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Prueba: Opel Insignia GSi. Para carretera y circuito

Prueba del Opel Insignia GSi

Por fin tenemos un Opel Insignia con indumentaria deportiva. AUTOBILD ya se ha puesto al volante, para contarte si esconde un espíritu deportivo o es una simple cuestión de imagen. Prueba: Opel Insignia GSi.

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Las siglas significaban en Opel, en origen, Grand Sport Injection, y se aplicó de entrada  las variantes deportivas de modelos como el Opel Manta o el Kadett. Pero luego se convirtió en una variante más de equipamiento, y pasó al ostracismo. Hoy, el Opel Insignia GSi vuelve a ser un tope de gama como Dios manda. Monta el conocido dos litros de cuatro cilindros con 260 CV, o puede optar también por el dos litros diésel de 210 CV.

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Estéticamente lo diferencia un morro mucho más agresivo con entradas de aire mucho más presentes. Y detrás, un doble escape real. Nada recursos 'fake'. Los umbrales y el faldón los toma del equipamiento OPC del Insignia Grand Sport.

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Los ingenieros han rebajado la altura del conjunto en 10 milímetros, y este centro de gravedad más bajo, para un comportamiento mucho más deportivo. Opel promete que este Insignia GSi es más rápido en Nordschleife que el anterior Insignia OPC de 325 CV. ¿Cómo es posible? Para empezar, por el ahorro de peso. Ahora es 160 kilos más ligero que el anterior modelo con motor V6. El chasis también se ha trabajado a fondo, y optimizado pensando en la eficacia en Nordschleife. Palabras mayores.

Dentro estrena nuevos baquets, muy aparentes, y con la certificación AGR, esto es: agarran perfectamente el cuerpo y son cómodos para viajes largos. E incluyen calefacción e incluso función de masaje. El velocímetro lega a los 270 km/h, y las alfombrillas lucen el logo GSi. Tanto el espacio interior como la calidad de acabados son excelentes, aquí no hay nada que criticar. También irán desahogados los de la segunda fila.

¡Arrancamos!

Nos ponemos al volante del gasolina de 260 CV. Tiene el modo de conducir Normal y Touring para viajar. Acelera con ímpetu y el cambio de ocho velocidades tiene un funcionamiento fluido. Pero nosotros estamos en un circuito para exprimirlo, así que lo pongo en modo Sport. El Sound Generator me transmite un sonido deportivo, pero artificial.

Cambia el recorrido del pedal del gas, que ahora vuelve su respuesta más inmediata. Y el cambio mantiene las marchas más tiempo, apurando más la zona alta del cuentavueltas. Pero la verdadera sorpresa llega con su chasis Flexride. Lo ingenieros no solo han rebajado la altura y adaptado el software de la regulación electrónica de la amortiguación, sino que también ha revisado la hidráulica. Y también han renovado la electrónica de la dirección.

Al pasar por el eslalon a 80 km/h, esta berlina de nada menos que 4,91 metros gira tan espontáneo y aplomado, que uno se olvida de que tiene entre manos un coche de 1,7 toneladas.El subviraje está prácticamente anulado, y hay que forzarlo mucho al límite para que tienda a deslizar hacia el exterior de la curva. Y en piso mojado, incluso permite llevarlo levemente de lado, con mucho control.

En esto tiene mucho que ver la tracción integral, que reparte la fuerza de manera impecable. Si le doy doble clic al botón del ESP y lo pongo en Competition Modus, empieza la diversión pura. Y es que permite cruzar el coche lo justo, y el sistema entra en acción muy al final, cuando realmente es necesario. La respuesta de los 260 CV es briosa y homogénea, y no solo da mucho diversión en circuito. En carreteras de curvas permite también rodar muy veloz, con una mezcla perfecta de deportividad y confort.

Prueba del Opel Insignia GSi
Opel Automobile GmbH

Tras llevarlo por circuito, autovía y carretera, hemos consumido 11,4 litrosa los 100 kilómetros. La marca anuncia 8,6. La cifra realista en un uso normal serían unos 9,5.

Y el diésel...

Paso al diésel. Te adelanto que hemos gastado 9,4 litros, pero vemos perfectamente posible que sean poco más de ocho. El par máximo de 480 Nm ya lo tengo desde solo 1.500 rpm. Por eso la sensación de empuje es absoluta en todo momento. Y va muy acompasado con el cambio de ocho velocidades, que inserta cuando debe, y siempre en la marcha idónea. Después de un día con las dos variantes del Opel Insignia GSi, me queda clara una cosa: Opel sabe crear coches muy veloces y deportivos, sin necesidad de dotarles de potencias excesivas.

¿Cuál es tu coche ideal?

Valoración

Nota9

En esta prueba del Opel Insignia GSi comprobamos que el buque insignia de la marca alemana está preparado para carretera y circuito. En diésel y gasolina.

Lo mejor

Comportamiento deportivo y confortable al mismo tiempo.

Lo peor

Consumos algo elevados. El precio, con extras, sube bastante.

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