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Prueba: Mercedes-Maybach S 600

Aquí tienes la prueba del Mercedes-Maybach S 600. Da igual que tenga 820 Nm de par y acelere sus 2,2 toneladas de 0 a 100 km/h en solo 5 segundos: dentro no te enterarás de nada. Conducimos la, posiblemente, berlina más confortable del mercado.

¡Nada! Eso es lo que se escucha dentro del Mercedes-Maybach S 600: absolutamente nada. Va a ser la versión XXL de la Clase S de Mercedes, con la que su gama alta se corona definitivamente. Bajo el capó, nada menos que un 12 cilindros con seis litros de cubicaje y 530 CV. Pero no bastan para perturbar la absoluta tranquilidad y armonía que se vive en los amplios y confortables butacones de cuero. Y si vas detrás (como será el caso de la mayoría de sus propietarios), te sentirás como un auténtico rey en su trono. Esta es la prueba del Mercedes-Maybach S 600.

A diferencia de cómo hizo Mercedes en el pasado, no han creado otra marca específica para sus modelo de lujo, y es que, en este caso, “no existía un punto de partida mejor que el Clase S”, como nos cuenta el director de estrategia de la marca. Y es que no cabe duda de que el segmento superior de Mercedes ofrece hoy en día un nivel de confort y de asistentes electrónicos superlativo. 

Pero con todo, Maybach no es solo una variante embellecida con más equipamiento. Y es tan solo ofrece algunos elementos exclusivos en su catálogo de equipamiento de 100 páginas, como copas de champán de plata o el techo panorámica que se oscurece automáticamente, heredado del SL. Y es que otros elementos como las mesitas plegables de madera noble, por ejemplo, están disponibles también en el Clase S ‘normal’.

La gama Maybach se diferencia por elementos estéticos como su pilar b cromado o una parrilla algo diferenciada, pero ante todo por su batalla 20 centímetros más larga y sus 5,45 metros de longitud total, que logran que las plazas traseras sean un auténtico salón rodante.

Viajar en primera

Y es que el que se siente detrás no solo tendrá un espacio para las piernas tal que pensará que está en una pista de baile, sino que se sentirá en los amplias butacas como viajando en la primera clase de la aerolínea más exclusiva. A eso ayuda también el avanzado ‘infotainment’ con pantallas integradas, si bien su complejo mando a distancia se nos antoja un poco anticuado. Y todo, en un ambiente con el aire ionizado y perfumado con esencias de aceite de Argán, un chasis que te da la impresión de ir sobre una nube, una función de masaje relajante bajo la tapicería y aún más material aislante para ir en absoluto silencio y alejado del (dicho ahora con mucho acierto) mundanal ruido que producen el resto de los mortales.

Pero volvamos a la realidad: el Mercedes-Maybach S 600 es un coloso de 2,3 toneladas que, gracias a sus descomunales 830 Nm de par, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,0 segundos. Al menos, el chófer también podrá divertirse de lo lindo aunque vaya en las plazas delanteras. Y aunque, por autovías alemanas, lo pongas a su velocidad máxima de 250 km/h y sientas el viento delantero golpear con furia el parabrisas, te aseguro que desde las plazas traseras todo eso queda muy, pero que muy lejos. Cuando a alguien le teletransporten se sentirá más o menos así… Pero con menos lujo.

El Mercedes-Maybach S parte de 134.053 euros (en su variante S 500), lo que no nos parece excesivo si tenemos en cuenta que ‘solo’ cuesta alrededor de 20.000 euros más que la Clase S normal en su versión alargada. Y si eres de los que valoran la discreción, te aseguramos que, al lado de rivales como los barrocos Bentley Flying Spur o Rolls-Royce Ghost pasa totalmente desapercibido.

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Aquí tienes la prueba del Mercedes-Maybach S 600. Da igual que tenga 820 Nm de par y acelere sus 2,2 toneladas de 0 a 100 km/h en solo 5 segundos: dentro no te

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