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La historia de Tony Brooks, el dentista que triunfó en la F1

Tony Brooks

Ha muerto a los 90 años el expiloto de F1 Tony Brooks, el último piloto que ganó una carrera en los años 50 y seguía vivo.

Tony Brooks era conocido como el "dentista de las carreras", y no era casualidad: el británico era hijo de un dentista y, siguiendo los pasos de su padre, él también se formó como tal. Sin embargo, las carreras se cruzaron en su camino en los años 50.

Brooks comenzó a competir en 1952 en carreras de clubes privados, y donde mostró velocidad desde sus inicios. Después de lograr buenos resultados en coches deportivos con Aston Martin, pasó a correr en Fórmula 2 con un Connaught y no tardó en dar el salto a la primitiva Fórmula 1: en 1955 debutó en el Gran Premio de Siracusa (no puntuable), en Sicilia, y sorprendentemente logró la victoria.

Su triunfo fue todo un hito y también una clara declaración de intenciones al volante del modesto Connaught, ya que Brooks nunca había pilotado un F1. A pesar de ello, consiguió batir a hombres como Musso - por 50 segundos -, a Villoresi, Shelby... Superó a nada menos que a los 11 Ferrari y Maserati que tenía como rivales en una parrilla de quince coches, ¡y ellos corrían en casa!

Brooks se aprendió aquel circuito a los mandos de una Vespa de alquiler, puesto que su equipo se inscribió demasiado tarde y no pudo participar en los entrenamientos. Por si esto fuese poco, en el viaje hasta Sicilia no pudo pensar en la carrera, puesto que dedicó el tiempo del vuelo a estudiar, ya que se acercaban los exámenes finales de la carrera de odontología.

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Tony Brooks

El británico empezó a competir en el campeonato del mundo de Fórmula 1 en 1956 al volante de un BRM P25 de Owen Racing Organisation (BRM). Aquella temporada corrió el GP de Mónaco, donde abandonó tras sufrir un problema mecánico, y también participó en el Gran Premio de Gran Bretaña con idéntico resultado. 

En 1957 fichó por Vanwall y empezó a conseguir resultados importantes: logró su primer podio en Mónaco (acabó segundo, tras Juan Manuel Fangio), y consiguió su primera victoria en Gran Bretaña, compartiendo coche con su buen amigo Stirling Moss (sumaron la mitad de puntos cada uno). Aquel año acabó quinto el Campeonato del Mundo de F1.

Y 1958 no fue, ni mucho menos, peor. De nuevo al volante de un Vanwall, Brooks hizo la pole en Mónaco (aunque abandonó por un problema de motor). También se retiró en los Países Bajos, pero saboreó las mieles del éxito en el dificilísimo y clásico Spa-Francorchamps (¡14,12 km de longitud!), donde esta vez sí, logró el triunfo en solitario, batiendo a Mike Hawthorn y a Stuart Lewis-Evans.

Brooks también ganó en Nürburgring y en Monza aquel año, lo que le hacía sumar victorias en trazados donde todo piloto sueña ganar. El británico finalizó tercero aquella temporada, a 18 puntos del campeón, Hawthorn, que pilotaba para Ferrari.

Para 1959, Brooks fichó por la Scuderia Ferrari en una época teñida de luto para la formación italiana tras la muerte de Luigi Musso y Peter Collins. El campeón, Hawthorn, decidió retirarse por ello, y desafortunadamente falleció a principios de 1959 en un accidente de tráfico. 

Con Ferrari, Brooks subió al podio de Mónaco y Estados Unidos, y ganó en Francia (Reims) y Alemania (Avus). Llegó con opciones de proclamarse campeón al final de la temporada y se jugó el título con Jack Brabham en la última cita del curso, en Sebring (EEUU), pero esta vez las cosas no salieron bien.

En aquella carrera, Brooks hizo una parada en boxes extra por precaución para que los mecánicos de Ferrari examinaran su coche tras recibir el impacto de su compañero Wolfgang von Trips. Esto le costó dos minutos y seguramente el título, puesto que terminó tercero (a pesar de la parada en boxes) y Brabham cuarto. Al final fue subcampeón, a tan solo cuatro puntos del campeón.

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Tony Brooks

Brooks no volvió a tener oportunidad de ser campeón mundial de Fórmula 1. Sí que volvió a competir en F1 en 1960 y también en 1961 con Cooper y BRM, logrando buenos resultados, entre ellos varios cuartos y quintos puestos, pero ninguna victoria más. Se retiró tras su último podio, en el Gran Premio de Estados Unidos de 1961, celebrado en Watkins Glen.

Con solo 29 años, Brooks colgó el casco y decidió vivir una vida mucho más tranquila, en Surrey (Reino Unido), junto a su mujer Pina. Sin embargo, no se olvidó de los coches, puesto que pasó a dirigir un concesionario de automóviles.

Junto con Stirling Moss, Brooks es considerado uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1 que nunca lograron un título. Fue, además de rápido, un piloto fiable, en una era donde los problemas mecánicos estaban a la orden del día. A lo largo de su carrera deportiva compitió en 41 grandes premios puntuables de F1, logró seis victorias, 10 podios y 3 poles.

Brooks se retiró para dejar de poner en riesgo su vida, cuando cada año morían pilotos. Cuando dejó de tener un coche competitivo, prefirió dejar de compensar la falta de prestaciones del vehículo con sus manos, lo cual podía ser muy peligroso en ese tiempo. 

"Siempre pensé que era moralmente incorrecto tomar riesgos inecesarios en una sola vida, porque creo que la vida es un regalo de Dios", dijo en una entrevista con el periodista Nigel Roebuck en los años 80, según recuerda un artículo en la BBC. 

De izquierda a derecha: Tony Brooks, Roy Salvadori, Carroll Shelby y Stirling Moss
De izquierda a derecha: Tony Brooks, Roy Salvadori, Carroll Shelby y Stirling Moss

En aquella conversación, el piloto también confesó que prefirió revisar su coche en aquel GP de EEUU de 1959, en el que se jugaba el título, aunque lo más fácil (y peligroso) hubiese sido continuar en carrera y pelear por el título. Nunca se arrepintió.

"Mi inclinación natural era seguir adelante (en la carrera). Créeme, eso habría sido lo más fácil, pero me obligué a entrar para que revisaran el coche. Perdí media vuelta haciendo eso, y aun así terminé tercero. Stirling (Moss) se retiró y Jack (Brabham) se quedó sin gasolina casi al final. Aun así, creo que hice lo correcto", comentó.

Brooks, que era el último piloto vencedor de un Gran Premio de F1 en los años 50 que estaba vivo, falleció el pasado 3 de mayo a la edad de 90 años. 

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