durante una década a equipos, como Williams y, más recientemente, Jordan y British American Racing (BAR). 

Las ventas acompañaron durante los años siguientes y hubo ediciones especiales '30 aniversario', 'Premier' y la línea 'C Package' para los diferentes mercados. 

El Type R se hace 'bola'

En 2007, los compactos crecen y, al igual que el Mitsubitshi Lancer EVO o el Subaru Impreza, por ejemplo, 'Type R' casi se percibe ya como una segunda marca de Honda y el más radical de los Civic llega en carrocería larga... en el mercado nativo de estos sedanes deportivos: Japón.

Sin embargo, para que a los jóvenes europeos los cambios no se les haga bola, pues precisamente, el Civic se hace eso, bola. Y así se anuncia en varios formatos (prensa, TV, vallas exteriores) en países como España

La increíble historia del Honda Civic Type R
Fabricante

El Honda Civic Type R de esta tercera generación desarrolla ahora  201 cv a 7.800 rpm. Y lejos de comportarse como un 'todo o nada' y tenerlo que subir siempre de vueltas -como en el Type R original del 97-, casi todo el par motor se obtiene desde las 2.500 vueltas (el tope, a 5.600 rpm).

Y de nuevo, se diversifica la oferta para gustar a un público que también valora el incipiente infoentretenimiento y el omnipresente confort (que ya vende Honda como uno de sus principales valores de marca en aquella época). Así, hay versiones, según mercados, Type R GT, Heritage, Race (la más radical y aligerada de todas). 

Generación actual

La increíble historia del Honda Civic Type R concluye aquí -pero continúa en los concesionarios- con la cuarta generación, la que sedujo a los pilotos oficiales que mencionábamos al principio, desde 2017 y que este año ha recibido un ligero restyling.

VÍDEO: Prueba a fondo del Honda Civic Type R

Es mejor prácticamente en todo, pero para bien o para mal -según a qué lado te encuentres de los apasionados debates que se dan en las redes sociales-, el Type R actual está más lejos que nunca de algo que el primer miembro de la saga sólo conservó al principio: la habilidad para ser más 'cívico' que radical a simple vista y pasar desapercibido... al menos, antes de arrancar y adelantarte. 

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