Prueba del Mercedes GLE 450 d 4Matic: un maestro del confort con virtudes todoterreno

Visualmente apenas ha cambiado el Mercedes GLE, tras el último lavado de cara, que fundamentalmente, aporta más potencia. Todos los motores diésel del SUV de Mercedes ahora tienen un sistema de hibridación suave. 

En el 450 d, el diésel superior que condujimos, el generador de arranque de 48 voltios aporta 20 CV a la enorme potencia total del 3.0 litros: 367 CV en lugar de los 330 CV del predecesor 400 d con la misma cilindrada, y el par motor aumenta en 50, hasta los 750 Nm.

Diseño y tecnología

Los conductores de remolques son clientes habituales del GLE y seguramente estarán interesados por ello en el nuevo planificador de rutas para remolques, que recomienda las menos problemáticas a partir de los datos del remolque introducidos anteriormente. 

Otra innovación: Android Auto y Apple CarPlay ahora funcionan de forma inalámbrica. Me subo sin esfuerzo a los sillones tapizados en cuero a una altura de 79 centímetros, más propia de un vehículo todoterreno que de un SUV, que por cierto puede aumentar la altura en seis centímetros mediante el interruptor basculante de la suspensión neumática en la consola central.

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Normalmente, recurrir a llantas de 21 pulgadas arruina el confort de conducción a bajas velocidades, pero no ocurre lo mismo con el GLE. Maneja las ondulaciones sorprendentemente bien. No afectan a la marcha en línea recta, ni siquiera sobre roderas. 

Y el conductor nunca tiene que concentrarse demasiado en la dirección: se comporta como una berlina viajera de la más alta calidad. El motor, un diésel de seis cilindros en línea fabricado en la fábrica de Turingia, emite un silbido bien aislado, y oyes poco más que eso. 

Aptitudes ‘offroad’

El equipamiento todoterreno de nuestro coche de pruebas es inusualmente amplio para los estándares de los SUV Lleva protección contra empotramiento delantera de acero de 3,5 mm de espesor,  o el sistema de "capó transparente" al estilo de Land Rover, que permite una visión del terreno a través de la pantalla central y al mismo tiempo muestra la posición de las ruedas delanteras.

Nuestra unidad viene con una cámara de 360 grados con el asistente de aparcamiento y garantiza que puedas ver algo más que el cielo en una pendiente pronunciada. Eso sí: el GLE puede soportar pendientes de 45 grados o del 100 por cien. En el modo todoterreno, la caja de transferencia tiene un nivel todoterreno adicional que acorta todas las marchas: más potencia, menos velocidad para pasajes difíciles. 

Además, los amortiguadores se pueden controlar individualmente. Por lo que resulta tentador subir el GLE sólo por un lado, cuando desde fuera parece que tiene la “cadera” descompensada. 

El modo de conducción libre permite al coche subir y bajar electrohidráulicamente, de modo que con su peso en vacío de casi 2,5 toneladas puedes pasar sin problemas por un ventisquero o una colina de arena. Este sistema de balanceo automático ya existía antes del lavado de cara e imita un viejo truco de los conductores todoterreno. Los desarrolladores de Mercedes programaron una desconexión después de aproximadamente medio minuto, probablemente para limitar el consumo de energía y el desgaste.

En cuanto a la tecnología de tracción total, a diferencia del primer GLE y del actual GLC (tienen una verdadera tracción total permanente mediante diferencial central), hay más cocina casera: un embrague multidisco como en la mayoría de los SUV. En superficies con buen agarre, el GLE funciona como un vehículo con tracción trasera, de modo que si las ruedas traseras patinan o aceleras a fondo, pueden establecer rápidamente una conexión de potencia con el eje delantero.

Los caminos en mal estado no son un problema para el GLE

Toda esta tecnología se maneja a través de dos menús: accedes a la vista todoterreno del cockpit mediante el control deslizante situado en el radio izquierdo del volante y seleccionas el modo todoterreno en el menú central. El conductor puede beneficiarse entonces del modo de conducción libre, del control individual de los amortiguadores y del ya mencionado capó transparente con indicador de la posición de la dirección.

Incluso en las pistas de la gravera de Andresen cerca de Bad Segeberg, que en realidad estaban destinadas a camiones pesados de obras de construcción, donde afortunadamente pudimos tomar fotos todoterreno, el enorme GLE nos mantiene constantemente a salvo de todo tipo de desgracias. Lo único que ofrece un confort de suspensión comparable en esta clase es el Land Rover Discovery, con una orientación similar. 

Ni la carrocería ni las piezas adicionales hacen ruido durante nuestros paseos fotográficos; cuesta creer que se trate de un descendiente de la Clase M.

Sin embargo, en el arenal hay que tener mucho cuidado, en primer lugar con las vulnerables llantas de 21 pulgadas y en segundo lugar con el escape, porque marca el punto más bajo, muy atrás, cerca del eje trasero. A esto se suma la amplia anchura de 2,01 metros sin retrovisores.

El GLE es menos aventurero que Range Rover, que es aún más capaz de escalar, y se define así como un confortable planeador con opción todoterreno. Eso sí: no esperes pagar por él menos de 100.000 euros. 

Factores para decidir la compra

El Mercedes GLE sigue siendo un SUV excepcionalmente confortable, y ahora recibe más potencia y par. También tiene buenas aptitudes para salir del asfalto, pero, con todo, resulta demasiado caro.