Estas son las diferencias importantes entre gasolina low cost y normal

Hace ya muchos años que las llamadas gasolineras low cost se instalaron en España y, desde el primer momento, tuvieron (y siguen teniendo) sus seguidores y detractores. Existen muchos mitos y leyendas acerca de estas estaciones más baratas. Por ello, vamos a explicarte las diferencias importantes entre la gasolina low cost y normal.

Suele decirse que lo barato, al final, sale caro. Pero ya advertimos de que este dicho no se cumple en el caso que nos ocupa. Igual que hay diferencias entre la gasolina 95 y 98, también hay diferencias entre la gasolina low cost y normal, pero no significa que por ser más barata sea de peor calidad.

Todos los conductores intentan ahorrar lo máximo posible en gasolina, un bien tan necesario como caro, sobre todo, en los tiempos actuales. Y es, precisamente, en estos momentos cuando más usuarios acuden a las estaciones de servicio low cost para arañar algunos euros en el lleno del depósito.

Sin embargo, desde que llegó, la gasolina low cost ha estado rodeada de muchos mitos y leyendas urbanas que ponen en duda la calidad del combustible. Así que vamos a ver cuáles son las diferencias importantes entre la gasolina low cost y la normal y por qué es más barata.

Estas son las diferencias importantes entre gasolina low cost y normal

La principal diferencia entre la gasolina low cost y la normal es, claro está, el precio. Algo que a muchos hace dudar de la calidad del combustible que venden esas estaciones de servicio, si realmente suponen un ahorro o si usar ese tipo de carburante puede acabar derivando en una avería en el coche.

Pero existen varias razones por las que el precio de la gasolina low cost es tan competitivo. La primera tiene que ver con que las gasolineras low cost ahorran costes prescindiendo de personal y recurriendo al autoservicio. Si hay algún trabajador, será solo una persona y estará realizando cobros en la caja. 

El segundo motivo está relacionado con la estructura de la estación, más simple y plana que en las estaciones “convencionales”. Muchas veces estas gasolineras están ubicadas lejos de centros urbanos y forman parte de cadenas de supermercados o grandes superficies que usan la gasolina como reclamo para atraer clientes, como la gasolina Alcampo o Carrefour. 

Todo esto permite a la empresa que proporciona el combustible ofrecerlo a un precio más bajo que la media. Pero hay otra razón.

¿Y qué hay de la calidad de la gasolina low cost?

Muchos dudan sobre la calidad de la gasolina y diésel que suministran las estaciones low cost. Sin embargo, hay que dejar claro que la gasolina low cost es exactamente igual que la normal. 

Y esto es así porque todos los carburantes que se venden en España son todos iguales, ya que cumplen con unos estándares de calidad mínimos establecidos para su comercialización legal. 

Todo el combustible que se vende en España procede de ocho refinerías diferentes que, a su vez, deriva del mismo petróleo que importa España. Luego, es la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) la que se encarga de su almacenamiento en grandes tanques, de los que las gasolineras (tanto normales como low cost) se surten para abastecer sus estaciones de servicio.

A partir de aquí en donde aparecen las diferencias entre los distintos tipos de gasolina y diésel. Pero no entre gasolineras low cost y normales sino, en general, entre todos los distribuidores, ya que cada marca añade una serie de aditivos para mejorar las propiedades del combustible. 

Estos aditivos mejoran el rendimiento y la eficiencia del carburante, lo que se puede traducir en un aumento de la autonomía por depósito y en una reducción del consumo. Entonces, cada marca, incluidas las de gasolina low cost, añaden sus aditivos. Por tanto, el combustible es de calidad en todas las gasolineras.

Gasolina low cost frente a gasolina normal

Por tanto, tenemos que concluir diciendo que las principales diferencias entre la gasolina low cost y normal no están en el tipo de combustible o la calidad de éste, sino en el ahorro de costes en personal e infraestructura, así como en la estructura más simple de las gasolineras low cost. 

A esto hay que añadir también la manera de comprar el combustible por parte de las marcas low cost, en la que cada día salen al mercado a buscar el mejor distribuidor al mejor precio. Esos distribuidores son las propias gasolineras “normales” que tienen una parte de su negocio en la venta de combustible a marcas blancas. 

Por otra parte, las gasolineras low cost trabajan con unos márgenes operativos muy inferiores, con respecto a una estación tradicional, lo cual está estrechamente relacionado con la estructura más plana de las low cost.